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La historia que se hereda: tiene 43 años y busca a su madre biológica

El 2 de mayo de 1973 nació en la ciudad de Mendoza Rodrigo Marthi. Treinta y cuatro años después, en 2007, tuvo la certeza sobre algo que sospechó desde pequeño, su familia lo había adoptado. Hoy inició un viaje al pasado para lograr reencontrarse con la mujer que lo llevó en su vientre y le dio la vida. Una parte importante de la verdad podría estar en San Luis.

Rodrigo Marthi, a los 46 años, busca completar su historia. (Foto: Cortesía Rodrigo Marthi)
Actualizada: 06/02/2017 14:13
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El matrimonio de Carlos Marthi y Norma Giordano lo registró como hijo borrando cualquier dato de filiación con su familia biológica.

Creció en el departamento de Guaymallén, Mendoza y hoy vive en El Challao, Las Heras, junto a su esposa Mariana y sus hijos Santiago de 10 años, y Agustín de 8.

Según lo que pudo averiguar, su madre biológica también sería de Mendoza pero al momento del embarazo era estudiante en la Universidad Nacional de San Luis.

El comienzo de una parte de la historia se remonta al 2007.

Desde ese momento, sus intenciones se fueron manifestando de distintas maneras. La introspección a su historia personal se mantuvo en pausa por varios años, para luego retomarla. También la búsqueda mantuvo cierto carácter privado hasta que decidió hacerla pública: ingresó unas líneas con un profundo contenido en internet. Esa fue la carta de presentación de una historia que pretende completarse y la cual tuvo gran impacto en la redes sociales el último tiempo.

Hace 10 años, Rodrigo confirmó a través del hermano mayor de su madre adoptiva que no compartían lazos sanguíneos. Aunque fue algo que intuyó durante toda su vida porque no es parecido “a ninguno de la familia”, o en algún momento a alguien se le escapaba algo que le generaba dudas o simplemente sucedían cosas que dijo: “Uno va tomando y advirtiendo”.

En una suerte de broma inocente, un episodio de niño lo llevó a enfrentar a sus padres por primera vez. “A esa edad siempre decís cosas para molestar y mi primo me dijo esta verdad, que era adoptado, sin reparos, después yo enfrenté a mi madre con el interrogante, pero ella con buena cintura pudo salvar el momento y todo continuó”, recordó.

Esa fue la primera de varias situaciones que se repitieron en la adultez.

En su adolescencia la idea siguió latente. “Crecí y esa duda me quedó dando vueltas, buscaba fotos de mi madre embarazada y no encontraba, buscaba fechas… la duda quedó instalada, nunca se fue”, continuó.

En 2007, con más de 30 años, luego de la revelación de su tío, volvió a consultar con sus padres nuevamente  pero ellos “no fueron capaces de decirme la verdad”. “Vi que les generaba mucho daño con la pregunta, y en la disyuntiva de no saber qué hacer decidí no continuar, sobre todo porque todavía no estaba maduro”.

Rodrigo es consciente de su historia y no reniega de la actitud de sus padres, tal  cual él los considerará siempre: “Estoy muy agradecido con ellos, fui muy feliz y me dieron mucho amor”.

Lo cierto es que desde hace un año retomó su búsqueda. En el medio pasaron muchas cosas que lo impulsaron a tomar la determinación. Una de ellas fue la muerte de su padre en 2010, y la de su madre hace poco más de un año.

“Después del fallecimiento de ella, sentí la obligación de continuar con lo que había empezado alguna vez, supe que ya tenía el permiso para hacerlo”, manifestó.

Otro motivo fueron sus hijos, “sería tan bueno para ellos como para mi saber la verdad”.

Es así que más decidido que nunca se puso en contacto con distintos grupos de personas que transitaron la misma vivencia que él.

“Lo llamativo e increíble de las redes en la actualidad, es la gente que comenta, te da apoyo, y se ocupan de contarte su historia, te alientan a seguir, a la vez que otros alertan”. Así fue que Rodrigo, luego de dar con varios grupos, llegó a “Completando mi historia” y  a Patricia Margaría, una mujer que lo acompaña, desde el mismo lugar, en este proceso.

El comienzo de un rompecabezas

“Según algunos datos que pude conseguir de familiares, mi madre biológica quien fue obligada por su familia a entregarme por ser muy joven (entre 18 y 20 años aproximadamente) y ser soltera, supuestamente era estudiante de Farmacia y Bioquímica en la Universidad Nacional de San Luis”, expresa en un pasaje el texto que ya lleva más de 6 mil compartidos en Facebook.

“Hay un parentesco con la partera que me registró, ella vivía en Mendoza pero tenía familia en San Luis y fue quien recibió a mi madre biológica para tenerme”, explicó Rodrigo.

Ella sería la única conexión con su madre biológica, pero la mujer murió el mismo año en que él nació.

Lo cierto es que el apellido de quien asistió el parto y figura en su partida de nacimiento, Ana Prolongo de Pérez, es una pista central que encauzó la búsqueda.

“Sé que nací en la ciudad de Mendoza, pero no sé en qué clínica y es difícil saber por dónde empezar, también entiendo que los registros de la universidad de San Luis pueden ayudarme a dar con ella”, sostuvo.

“Esto es muy delicado y tan sensible no solo para mí, sino también para ella, como también sé que no puedo albergar esperanzas en vano, pero la posibilidad de que logre contactarla, existe”, expresó Rodrigo consciente de la situación.

Imagina que detrás de su madre biológica hay una familia, y que “las posibilidades son infinitas”. “Solo pienso en ella y en el momento del reencuentro”, manifestó.

“Pienso en llegar y decirle que todo salió bien, que fui feliz y que si su intención fue que tuviera una familia que realmente me quisiera y se desviviera por mí, realmente lo logró”, fueron las palabras que esbozó Rodrigo ante uno de los mayores desafíos de su vida.

Comprendió que la situación que vivió su madre siendo tan joven no debió haber sido fácil:" Transitar el embarazo sin compañía, por ejemplo, son cosas que yo puedo entender hoy que tengo a mi familia".

Las motivaciones de Rodrigo Marthi son completar su historia “ese capítulo que falta”.

Si finalmente la encontrara le diría que “esto ya pasó, curemos cualquier herida y miremos hacia adelante; si lo vamos hacer juntos va a estar bien y si no también”, dijo.

“Que ella tenga la tranquilidad de que toda estará bien, que no tenga dudas”, afirmó.

“Después de madurarlo mucho tiempo entendí que muchas veces la vida no es justa para nadie, y si hay otras personas que hoy pasan por lo mismo, mi consejo es que se animen a avanzar”, alentó.

También recomendó publicar detalles como “una simple foto y los rasgos porque las cuestiones físicas suelen ser una opción más en la búsqueda ya que en los relatos, suele haber errores”.

Hoy Rodrigo cuenta con el apoyo incondicional de su esposa; con el impulso de tener a sus dos hijos que son una parte central en su historia; de su hermano 9 años mayor que él; y su círculo más íntimo.

No pierde las esperanzas, pero es totalmente consciente de los distintos desenlaces que se pueden dar. Solo asume como cierto que su deseo es muy fuerte y que hará todo lo que esté a su alcance para que después de tantos años pueda llevarle tranquilidad y paz a su madre y decirle “salió todo bien, empecemos una nueva historia”.

A la vez se mostró agradecido con la familia con la que creció. “Esto no va a cambiar la vida que tuve, ni quien soy”, concluyó.

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