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La desidia y la indiferencia atentan contra el Río Seco

Quienes viven en San Luis, conocen el afluente que atraviesa la zona sur de la ciudad. Una serie de indicios dan cuenta de su deterioro y la falta de mantenimiento. ¿A qué se debe y cuál es su estado hoy?.

Ni bien se desciende hasta el río el panorama muestra basura por doquier.
Actualizada: 29/01/2017 15:34
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Siendo el elemento vital de las civilizaciones humanas, a menudo muchos ríos se ven afectados por la contaminación urbana, industrial y también por los residuos líquidos de la población, este caso no escaparía a la acción destructiva por parte de muchos.

El Río Seco también llamado Río San Luis se encuentra en la zona sur de la ciudad capital.

Un equipo de elchorrillero.com hizo un recorrido en el sector más concurrido por la población, comprendiendo en el tramo ubicado entre avenida Santos Ortiz y avenida 18 de Septiembre, precisamente en el trayecto desde Ascasubi hasta Riobamba.

Claro está que es uno de los pocos lugares naturales que posee la ciudad en medio de la urbe, y para muchos el único donde darse un baño refrescante de manera gratuita pero, ¿qué es lo que la gente encuentra al llegar?

No hace falta recorrer demasiado el espacio para dejar en evidencia la falta de mantenimiento. Ni bien se desciende hasta el río el panorama muestra basura por doquier.

En la mitad del tramo visitado, una suerte de cascada debajo de un pequeño puente demuestra que es uno de los espacios más convocantes, ya que allí está la mayor concentración de residuos.

Desde botellas tanto de vidrio como plástico, tetrapacks, retazos de ropa, pañales, y una lista larga de objetos que contaminan el suelo. Muchos demuestran por su estado no estar ahí desde hace una semana, sino desde hace tiempo.

Ante esta realidad se observa que los cestos de basura del lugar, se encuentran desbordados, y los que no, es porque están inutilizables, destrozados. A causa de esto, los árboles son usados como contenedores de residuos.

Los yuyos han alcanzado altura y el escenario es igual en todo el parque que lo rodea.

Los asadores, mesas y bancos fueron destruidos y también se convirtieron en almacenadores de basura.

El parque se manifiesta propicio para el esparcimiento y recreación. Muchos lo utilizan, aun hoy, para realizar ejercicios.

También hay un espacio dedicado a los más pequeños pero los juegos se ven deteriorados. Aquí el pasto no es la excepción ya que se convierte en el hogar de muchos bichos y se vuelve un peligro para los niños.

En algunos sectores se observan animales muertos, por ejemplo ratas.

Las luminarias también fueron dañadas y en algunos sectores la oscuridad toma protagonismo durante la noche, convirtiéndose en un lugar poco seguro para transitar. En las últimas horas del día la gente opta por evitar el camino, ya que por momentos se vuelve un terreno inseguro.

Estado del agua

Al hacer una simple prueba sobre cómo se encuentra el agua, pudo corroborarse que el color no está demasiado alterado y no difiere mucho al de otros ríos. Lo cierto es que allí también se depositan residuos, incluso algunas zonas almacenan decenas de botellas flotando desde hace tiempo.

Entonces la pregunta es: ¿El agua del río es apta para bañarse?

Este medio consultó al programa de Epidemiología del ministerio de Salud y se intentó llegar a los funcionarios del ministerio de Medio Ambiente, a través de las áreas de prensa, antes de publicar esta nota.

En el primero de los organismos la respuesta fue que “no se han recibido denuncias sobre personas que se hayan visto afectadas por el agua”; en la segunda repartición, lograr realizar la pregunta fue un intento sin éxito.

Algunas personas que lo visitaron manifestaron cierta disconformidad con el estado en el que encontraron el lugar.

Ivana vive en el barrio CGT y llegó al parque para disfrutar de unos mates. Comentó que hace mucho no lo visitaba y pensó: “Es una lástima que esté tan abandonado”.

“Da pena porque es un lugar hermoso, a donde venía mucha gente”, agregó.

Consideró que mantener estos espacios es “tarea de todos”, y que muchas veces el problema radica en que “la gente no colabora y no lo mantiene”.

Carmen, una vecina de la zona manifestó lo mismo e hizo extensivo el mensaje a las autoridades: “Es tarea del Gobierno y de la gente cuidarlo”.

“Antes estaba muy bonito, daba gusto venir, pero hoy quedé sorprendida, hay hasta pañales tirados, está horrible”, lamentó la vecina.

Teresa también es de la zona y cruza habitualmente para distintos quehaceres. Se mostró en desacuerdo con el mantenimiento del lugar. “Hay mucha basura y el pasto casi no deja ver de un lado para el otro”, dijo.

A su vez hizo responsable a las personas que visitan el río: “Los vecinos deberíamos cuidar un poco más el ambiente, dejan tirada la basura y los perros la desparraman”.

Recordó que tiempo atrás había gente realizando el mantenimiento, pero advirtió que “dejaron de hacerlo hace unos dos años”.

Lo cierto es que el Río Seco era un lugar agradable y digno de visitar, pero con el paso del tiempo una serie de factores atentaron contra él.

Algunos lo atribuyen a una falta de cuidado haciendo responsable al Gobierno, otros a la falta de compromiso de los ciudadanos que destruyen.

Es válido consignar que se trata de un espacio público y es tarea de todos cuidarlo. Pero en este momento: ¿De quién es la responsabilidad de tomar riendas en el asunto para recuperarlo?

La negligencia de muchos visitantes y el descuido del Estado son el denominador común.

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