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Se recuperan los jubilados golpeados con saña en un campo de Las Barrancas

Una semana después del violento asalto en la estancia “La Escondida”, los dos cuidadores atacados con violencia en un paraje ubicado 60 kilómetros al sur de la capital puntana, se recuperan de las heridas que pusieron en peligro sus vidas. Uno de ellos recibió un disparo en el estómago.

Los delincuentes dieron vuelta hasta los muebles y rompieron todo lo que encontraron a su paso.
Actualizada: 12/12/2016 20:49
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Horangel Algañaraz está en reposo y los médicos le recomendaron no hablar tanto hasta que no esté plenamente recuperado. Tiene 70 años y su cuerpo carga los achaques de un hombre que ha trabajado toda la vida. “Está más tranquilo, pero con golpes en todo el cuerpo. Tiene cortes en un dedo de su mano derecha, pero como tiene diabetes no lo pueden operar. Está con los antibióticos por ahora”, contó su esposa, América Castro, en declaraciones con elchorrillero.com.

En su cabeza le hicieron puntos en al menos dos heridas que los delincuentes le causaron con los culetazos que le propinaron mientras exigían plata. Esos golpes lo dejaron desmayado el pasado lunes cuando entraron a la casa que ocupa como casero de la estancia “La Escondida”, ubicada 60 kilómetros al sur de la provincia. En los minutos que estuvo inconsciente lo patearon y le hicieron cortes en un dedo: “No se acuerda si se lo quisieron cortar o lo pisaron, pero tiene quebraduras”, contó su señora.

“Los ataron como animales, con alambres y usando pinzas”, contó América, quien hoy agradece a la suerte no haber estado esa noche acompañando a su esposo: “Seguro también se ensañaban conmigo. Nosotros somos jubilados, y nos hemos acostumbrado mucho a estar en el campo, nos gusta. Le pido a Dios que los perdone, y que si siguen haciendo cosas malas no maltraten de esta manera a los viejos”.

La señora dijo que Horangel estaba haciendo la comida cuando los perros lo alertaron que había extraños del otro lado de la puerta. Y que en el campo estaba acompañado por otro casero, Zacarías Gutiérrez de 71 años, quien en el atraco recibió un balazo en el estómago.

Los dos caseros fueron brutalmente golpeados y atados con alambre.

Con los dos cuidadores reducidos, los delincuentes dieron vuelta las viviendas en búsqueda de dinero; rompieron muebles y hasta los colchones. Encontraron unos $20 mil. “No había más de eso que se llevaron, también algunas armas que estaban de adorno en una pared y cuchillos. Con enojo rompieron y tiraron todo, hicieron daño. Hasta rompieron las cubiertas de un auto, a lo mejor para evitar que los persiguieran”, agregó América. Hasta se llevaron el dinero de la Difunta Correa.

Gutiérrez ingresó en mal estado al Policlínico pero hoy ya está en una sala común, recuperándose de la herida de bala.

Antes de partir de la estancia, los ladrones pidieron las llaves de la casa del dueño de la estancia, para revisarla. Y huyeron en una camioneta que después abandonaron en el camino.

Horangel cree que cuando logró desatarse y escapar para pedir ayuda a los vecinos, Dios estaba allí. En el trayecto perdió mucha sangre.

La Policía intervino en el caso y realizó las pesquisas de rutina.

No hubo un lugar de las viviendas que los ladrones no hayan revisado en búsqueda de dinero.

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