Mario Pérez: “San Luis es la única provincia que reconoció a sus héroes”
Por Nicolás Gatica Ceballos
El periodista revivió en palabras cada sensación emanada de su experiencia en las islas. Con precisión profesional, sin abstraer la sensibilidad del alma, compartió lo vivido en el viaje que cambió la vida de los héroes puntanos.
Así como una cámara de fotos congela un momento que jamás se volverá a vivir, pero sí recordar; Pérez revivió sus capturas de todo lo que vivió como periodista en las Islas Malvinas.
A tres años del primer viaje de los excombatientes puntanos, el periodista comentó que cubrir ese hecho le generó una “sorpresa impresionante” y al mismo tiempo su cabeza “funcionaba a mil revoluciones”.
Pérez se interrogó cómo iba a contar la historia, cómo procedería a enfocarla, qué detalles destacaría, y sobre todo, la responsabilidad de no dejar afuera ningún aspecto de preponderancia para la sociedad.
Esas incógnitas se esfumaron ante la presencia mística, tanto de los valientes que defendieron la patria, como el territorio argentino que dejó entrever una lágrima por tanto dolor.
Pérez recordó que estaba presente en una cena donde el exgobernador Claudio Poggi les preguntó a los excombatientes con tono de “promesa”: “¿Les gustaría volver a Malvinas?”. Lógicamente un “sí” rotundo vibró esa noche, pero con cierto recelo, esa desconfianza que generó tantos años de olvido.
Esa noche el periodista tomó el dato sólo como información de agenda, al punto de que lo divulgó en su programa “Agenda Abierta” que se emitía por Canal 13 y en sus transmisiones de Radio Digital.
La sorpresa la tuvo un mes más tarde, cuando le dieron la noticia de que cubriría el primer viaje de los héroes puntanos a Malvinas.
Las sensaciones que recorrió al momento de ver las islas, le generó patriotismo profundo. Pero también un sabor agridulce, la amargura de ver un héroe con el agua corriendo en los detalles de su rostro, la nostalgia de que por más abrazo y conexión que se brinde, no alcanza para calmar el llanto.
Según Pérez la rigurosidad periodística, le recordó que debía mantener la templanza. “En lo que podía los consolaba, pero no pude evitar el imán emotivo” explicó Pérez.
En Malvinas no les permitieron lucir ninguna prenda que tuviera la bandera argentina. Para tomarse una foto con los colores de la patria, tuvieron que ir a lugares recónditos.
Una vez en los sitios, gritaron “viva la patria”, lo que los motivó a “sentirse más argentinos que nunca”, y grabar en el frío viento sureño la bendición de las almas que protegen las islas.
“Sentir el silencio que hay en el cementerio, ver las lápidas con los nombres o aquellas que rezan: ‘Soldado argentino solo reconocido por Dios’, te parte el alma, y te dan ganas de constatar las identidades”, comentó.
Las historias de Malvinas tienen particularidades concretas, pero hay un patrón que se repite en cada hombre que pisó el suelo de neblina: “Volvimos con la cabeza baja, en secreto, ocultados de la sociedad”.
Ese hecho lastimó cada héroe y en ellos a cada argentino, pero a través del viaje, pudieron volver con la frente en alto y con los honores que merece cualquier soldado de ley. “San Luis es la única provincia que reconoció a sus héroes”, dijo el periodista.
Los excombatientes volvieron con cierta paz, con la sensación de haber cerrado emociones. Pérez volvió con la apertura de las mismas, regresó con un cúmulo de datos, imágenes y audios que formarán parte de la historia. “No hay una semana en la que no prenda la computadora y recuerde en las fotos todo lo que viví”, expresó en un tono firme.
El comunicador concluyó diciendo que vivió el viaje con “muchísimo gusto”, y "espera que la vida encuentre a los jóvenes en el mismo recorrido".
Quizá esa experiencia sirva para equilibrar el contexto en la superficie que mira el suelo argentino a través del mar, tal vez sea motivo de inspiración para las generaciones futuras. "El viaje de los héroes puntanos cerró una herida", y dejó la esperanza de encontrar "la hermanita perdida", como decía Atahualpa Yupanqui.