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Mario Otero y sus 50 años en el periodismo: “Tengo el pecho caliente y la mente fría para seguir contando historias”

En el día de su homenaje, Mario Otero pide perdón, agradece a todos y se emociona. Con esas palabras conmueve a los colegas, los viejos y los nuevos; a sus alumnos y a su familia entera. Llegó a los 50 años en el ejercicio del periodismo con su pecho caliente y su mente fría buscando siempre historias que contar, y con el convencimiento de que a través del periodismo se pueden cambiar las cosas que están mal. Si se disculpa es porque no podría haber sido otra cosa en esta vida más que un periodista, un protagonista de la historia que con el compromiso y la pasión ha prestigiado su trayectoria, pero también el periodismo de San Luis. Tantos años le han dado la experiencia para ser, además, un maestro motivador.

Mario Otero repasó sus mejores momentos en el periodismo y recordó a todos los que ayudaron en su camino profesional.
Actualizada: 22/11/2016 15:20
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El periodista que cada mañana conduce su programa radial “Nada secreto”, fue homenajeado por la Universidad Nacional de San Luis, mediante una iniciativa del Museo de la Radio y la Comunicación de la Facultad de Ciencias Humanas, y el Proyecto de Investigación “Periodismo Digital en San Luis: orígenes, trayectoria, estrategias y desafíos”.

Este lunes en el Microcine de la UNSL, Mario Otero recibió dos placas por su trayectoria en el oficio del periodismo, y por eso la sala se llenó de colegas actuales, de otros con los que compartió proyectos, y de otros que lo admiran, como profesional y como persona. Entre las autoridades de la UNSL, estuvieron presentes la decana de la Facultad de Ciencias Humanas, Viviana Reta; la secretaria de Extensión, Claudia Maroa, y profesores de las diferentes áreas de las carreras de comunicación como Marcela Navarrete y Claudio Lobo. Además concurrieron el ex rector de la UNSL, Germán Arias, y el Secretario de Gobierno de la Municipalidad de San Luis, Francisco Petrino.

La pasión intacta

“Tengo el entusiasmo de siempre y espero ansioso quitarme las responsabilidades para volver a las calles, para husmear y buscar historias para contar, y créanme que tengo urgencia de hacerlo”, dijo en su discurso y dejó al desnudo su alma de cronista, un oficio que comenzó cuando tenía 14 años y vestía su traje marrón.

“Tengo el pecho tan caliente que a cada rato me marca situaciones aquí, allá y en todas partes, de inequidad, injusticias y males que nos afectan a todos y que podemos modificar. Y tengo la mente cada vez más fría para decir las cosas con razón y tal vez con elocuencia, porque estoy mejor que antes para buscar historias bellas, simples, de las que nos enseñan; porque el paso del tiempo ayuda a distinguir lo que impacta de lo que repercute, lo que es superficial de lo que tiene anclaje”, recalcó.

Durante la ceremonia, hubo tiempo para que Leonardo Kram Uribe hablara de su profesor: “Estricto, responsable y con una gran capacidad para generar nuestra curiosidad como periodistas. Siento una profunda admiración porque donde va lo respetan, porque tiene fundamentos cuando entrevista, porque cada mañana con su equipo sigue su objetivo de seguir haciendo periodismo con el único objetivo de informar. Es una gran persona y por eso se merece esto”.

También el periodista Adolfo Gil, con quien lo sigue uniendo la noticia de cada día, recordó las experiencias laborales juntos y le dedicó unas palabras: “Para ser periodista hay que ser buena persona, y él lo es. Es periodista todo el tiempo, siempre. Es un referente, un maestro y un amigo”.

Mario contó que quería ser deportista. Desde muy niño comenzó ciclismo y natación, y hasta pensaba en convertirse en maratonista. Pero como el destino le tenía deparado otro camino, un día los médicos le prohibieron la continuidad de esos deportes por algunos problemas en su salud. Entonces sus padres se las ingeniaron y gestionaron los medios para que su hijo comenzara a transitar el mundo del periodismo gráfico. Así empezó a escribir sus primeros artículos en el Diario Los Andes, de Mendoza. “El 11 de septiembre se cumplieron 50 años de ese primer día, y por eso hoy estamos acá”, explicó en un relato que estuvo lleno de anécdotas.

Fue redactor en los diarios La Opinión y El Diario de San Luis; también ideó proyectos como “Nuestro Pequeño País” y “El Decameron”.

A la hora de hacer su análisis de este tiempo como comunicador dijo: “Me tocó ejercer en esta etapa que ha sido la etapa de la transformación de San Luis, del cambio económico y social, de la multiplicación de la población, de las mutaciones culturales, del choque de costumbres, de la innovación, de grandes pérdidas y notables adelantos. De las épocas de las migraciones, de la vuelta al pago y del adiós a tantas cosas que ya nunca volverán a ser como en antaño”.

Su reflexión tiene pasado y presente; esperanza y motivación: “Soy y seré de la primera versión de la historia de esos acontecimientos y transformaciones. Me tocó con suerte vivir la más impresionante modificación en la forma de comunicarse”.

Porque más allá de los cambios tecnológicos y de las nuevas herramientas que en internet permiten la divulgación de la información y que amenazan la muerte del periodismo está convencido: “Siempre habrá cronistas con el pecho caliente y la mente fría para contar y discernir sobre la verdad, sobre las personas que se involucran en diferentes hechos, sobre las razones y sus consecuencias”.

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