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El hincha que cayó desde la popular de Belgrano: la historia que terminó en tragedia

Emanuel Balbo lucha por su vida después de una tremenda pelea en la tribuna del Kempes. Todo comenzó cuando habría reconocido a uno de los supuestos asesinos de un hermano, muerto en 2012.

Gaceta Mercantil
El hombre fue arrojado en el entretiempo del partido que jugaron Belgrano y Talleres.
Actualizada: 16/04/2017 17:28
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Emanuel Balbo es la persona que lucha por su vida en el Hospital de Urgencias, de Córdoba capital, luego de una pelea contra varias personas que terminó en una caída al vacío en una de las populares de la cancha.

¿Qué habría desencadenado la tragedia? Según la familia Balbo, Emanuel habría reconocido en la entrada del Kempes a uno de los supuestos asesinos de su hermano, muerto en 2012, informó La Voz del Interior.

La historia comenzó en noviembre de 2012, cuando dos chicos, de sólo 14 y 15 años, se conducían en una moto por una avenida de barrio Ampliación Ferreyra y fueron arrollados por dos vehículos que iban a altísima velocidad (en calle Perello, entre manzanas 3 y 5), presumiblemente corriendo una picada.

La Voz del Interior publicó por aquellos días que víctimas de una violentísima colisión, Enrique Díaz falleció en el lugar, mientras que Agustín “Didi” Balbo murió en el hospital.

Uno de los vehículos, un Gol rojo, quedó en el lugar, junto con su conductor Oscar Eduardo Gómez, mientras que el Golf verde huyó pero luego fue ubicado en Ferreyra.

Quien lo manejaba, Javier Alejandro Navarro, fue detenido junto con Gómez (Gomez es hoy, sindicado por la familia Balbo, como uno de los responsables de lo sucedido en el Kempes el sábado).

Incendio

Horas más tarde, luego del accidente el Golf fue incendiado por revoltosos del barrio.

Aquella tarde de noviembre de 2012, indignados por la situación, varios vecinos la emprendieron contra una de las casas de los familiares de los automovilistas. Fueron frenados por la Policía.

Días después, y luego del sepelio de uno de los chicos, varios jóvenes volvieron al barrio al mediodía y pretendieron cobrarse la vida de los chicos, muy queridos en el barrio.

Así comenzó la refriega que se prolongó hasta caer la noche y cuando comenzó a llover copiosamente. Las calles del barrio-ciudad quedaron sembradas de cascotes y piedras, y era difícil transitar sin ser alcanzado por esos peligrosos proyectiles.

Como contrapunto, la Policía respondía con las escopetas cargadas con balas de goma.

Los supuestos responsables de la tragedia fueron detenidos, e imputados de homicidio culposo por el fiscal Víctor Chiapero.

En 2012, vecinos de los chicos muertes mostraron su indignación por lo sucedido. (La Voz del Interior).

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