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Cómo fue el violento robo a un matrimonio en Juana Koslay: “Los ladrones no eran rateros, actuaron como profesionales”

Fueron reducidos, golpeados y atados con alambre por dos hombres vestidos de negro, uno de ellos estaba encapuchado. Se llevaron alhajas y dinero en efectivo, dólares y pesos. Se fugaron en el auto de la mujer. Miguel Echegaray recibió un disparo y se encuentra internado en un sanatario.

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Actualizada: 15/01/2017 12:29
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El pastor Echegaray y su esposa Noemí Rivero, viajaron a La Punta alrededor de las 20. Luego de tres horas, regresaron a su vivienda y en el momento en que ingresaron se vieron sorprendidos por dos delincuentes armados que habían cortado los cables del sistema de alarmas.

Fueron varios los minutos en los que el matrimonio vivió una pesadilla en su propio hogar.

El robo, se produjo alrededor de las 23, cuando la pareja llegaba a su vivienda, situada en Aguada de Pueyrredón al 2700. Para acceder a la casa, los malvivientes ingresaron por el patio, forzaron la tela perimetral, violentaron una ventana y cortaron los cables del sistema de seguridad.

La pareja estaba a dos cuadras de llegar de su hogar, cuando les avisaron que se había activado la alarma. “Cuando llegamos, observamos que por fuera estaba todo normal, no se veía ninguna puerta forzada, por lo tanto decidimos entrar. En el momento en que miré las escaleras, pude ver a los dos delincuentes armados. Nos subieron al primer piso, nos redujeron y golpearon y nos pedían el dinero que teníamos, que según ellos, sabían de su existencia y que si no lo hacíamos, nos iban a matar. Mi esposo les dijo que no teníamos más nada y le pegaron un balazo en la pierna”, contó Rivero en diálogo con elchorrillero.com, el día después del violento asalto.

Sin dudarlo, la pareja les entregó todo lo que poseían. Los delincuentes se apoderaron de dinero en efectivo, dólares, joyas, y les quitaron sus teléfonos móviles.

En el momento en que se fueron, los ladrones ataron con alambres a la pareja y los encerraron en un baño. Escaparon en el automóvil de la mujer, un Peugeot 207.

“Yo logré soltarme como pude porque mi esposo estaba desangrándose. Con varios intentos lo desaté a él y salí corriendo en busca de ayuda de algún vecino, porque no teníamos nuestros celulares”, continuó Rivero.

La víctima explicó que “durante varios minutos nos cansamos de llamar al 911, y no respondió nadie. Luego nos atendieron y los policías llegaron a nuestra vivienda”.

Una ambulancia de Juana Koslay, trasladó al pastor al Hospital San Luis. Allí recibió la asistencia médica. Luego fue trasladado al Sanatorio Rivadavia de la ciudad. El fuerte impacto de la bala, le produjo la rotura de la cadera y el fémur de la pierna izquierda “pero no le ha tocado ningún vaso ni articulación”, explicó.

El pastor Miguel Echegaray recibió un disparo en su pierna izquierda durante el asalto.

La mujer agregó que los ladrones “ya habían dado vuelta todo, así que hacía mucho tiempo que estuvieron adentro. No fue solo cuando nos avisó la alarma, por lo tanto no eran rateros, actuaron como profesionales”.

En el momento en que llegó uno de sus hijos, con su smartphone rastreó los teléfonos del matrimonio para localizar el vehículo. Allí notaron que el celular del hombre figuraba en la estación de servicio Bella Vista y cuando llegó personal policial al lugar observaron que estaba el automóvil de la mujer abandonado por los ladrones. “No hemos podido abrirlo porque el juez no me otorga la orden”.

“No tenemos sospechas de quiénes pueden ser. Estaban muy tapados, vestidos todo de negro. Uno de ellos tenía pasamontañas, solo se le veían los ojos, al cual le decían el “Porteño” y el otro no me dejaban verle la cara porque me pegaba y me tiraba el pelo”, señaló y afirmó: “Fue una situación muy traumática, a tal punto que decidimos que nos vamos de este país. No creo que pase más mitad de año en que ya no estemos en Argentina, porque no se puede vivir así”.

Según explicó Rivero, la zona sufre de continuos robos. “Tenemos un intendente que sabe en dónde se vende droga y alcohol, pero aquí nadie hace nada. Al frente de nuestra vivienda y alrededores es todo baldío, los yuyos tienen la altura de los techos, es tierra de nadie Juana Koslay desde hace mucho tiempo”, aseveró.

“Ahora vamos a organizar una marcha, por la cantidad de robos en la ciudad y algo hay que hacer, no podemos vivir así”, concluyó Rivero.

En el caso intervinieron la Comisaría 5ta y la División Criminalística que se ocupó de las pericias. En 2016 se registraron dos asaltos violentos en la misma ciudad.

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