Danza de nombres en Terrazas del Portezuelo tras el pedido de renuncias de Rodríguez Saá
Circulan muchas versiones y muy pocas certezas en la Casa de Gobierno.
El ministro Cristian Moleker fue recién esta mañana la primera voz oficial en confirmar la decisión del gobernador Alberto Rodríguez Saá y reconoció que desconocía “el tiempo que se tomará para hacer cada una de las evaluaciones”.
Lo único claro sobre el próximo gabinete es la incorporación de dos secretarios con rango de ministros a partir de la nueva ley aprobada la semana pasada por la Legislatura.
Se sumarán a la actual estructura conformada por once carteras y cuatro secretarias de Estado con rango de ministerio. El organigrama de la primera línea se completa con el fiscal de Estado y los rectores de las dos universidades provinciales. Casi todos están a punto de cumplir un año de gestión, salvo Marcelo Riera (Salud) y Daniel Orlando (Turismo).
El staff está conformado por Alberto Rodríguez Saá hijo (secretario General de la Gobernación), Eduardo Mones Ruiz (ministro de Gobierno), Felipe Tomasevich (ministro de Obras Públicas), Marcelo Amitrano (ministro de Educación), Alicia Bañuelos (ministra de Ciencia y Tecnología), Cristian Moleker (ministro de Medio Ambiente, Campo y Producción), Marcelo Riera (ministro de Salud), Daniel Orlando (ministro de Turismo), Natalia Zabala Chacur (ministra de Hacienda), Beatriz Alagia (ministra de Seguridad) y Álida García Peanú (ministra de Desarrollo Social). A ellos se suman Ángela Gatto (secretaria de Vivienda), Juan Pablo Funes (secretario de Deportes), Adriana Bazzano (secretaria de la Mujer), Graciela Corvalán (secretaria de Logística), Fernando Salino (rector de la ULP), Eduardo Allende (fiscal de Estado) y Joaquín Surroca (rector de la UPrO).
Angela Gatto, Juan Pablo Funes, Adriana Bazzano, Graciela Corvalán, Fernando Salino, Eduardo Allende y Joaquín Surroca.
Hay varios nombres que se dan por hecho que abandonarán sus carteras por el desgaste propio de la gestión, pero con Rodríguez Saá no se puede hacer predicciones, reconocen dirigentes y legisladores del Gobierno.
Se especula que los cambios podrían llegar a las áreas más sensibles, pero hasta el más cuestionado de los ministros suelen mantener la estabilidad mientras las críticas arrecian.
De la mano de la depuración en las distintas líneas, se producirían rotaciones y ascensos.
Este momento parece ser el indicado para el gobernador para hacer los ajustes.
Al interrogante de quienes seguirán, se suma un segundo: ¿Cuánto tiempo insumirá la evaluación?.