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Dos caras de una misma moneda: el público feliz y vecinos enojados en Potrero por La Renga

La tranquilidad del pueblo tomó un giro inesperado desde temprano cuando comenzó a recibir a miles de visitantes. Los fanáticos de la mítica banda de rock nacional llegaron desde muchas provincias y con ellos el ritual previo. A la par, vecinos y turistas se mostraron molestos porque se vio alterado el habitual ritmo de vida.

Fanáticos de La Renga durante la tarde en el Autódromo Potrero de los Funes.
Actualizada: 28/01/2017 23:21
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El culto a la banda comenzó desde temprano con fanáticos de todo el país que agitan “los trapos” y aclaman por Chizzo y los suyos. A pocos minutos de que La Renga pise el escenario, decenas de micros no dejan de llegar desde distintos lugares y las puertas al show ya fueron abiertas.

Por la ruta camino a Potrero el desfile de fanáticos dirigiéndose al autódromo da cuenta de la magnitud del evento. Las calles se encuentran con una multitud de gente, al igual que campings, parques, negocios, hospedajes y arroyos.

Será que es parte del rito de los fanáticos del rock hacer culto a su banda llegando muy temprano, incluso días antes al evento para esperarlo con todo el misticismo que genera ver a sus músicos preferidos.

¿Qué opinaron los vecinos?

Gustavo vive en Potrero y manifestó: “El recital nos viene bien”.

El decidió alquilar un terreno que posee como espacio de acampe y además tiene una playa de estacionamiento. Opinó positivamente sobre el megaconcierto y dijo que es “algo espectacular, la gente está contenta y lo vive de manera tranquila”.

Por su parte, Víctor planteó una visión opuesta expresando que “si bien es algo que ayuda a la economía, el fin no justifica los medios”.

“Potrero es un lugar tranquilo para descansar, despejarse y con esto ya no es así”, expuso, e hizo hincapié en el después del show.

“El pueblo queda sucio y a veces pasan cuatro o cinco días y aún hay restos de basura”, explicó el vecino.

Con respecto al operativo de seguridad opinó: “Espero que no se les vaya de las manos, sino esto es un descontrol”.

Un cabañero de la zona denunció que sufrió daños en su complejo y relató: “Una lástima, algunos turistas se fueron antes por miedo”. Además reveló una falta de organización explicando que vio a “la camioneta de la municipalidad manejada por policías por falta de móviles”.

Una vecina quiso hacer su descargo y agregó: “Nosotros estamos luchando con la mugre en la que han transformado a Potrero, gente borracha, carpas por todos lados, orina, materia fecal, vómitos, es un desastre”.

En un posición más neutral Soledad, la propietaria del complejo de cabañas Los Ríos analizó a la fecha como algo que “tiene dos impactos: uno positivo que es posicionar el lugar; y otro que, quizás, no es el momento indicado para hacerlo”.

Manifestó que enero es un mes “movido” y que hubiera sido preferible que se hiciera en épocas de menor turismo “en donde, quizás, hubiésemos trabajado mejor porque ahora nos superó la demanda”.

Lo cierto es que a pesar de las opiniones encontradas, y que a pesar de que los fanáticos acapararon cada rincón de la localidad, durante la tarde se vivió un clima festivo, con mucha gente, pero sin sobresaltos a simple vista.

Desde la Policía anunciaron que el operativo de seguridad contaba con la labor de 150 efectivos. Probablemente sea un número menor para los más de 15 mil espectadores que se esperaban, aunque por el momento el clima se notó amigable.

En la entrada y dentro del autódromo se montaron los operativos de tránsito que mantienen cierto orden en el tránsito, y en el sector de boleterías previo a boxes un equipo de seguridad privada que puso la organización.

Así es que finalmente el día llegó y será el momento de la apertura con las tres bandas teloneras, para luego darle paso a La Renga, en donde más de una  clásica canción hará “poguear” a sus religiosos espectadores.

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