No descartan que la suba de tarifas del gas se reduzca a 300% tras las audiencias públicas

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, no descartó que la suba de tarifas de gas para consumos residenciales, que se aplicará luego de las audiencias públicas convocadas para septiembre, se reduzca a 300%, es decir, 100 puntos menos que lo dispuesto en julio, aunque precisó que “todavía estamos discutiendo el tope”, en declaraciones formuladas en radio La Red.

“Esto trasciende más rápido de lo que uno cree; estamos tomando nota del mensaje de la Corte Suprema de Justicia que tiene dos pilares: uno es la audiencia, que nosotros creímos que no hacía falta hacerla, pero es más importante la interpretación de la Corte; y otro, que hay que hacer todo con un criterio de gradualidad", graficó el ministro.

Además, según publicó Télam, Prat Gay explicó: “Lo mismo que en el plano de la inflación o fiscal, ese concepto no nos es ajeno; tomando nota de ese consejo el cuadro tarifario que vamos a ofrecer va a ser más gradual que el que se decidió en la primera medida”.

En cuanto al índice de precios, admitió que “va a subir en octubre”, cuando se formalice la suba la tarifa de gas, “pero lo importante es la tendencia”.

Asimismo, Prat Gay consideró que es “muy probable” que el costo de vida de agosto se ubique por debajo del 1 por ciento y afirmó que “no sería bueno reabrir las paritarias”, lo cual podía ser una “discusión atendible hace dos meses, cuando no había certezas de que bajaba la inflación”.

El ministro reiteró que “la inflación es un animal difícil de estimar, porque los números del Indec empezaron recién en junio: tenemos datos de distintas provincias, sabemos que va a ser más alta en la Ciudad de Buenos Aires, dependiendo de lo que pase con el aumento de tarifas” que se concentran en ese distrito.

La inflación de Córdoba, según puntualizó Prat Gay, rondará el 25% y en San Luis “un poco más”, pero “este es un año de transición” y “lo importante es que está bajando muy fuerte”.

El aumento de tarifas, añadió el titular de Hacienda y Finanzas, “se retrotraerá al momento en que la Corte Suprema emitió su fallo, el 18 de agosto, y eso va a restar casi un punto a la inflación, sobre todo en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires”.

“Aún sacando eso, la inflación de agosto apuntaba a menos de 1 por ciento mensual, que es el índice más bajo en 10 años: estamos consiguiendo lo que dijimos, que era bajar la inflación en el segundo semestre”, enfatizó.

“En el último mes se moderó fuertemente el aumento de precios de los alimentos, lo cual se vería con más claridad si los institutos de estadística pudieran captar las promociones en los supermercados", evaluó el ministro.

En cuanto a las medidas en ciernes, reveló que "estamos analizando, en conjunto con el Ministerio de Producción, un esquema que se aplica en Ecuador: la ley de Góndolas, para darle cabida a productos de economías regionales y pymes e instaurar la competencia".

El ministro afirmó que la inflación “ya no es un tema, cuando hace dos meses era la única preocupación”, y rechazó que el costo de vida de este año cierre en 45%: “No sabemos cuánto, ni aún en el distrito con mayor impacto de tarifas”.

"En el primer semestre aumentaron más los precios que los salarios, no se pudo evitar. Se tendría que haber hecho un acuerdo social que no se pudo; creo que van a estar dadas las condiciones a principios del año que viene”, adelantó el funcionario.

En la mesa de diálogo, agregó, “se debe hacer porque es la manera de evitar costos” y “los propios empresarios entendieron que cubrirse fue dañino para ellos”.

“Algunos se pasaron de rosca con los aumentos y ahora venden menos”, y explicó que “la idea de armar un acuerdo social era para evitar que sucediera esto”.

El ministro aseguró que “después del cierre de las paritarias y la baja de la inflación, que ya es palpable, mejoran las cosas".

"No creo que la gente esté mejor, pero estaría peor si no cambiábamos el rumbo. Hay una gran mayoría de la gente que aun estando peor entiende que esto debía hacerse", aclaró.

El ministro sostuvo que “no se hicieron ciertos ajustes porque se complicaban las cosas” y se aplicaron “políticas activas que tienen un costo fiscal, que estamos dispuestos a pagar, porque eso es más importante que cumplir con dictados de algún economista de derecha”.

“Sabíamos la delicada situación social en la que arrancamos, y por eso aumentamos la asignación universal a más de un millón de pibes y las asignaciones familiares en más de 50 por ciento, y también le devolvimos el IVA a los jubilados”, remarcó.

Al finalizar, concluyó: "La economía es lo que se pudo, dado lo que heredamos. Estamos mucho mejor de lo que cualquiera hubiera imaginado, desactivamos muchas bombas".