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La Iglesia pidió por “la mejor buena voluntad” de gobernantes, empresarios y sindicalistas “para encontrar soluciones”

El vicario episcopal de San Luis, Ignacio Daminato se pronunció “por trabajos dignos y estables”. El Obispado se expidió una vez más tras el cierre de industrias ocurrido en los últimos meses en la provincia.

La misa "por el trabajo" se celebró en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced.
Actualizada: 23/01/2017 19:17
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Durante la misa celebrada anoche en Villa Mercedes solicitó renovar “la confianza en Cristo para que tengamos nuevas fuentes dignas y estables de trabajo" y que por su poder " se suscite la mejor buena voluntad en los gobernantes, empresarios, sindicalistas y trabajadores para encontrar soluciones".

A partir de la fuga de fábricas y despidos que han tenido lugar en 2016 y en las primeras semanas de este año, se celebró la “misa por el trabajo” en la Iglesia Nuestra Señora de la Merced.

Participaron la delegada episcopal para la Pastoral Social Diocesana, Andrea Piñeda y dirigentes de gremios agrupados en la CGT Regional de Villa Mercedes, informó la oficina de prensa del Obispado.

En la celebración religiosa, se oró por “los trabajadores y sus familias, para que se generen empleos dignos y genuinos, y para que en comunidad fortalezcamos nuestro corazón para el diálogo, la búsqueda sincera del consenso y la construcción del bien común”.

El vicario inició el oficio haciendo llegar "el saludo y bendición” del obispo Pedro Martínez Perea como “gesto sincero de acercamiento y solidaridad a todos los hermanos que han perdido el trabajo y a sus familias, pidiendo por la pronta solución de este problema".

El padre Daminato invitó a "recuperar el sentido y la cultura del trabajo".

Llamando a la unidad, el padre Daminato recordó las palabras de San Pablo que "exhorta a que no haya divisiones y tengamos una misma manera de pensar y de sentir", y que "busquemos la unidad en las legítimas diferencias porque el Señor llama a todos a formar parte de su Reino".

"La Iglesia es una familia, una comunidad de fe y de amor, y esa unidad es el testimonio necesario para que el mundo crea", subrayó el vicario del obispo.

"Vivir en unidad, implica la aceptación del misterio de que la Iglesia es una realidad humana y divina al mismo tiempo: pecadora, siempre llamada a la conversión, y santa porque es obra de Dios, no es una mera asociación humana que cada uno puede hacer a su manera. Cristo ama a su iglesia como el esposo a su esposa y le prodiga amor fiel, aun cuando nosotros seamos infieles. Esa comunión y unidad es el modelo para toda unión social", invitó a meditar el sacerdote.

"Hoy nos preocupa la pérdida de trabajo de tantos hermanos, porque eso provoca un quiebre en la sociedad, destacó el padre Ignacio explicando que "en el plan de Dios el trabajo es un deber y un derecho", y que "el trabajo genuino y estable es cimiento para nuestras familias y para nuestra sociedad".

En palabras del papa Francisco quien recientemente ha vuelto a recordarnos que "sin trabajo digno no hay esperanza social", el padre Daminato invitó a "recuperar el sentido y la cultura del trabajo para afrontar el desequilibrio social, a solidarizarnos con los que sufren por falta de trabajo o salario insuficiente, ya que remediar estas situaciones es un acto de justicia social".

El vicario episcopal llamó a la esperanza y al diálogo pidiendo que "no seamos instrumentos de una mera economía deshumanizante. Aprovechemos esta situación para ejercitar el diálogo y encontrar una salida, siendo protagonistas de la generación de trabajo genuino y estable, en defensa de nuestras familias y de nuestra sociedad".

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