Su expareja le desfiguró el rostro a golpes
Vanesa Ortiz tiene 28 años y vive en Villa Mercedes. El pasado 5 de noviembre la agresión de “su expareja Lautaro Emanuel Siliano le dejó el rostro desfigurado”. Intentó realizar denuncias en la Policía más de cinco veces, pero no obtuvo respuestas. Manifestó un miedo constante y falta de protección.
“Yo lo único que quiero es que se sepa todo lo que me está pasando”, expuso la joven.
Vanesa se encontraba en pareja con Lautaro Siliano desde hace cinco años, pero hace uno que comenzó a recibir agresiones constantes tanto físicas como verbales.
La pareja convivía en un departamento del barrio 960 Viviendas, pero el 5 de noviembre todo terminó cuando el hombre la golpeó salvajemente y ella decidió buscar resguardo en su familia.
“Antes me amenazaba, pero nunca había llegado a tanto como hasta ahora, el último año fue el más terrible”, confesó la joven en diálogo con elchorrillero.com.
La herida se la produjo con un celular, y cuando comenzó a sangrar le emitió un golpe con el puño lo que le produjo un gran corte.
A Vanesa le realizaron 15 puntos y se encuentra recuperándose, tiene miedo de que le quede una gran cicatriz, pero siente aún más temor por lo que pueda pasar si Siliano se le acerca otra vez.
Ella explicó que debe ser acompañada cada vez que se dirige a su trabajo, por su padre o alguna persona de confianza.
Vanesa trabaja en un local comercial, “salgo a las 12 todas las noches y él suele andar merodeando cerca”, dijo.
Por otra parte confesó sentir “una ausencia total de las fuerzas policiales”.
“Acá no te toman las denuncias de buenas ganas, dicen que después las mujeres terminan regresando con sus parejas, pero yo ya no quiero saber más nada con él”, explicó la joven.
Vanesa ya se acercó unas cinco veces a denunciar a Lautaro Siliano, pero indico: “Cada vez que les pedí un comprobante de mi denuncia, ellos decían que no podían darme nada”. Es decir que a la joven nunca se le tomó una denuncia.
Mientras tanto está a la espera de protección y siente temor de que el agresor se le acerque nuevamente.