Daniel Santoro: “Los que se han robado millones de pesos del Estado tienen beneficios”

El periodista de investigación del diario Clarín, Daniel Santoro, estuvo en San Luis donde disertó en las Jornadas de Comunicación organizadas por el Diario de la República y que se llevaron a cabo el viernes y sábado en la Caja de los Trebejos, en Potrero de los Funes. El primer día brindó la conferencia llamada “Cómo investigar la corrupción” y el sábado cerró las actividades con su disertación sobre “Técnicas de investigación”, donde abordó diversos ítems relacionados a sus investigaciones.

En una entrevista con elchorrillero.com y con el periodista Nino Romero, conductor del ciclo “Agenda Abierta” que se emite por Radio Dimensión, Santoro se refirió a la corrupción que existe en el país e hizo un análisis de la realidad con respecto a estos hechos. Asimismo, dio su punto de vista en cuanto a algunos casos en particular desde el ámbito de sus trabajos de investigación.

“Por ahora han bajado casos que pueden existir de corrupción en la medida que hay más controles en la habilitación de la obra pública, ha habido una presión de la sociedad para pedir el procesamiento de ex funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner. Pero el problema de la corrupción es estructural”, afirmó.

“Hasta ahora lo que hemos visto es la detención, la prisión preventiva, el procesamiento, el llamado a indagatoria de funcionarios, pero la corrupción es como el tango, se baila de a dos y muy juntitos. El empresario que paga el soborno y el funcionario que lo recibe. Entonces, ¿dónde están los empresarios? Excepto Lázaro Báez que tenía doble rol de amigo presidencial y de empresario de la construcción improvisado. En Buenos Aires existen lo que llamamos cuevas financieras que son de carácter permanente, que le han sacado plata a Emir Yoma en los 90, ahora se la sacaron a Lázaro Báez. Si no se disminuye esa facilidad que hay para mover plata negra y si no se aumentan los controles y no hay sanciones penales, es muy difícil terminar con esa corrupción estructural”, manifestó el periodista.

¿Qué puntos se tienen en cuenta a la hora de elaborar una investigación?

“En este momento en donde hay una visibilidad de los periodistas de investigación, donde salimos en radio, en televisión, tenemos que tener en claro que no somos jueces ni fiscales, nuestro trabajo es poner las historias bajo la lupa, bajo los focos de la opinión pública, seguir la historia, llegar hasta lo más hondo de la historia, peor no ponernos a decir que ‘Fulano’ es corrupto y que ‘Mengano’ es inocente. Los tiempos y los procedimientos de la justicia y el periodismo son distintos, pero no tenemos que confundir los roles. Nosotros tenemos que hacer una descripción detallada de los hechos de corrupción, pero no ponernos a pontificar”.

¿Cuál es la visión que tiene de la provincia de San Luis vinculada a la corrupción? 

“En el año 2000-2001 seguí un juicio que había contra los Rodríguez Saá por enriquecimiento ilícito que tenía la justicia federal en Comodoro Py. Lo seguí yo, también otros periodistas pero después la causa salió de Buenos Aires, volvió a San Luis y no sé qué pasó. El problema de la corrupción es a nivel nacional, a nivel de provincia, de las municipalidades. Entonces la sociedad tiene que bajar la tolerancia a ese tipo de temas. Ahora existen algunos indicios favorables, como por ejemplo una Oficina de Anticorrupción que está más activa. Además tenemos nuevas figuras legales que se están incorporando al Código Penal de la Nación, como la figura del arrepentido.

En la figura del arrepentido hasta ahora solo se podía pedir una reducción en la pena a aquellos imputados que estuvieran en causas de narcotráfico, en causas de lavado de dinero o en causas de terrorismo. Ahora la ley va a ser para todas las causas de lo que se llame corrupción. La corrupción no es un delito penal pero bajo esa figura tenemos el pago de sobornos, el delito de incompatibilidad con la función pública, el delito de incumplimiento a los deberes de funcionario público, el delito de fraude al Estado; cuando se sancione esa ley vamos a tener ese instrumento para todo ese abanico.

Después hay otras nuevas medidas, como el tema del Código Procesal Penal. Todas las denuncias contra los funcionarios federales recaen en doce funcionarios nacionales que están en Comodoro Py y ahora con este nuevo Código Procesal Penal la investigación va a pasar a manos del fiscal, entonces va a ser un sistema inquisitorio y lo que va a tener que hacer el juez es evaluar para decidir si procesa o no procesa.

Hay un movimiento interesante y hay una esperanza muy grande para todos los que estamos en este tema que es el fallo de la Cámara Federal de La Plata (que declaró la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción). Es un fallo de una cámara de apelaciones, pero lo bueno de esto es que es alentador porque en Argentina tenemos 1.700 causas por corrupción abiertas, con un promedio de duración de 16 años. La mayoría de las causas terminan prescriptas, anuladas o sobreseídos. En Argentina hay solamente cinco condenados que han llegado al nivel de la condena y que han pasado esos 16 años, que son María Julia Alsogaray, Carlos Menem, Armando Gostanian, Víctor Alderete, y Felisa Miceli. Después no hay ninguna otra condena”.

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¿Por qué no van presos los políticos importantes, teniendo tantas pruebas y acusaciones en contra?

“Hay un proyecto del ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Germán Garavano, que va a enviar al Congreso y es para interrumpir la cantidad de apelaciones con el beneficio de la excarcelación en el Tribunal Oral. Hace dos años un tribunal oral condenó a Menem a tres años y medio de prisión pero Menem apeló a la Corte Suprema de Justicia. El cura Grassi, que había sido condenado, estuvo tres años o más con el beneficio de la excarcelación esperando la apelación de la Corte.

Eso es una aberración, es producto de lo que se llamó la ‘doctrina Zaffaroni’, que fue pensada para la justicia argentina después de la dictadura, donde el Estado se abusaba y había aplastado los derechos de los individuos, entonces había que fortalecer al individuo. Esto ha permitido una cantidad enorme de apelaciones de cualquier cosa ante la Corte Suprema de Justicia y entonces sucede esto.

En todos los países del mundo el juez condena a alguien y va preso. Hasta ahora en la Argentina de todos estos años la condena que ha habido es el proceso. Hay una condena social y una condena en la que el ex funcionario o el empresario se la pasa dando vueltas por tribunales. Pero hay que cortar eso”.

¿Existe una sobreprotección por parte de la justicia para con ellos?

“Sí, con los políticos y también con los empresarios, es eso. El miedo a que un inocente vaya preso me parece razonable en la primera instancia, pero una vez que un tribunal oral te condenó, tenés que ir a la cárcel. Porque si no, los que tienen condena de prisión son solo los que roban gallinas, aquellos que se han robado millones de pesos del Estado tienen estos beneficios y contratan equipos de abogados”.

¿Qué tiene atada de manos a la Justicia para hacer los cambios?

“Una cosa son los gobiernos de turno. Ya fue un avance la creación del Consejo de la Magistratura. Ha habido como hitos. Uno de esos hitos para convencer a las sociedades ha sido el video  de La Rosadita. Porque los periodistas de investigación de la gráfica nos pasamos durante años en el gobierno de Cristina diciendo “mirá hay un documento acá, hay una sospecha, un indicio, una denuncia penal”. Pero cuando la gente vio a Martín Báez y al contador Pérez Gadín contando 5 palitos verdes tomándose un whisky y con un habano como en la película ‘Scarface’ o el tema de López, eso ya es corrupción explícita. Esto no se puede justificar y explicar de ninguna forma y eso hizo ‘clic’ de alguna forma en la cabeza de la gente”.

¿Por qué Nisman debía morir? (En alusión a uno de sus libros titulado “Nisman debe morir”)

“Porque él tocó uno de los misterios que tiene todavía el gobierno de Cristina Kirchner que es por qué Cristina firmó un pacto con Irán, que es el país que estaba acusado de ser el autor intelectual del atentado de a la AMIA, en 1994. Los servicios de inteligencia iraníes ya lo habían amenazado, Nisman tenía amenazas concretas que le llegaban por correo electrónico, le habían puesto un precio de 300 mil dólares por su cabeza, le mandaban fotos de las hijas entrando al colegio, había un sector de la SIDE que también lo quería matar.

Desde el punto de vista político Cristina lo quería eliminar, y Milani también. Por eso, que el 15 de enero de 2015 el hombre más importante de la política argentina haya estado solo en un departamento, sin custodia, te habla de la responsabilidad política del gobierno que es el que le había puesto esas custodias. Por suerte las próximas semanas la Cámara Nacional de Casación Penal va a reabrir la denuncia de Nisman contra Cristina por encubrimiento, entonces vamos a tener una buena historia para seguir”.

¿Cómo se llamará el próximo libro de Daniel Santoro?

(Risas). “Todavía no tengo el título, pero estoy escribiendo sobre narcotráfico”.