¿Cómo contribuimos en la felicidad de nuestro perro?
Samantha Edgar es guía canina, vive en la ciudad de San Luis y dedica gran parte de su tiempo a educar y cuidar perros. Adiestramiento, cuidados a la hora de pasear con ellos, sociabilización y hasta reiki. Tomando algunos consejos se puede ayudar a la felicidad de las mascotas.
Muchas veces los perros acompañan a las familias por mucho tiempo y son cobijados como un integrante más, otras, las que duelen, son descuidados o incluso sufren el abandono o la indiferencia.
Por suerte, son muchas y más las personas que les ofrecen todo su amor y cuidados, ellos, los peludos de cuatro patas retribuyen con creces.
Edgar es guía canina, se capacitó en una fundación llamada “Súper Cachorros” en DF México, hace cuatro años. Asesora a los propietarios y educa a los perros.
“La idea en cuanto al adiestramiento es siempre utilizar la educación en positivo, evitando bajo todo punto de vista métodos aversivos como se utiliza habitualmente”, relató.
Explicó que la educación en positivo trabaja sobre las conductas reforzándolas para que después, por defecto, el perro directamente ignore y deje de lado los comportamientos indeseados.
Al momento de modificar acciones, se evalúa toda la situación. La alimentación del perro, la salud, la rutina, los aspectos que influyen en su comportamiento, sus necesidades y el bienestar.
“Evaluamos la dinámica familiar en el hogar y ayudamos a adaptar al perro a eso puntualmente, con cada uno el trabajo siempre es diferente”, dijo.
Samantha fundó en la ciudad de San Luis “Patitas a la obra”, una guardería canina donde “los perros pueden estar sueltos, donde como guía trabaja con grupos reducidos para que puedan convivir y socializar”.
La guía definió como “cruciales” a los primeros años de los perros para forjar su carácter y conducta. Su genética influye.
Samantha está habilitada además para realizar primeros auxilios, hizo un curso de asistente veterinario, de reiki y masajes.
“Yo hago hincapié para que sociabilicen a sus perros desde el día uno hasta el último. Es básico para que vivan libres de estrés, en armonía. Esto no significa que un perro es amigable con absolutamente todo el mundo, sino que significa que se relaciona de manera confiada en su entorno, que no responde con miedo o inseguridad a estímulos cotidianos como los sonidos de la ciudad, a otros perros, personas desconocidos, niños, motos”, detalló.
Según Samantha es “sociabilizando” como los perros conocen su propio lenguaje. Aprenden a comunicarse y relacionarse de manera adecuada con los demás perros: “Eso es fundamental para que viva equilibrado, sea feliz y lo puedan llevar a todos lados, que pueda venir gente a tu casa, que el perro esté integrado tanto con la familia como con la sociedad, que se sepa comportar”.
Para la guía el beneficio de la sociabilización “lo va a disfrutar tanto el perro como su familia durante toda su vida”.
Hay cuidados a tener en cuenta al salir a la calle con el perro.
Una primera medida es tener al día el plan de vacunación: “anualmente se coloca la quíntuple y la antirrábica, para cuidar su salud y evitar que se contagien cualquier virus o bacteria. También sí ocurre un accidente y muerde o lo muerden para evitar la rabia, es preventivo, en Zoonosis se coloca gratuitamente”.
Otra medida de seguridad que apunta es llevar al perro siempre con correa, si puede morder o tiene problemas de agresividad, con bozal. La correa además evita que se vaya corriendo, que escape y lo pise un auto, que se pelee con otro perro, etc.
La educación en la casa es importante “antes de salir con el perro a la calle, practicar el llamado y que responda, decirles no y que obedezca, para que por ejemplo no coma cosas que lo pueden hacer mal. Que sea obediente puede salvar hasta su vida”, describió Samantha.
¿Cómo hacemos para no cruzar el límite al tratar de “humanizarlos”?
“La mayoría de las personas caemos en esto muy fácilmente, inclusive quienes hemos leído, estudiado y trabajamos para no hacerlo, a veces instintivamente nos nace”.
Samantha apuntó que al humanizarlos “no les hacemos ningún favor a los perros sino que todo lo contrario porque de esa manera no respetamos las necesidades que ellos tienen como especie y les trasladamos las nuestras”.
“Hay gente que quiere cruzar a sus perras aunque sea una sola vez para que cumplan su ciclo, eso no es así, es un gran mito, los perros no necesitan ser cruzados, no les produce ningún beneficio físico, orgánico ni emocional, entre otros”, ejemplificó.
Otro caso es que muchas personas que tienen perros pequeños cometen el error de llevarlos en brazos y no le permiten cumplir sus necesidades durante un paseo, ellos necesitan tener las cuatro patas sobre el piso para poder relacionarse con otros perros, olfatear.
La asesora contó además que las personas que tengan problemas con la conducta de sus animales: “Lo hago sin costo porque me gusta colaborar para que la gente no abandone a sus perros, promuevo la esterilización, la tenencia responsable, promuevo que los eduquen para que no los abandonen”.