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Polémica: Cómo ven los mendocinos a los puntanos

Bajo el título de “Radiografía de un puntano”, el portal de actualidad de mdzol.com de Mendoza publicó una “perfil” que disparó la polémica en las redes sociales.

El portal de Mendoza publicó la "Radiografía del puntano".
Actualizada: 20/10/2016 12:08
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A continuación la publicación:

Radiografía de un puntano

Hartos de darles goma a los sanuaniños le encargamos a la Dra. Lí que nos hable de San Luis.

Esta es la radiografía de UN puntano, ¡UNO! porque quiero dejar bien en claro que no los he contado a ver cuántos son así y cuántos no. Esta nota está muy lejos de generalizar, todos sabemos que en el Mendo nunca generalizamos ni alentamos a la xenofobia.

Un puntano no quiere ser rico. Con la asignación nacional, provincial y pintando la misma piedra de la misma plaza una vez al año, sus expectativas económicas están más que satisfechas.

Un puntano no llega a ser un cordobés porque le falta iniciativa e imaginación, para la joda claro está, pero también para hacer salame o explotar sus bellezas naturales. Tranquilamente deja ese puesto a su vecino, y lo más que hace es copiarle (aunque sospecho que esos son cordobeses disfrazados).

Un puntano comienza su finde el miércoles por la tarde. El jueves va al trabajo pero deterioradísimo, y el viernes a las once am ya es imposible pensar en que te solucionen cualquier tipo de problemas. Puertas cerradas, nadie contesta, ni el servicio de emergencia 24 hs. Si vas a pinchar una rueda tratá de que sea martes o miércoles a la mañana. Igual con cualquier otro tipo de inconveniente que necesite un puntano de guardia.

El finde para un puntano termina el lunes a la tarde. Necesita la mayoría de los lunes para recuperarse de la salida al Potrero o del asado en el Trapiche del domingo.

Un puntano no es posesivo. Deja toda clase de posesiones en manos del Adolfo o del Alberto.

Un puntano no usa sus universidades. Curiosamente su Universidad Nacional está llena de alvearenses, sanrafaelinos, riocuartenses, pampeanos o gente del interior de la provincia.

Un puntano no suele innovar. Los pocos adelantos que ve son los que traen los incautos viajeros que caen por uno u otro motivo en San Luis y se enganchan con la onda tranquila de la ciudad y con ser tuerto en un país de ciegos.

Un puntano fuera de serie seguro termine viviendo en otra provincia.

Un puntano no es curioso. Los periodistas son elegidos a dedo para repetir interminablemente las mismas historias acerca de la fiesta del Cristo de la Quebrada, la peña del fin de semana y el clima en el único canal de aire y el único periódico provinciales, y lo repiten a nadie porque un puntano siempre preferirá hacerse problema de lo que ocurre en Bs As.

Un puntano va siempre al mismo médico y le cree todo como si fuera un oráculo, le hará caso en seguir el tratamiento recetado y también en dejar al novio o jugarle al 33. De más está decir es que un médico que termina en San Luis es aquel que prefiere no ser cuestionado ni tener competencia o necesidad de actualizarse.

Un puntano maneja como Fangio en calles extremadamente estrechas y camina en fila india por veredas más estrechas aún.

A pesar de todo, un puntano será longevo a menos que la cirrosis lo venza. Una vida sin estrés y lejos de grandes emociones o presiones económicas le confieren un aire bonachón y relajado, y están siempre dispuestos a un asado con criadilla, una guitarreada o un paseo por sus "montañas". Un puntano será estafado, engañado, utilizado, pero nunca perderá sus ganas de festejar un bautismo o unos quince, aunque sea a la canasta.

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