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Raúl Castells inició una huelga de hambre en contra de Rodríguez Saá

El dirigente político inició esta mañana una protesta en la puerta del Juzgado Electoral y realizó fuertes acusaciones contra Alberto y Adolfo Rodríguez Saá, en relación a Compromiso Federal.

El dirigente político, Raúl Castells, contó a los medios de comunicación por qué tomó la medida.
Actualizada: 03/04/2017 19:37
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“Nos quieren robar un partido que nos costó 20 años construir. Me siento traicionado, siento decepción porque compartimos 15 años de amistad. Este es un manejo mafioso e ilegal”, dijo con respecto a la fuerza política que surgió de la unión entre su movimiento y Es Posible, fundado por Alberto Rodríguez Saá.

Castells llegó a la capital sanluiseña, según le explicó a los medios de comunicación, para realizar trámites e informarse sobre el proceso de elecciones internas en el partido Compromiso Federal.

Raúl Castells en la puerta de la Justicia Federal formuló cuestionamientos a Rodríguez Saá.

“Había fecha de elección de autoridades para el 6 de mayo, pero hoy me entero que en un acuerdo entre Rodríguez Saá, el juez (Juan) Maqueda y (Sonia) Randazo, ya habían nombrado a dedo sin que se eligiera a nadie, autoridades de un partido que no les pertenece, que está en 14 provincias. Esto es un manejo mafioso e ilegal, por eso los compañeros en Buenos Aires, con el doctor Miguel Ángel Pierri están apelando ante la cámara electoral nacional y haciendo el trámite de juicio político a Maqueda”, aseguró el fundador del Movimiento de los Jubilados y Desocupados.

A partir de la información que recibió en el Juzgado, Castells tomó la decisión de suspender su regreso, previsto para las 20:20 de este lunes, e iniciar una huelga de hambre por tiempo indeterminado en San Luis.

“Antes de que se votara, ellos ya habían arreglado poner autoridades para no perder las elecciones internas. Esto nos parece vergonzoso, miserable, digno de la mafia siciliana. Escuchaba que se reían de Poggi porque decían que a este juzgado lo manejaban ellos, pero creía que era broma. Ni siquiera en Formosa se animarían a hacer semejante manejo mafioso”, destacó el dirigente piquetero que se recostó en la vereda y se tapó con un poncho rojo, pasadas las 11 de la mañana.

“Ellos saben que esto termina en el Consejo de la Magistratura, está la ley de partido político, que esta conducta es delictiva. Estamos hablando de gente amiga, de 15 años, de cuando Adolfo fue presidente. Esto es miserable, hacerlo con nosotros que somos gente pobre, que somos un movimiento de jubilados y desocupados. Acá ellos manejan el gobierno, tienen recursos importantes, y vienen a robarnos a nosotros. No se puede tener esta inmoralidad”, sostuvo.

Al mismo tiempo afirmó que el “cariño y la amistad” que lo unió con los hermanos Rodríguez Saá se terminó esta misma mañana: “No creo que esto haya sido inocente. Hubo plata muy grande o algo de ese tipo. Nuestros compañeros se van a movilizar mañana en Buenos Aires y entrará la apelación, como también el pedido de juicio político”.

“Nosotros no somos Poggi, tenemos compañeros en todo el país, ustedes nos conocen y cuando decimos que hacemos una huelga saben que la hacemos hasta el final.

O nos devuelven lo que nos robaron, o voy a tener el honor de dejar el cuero en San Luis, justo en la tierra de mi mamá que nació en Villa Mercedes”, aseguró.

También dejó en claro: “Prefiero dejar la vida antes que una manga de delincuentes feudales y mafiosos que creen que porque van a poder robar un partido que nos costó 20 años poder construir”.

Dijo que los recursos del partido los manejan Carlos Sergnese, Natalia Flores y Alberto Rodríguez Saá (hijo): “Vimos manejos confusos, pero en el aprecio que teníamos, creímos que era un hecho circunstancial, después nos enteramos que se había hecho un lavado en la campaña electoral de 5 millones de pesos. No teníamos conocimiento porque eso se manejaba desde acá, a través de esta gente”.

Trató de expresar su ánimo del momento y sus sentimientos: “Me siento como se siente alguien a quien lo traicionan, siento una inmensa bronca, odio, que no se puede creer. Compartimos tantas veces el pan y el vino, marchas, un montón de cosas. Vivimos en la extrema pobreza, yo vivo en una calle de tierra en el Chaco. Ojalá vean esto que es una indignidad, una inmoralidad, es tirar la honra a los perros porque es la actitud más miserable”.

“Ustedes saben que somos humildes, un movimiento de desocupados. ¿No les da vergüenza robarnos ante su propio pueblo?”, fue el mensaje más directo que les envió a Adolfo y a Alberto.

Habló de lo frágil que está su salud y que sabe que será difícil sobrellevar el clima de San Luis: “Prefiero esto a irme lamentando”.

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