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Adolfo R. Saá y Claudio Poggi se enfrentarán en una elección decisiva

Son dos actores centrales de este tiempo electoral en el que entró en discusión mucho más que la representación en el Senado. Se activa la carrera por la gobernación en 2019. Rodríguez Saá y su hermano Alberto, juegan a conservar el “modelo San Luis” y Poggi propone decidir “el futuro de San Luis”.

Parada crucial: Claudio Poggi y Adolfo Rodríguez Saá se medirán por primera vez en las PASO.

por Daniel Miranda

elchorrillero.com

Actualizada: 25/04/2017 11:30

A dos meses prácticamente del cierre del plazo de oficialización de candidatos (24 de junio) y con una diferencia de 24 horas, ambos hicieron público un secreto a voces: competirán encabezando los binomios de senadores nacionales el 22 de octubre.

Antes habrá una parada que será clave para la lectura de esos comicios: el 13 de agosto se celebrarán las PASO. Ir a votar ese día es vital, según entienden algunos sectores de la oposición.

En San Luis, las primarias para cargos provinciales no son obligatorias por obra de la reforma que promovió el actual gobernador. Ahora se llaman PAS y los ciudadanos no tienen el deber de ir a votar para las categorías locales. Tampoco es una imposición para los partidos políticos. Es un cambio que calza justo en la estrategia del Gobierno provincial, según leen analistas y políticos.

El líder de Avanzar que suscribe la necesidad de expresarse el 13 de agosto, hizo el anuncio el jueves ante los fundadores (tal como denominan en la fuerza a los afiliados) en La Punta. Apelando al lenguaje simple que utiliza para comunicar, se largó: “Como no hay 2019 sin 2017, por eso voy a ser candidato a senador Nacional”. Y remató: “Seré candidato a gobernador en 2019”.

El discurso que pronunció en la inauguración de la segunda sede partidaria, envuelve la densidad de su pensamiento y contiene las líneas rectoras para la batalla. Invita a cerrar definitivamente el capítulo de la historia que escribió Rodríguez Saá y llama a inaugurar una nueva era.

El cinco veces gobernador de San Luis dijo el viernes lo que todo el oficialismo ansiaba escuchar. Así se consumió el clima de suspenso que construía Compromiso Federal y el Gobierno para dar lugar después a la formalización de su postulación.

“Todavía falta un tiempo, pero es muy probable que sí, que sea candidato”, fueron las palabras mágicas de Rodríguez Saá para responder la consulta de un cronista de este medio que lo indagó sobre su futuro electoral.

Se precipitó el anuncio programado para dentro de unas semanas.

Como invitado de lujo del Centro de Jubilados provinciales en el festejo del 60 aniversario de su creación, el gobernador más importante que tuvo San Luis durante el siglo XX, retomó el viernes 21 la agenda proselitista. Estuvo unas semanas ausente que se justifican en la luna de miel.

La puntanidad y la extraordinaria transformación experimentada por la provincia por influjo de sus gestiones, son los puntales sobre los que se apoyará para atravesar la campaña.

Eso justamente desgranó ante los jubilados aunque su discurso en varios pasajes pareció estar destinado a diferenciarse de Poggi y a dejar en claro que la revolución provincial no reconoce a su exahijado político como arquitecto. Recordó que él nació en San Luis y que toda la raíz del árbol genealógico está en esta tierra. Poggi por el contrario lo es por adopción.

Cabalgarán una campaña de una intensidad sin precedentes de acuerdo a los indicios. El oficialismo buscará reafirmar el poder, lo cual en su idioma significa ratificar el modelo. Poggi, que estrenará el rol de opositor tras dar el portazo en Compromiso Federal, se erige como la alternativa ante un electorado incansablemente fiel durante tres décadas. Traducido: va por la hazaña.

En el curso de los próximos días se sucederán los pronunciamientos, tanto en la alianza que liderará Rodríguez Saá como en el frente opositor.

Basta ver la generosidad en el dispendio para comprobar la trascendencia que adquiere la próxima elección. Algo inimaginable para una legislativa. Hay un antecedente de la apertura de la compuerta del tesoro: para auyentar los fantasmas de la elección de 1999, Alberto Rodríguez Saá renunció al Senado y desembarcó el 24 de febrero de 2001 en el Gobierno asumiendo la jefatura de Gabinete con plenas facultades. Cambió la Ley de Ministerios, armó una superestructura con un elenco de dirigentes peronistas tradicionales  (Sergnese, Quinzio y Mary Merlo dejaron las bancas en el Congreso para ocupar los principales casilleros en el organigrama, Urteaga, entre otros), creó Pueblos Puntanos, implementó los planes de pasantías y pañuelos verdes e instauró un salario mínimo, vital y móvil para el sector privado. Hubo contención para los jóvenes y una batería de obras se comunicaba en forma diaria a toda hora. En octubre de ese año pasó la aplanadora (el frente conquistó todo lo que se disputaba, Torrontegui, el fallecido José Mirábile y Guillermo L´Huiller resultaron consagrados diputados, mientras que Ernesto Ochoa y Negre de Alonso fueron electos senadores).

El actual Gobierno nacional está interesado en la suerte electoral de San Luis. No será un espectador pasivo, todo lo contrario. Planea aportar para que el resultado sea noticia.

Ahora Poggi para Compromiso Federal no es un adversario: es el enemigo. Es "el traidor" en el argot del oficialismo duro.

El Gobierno que tiene encolumnado al ultrakirchnerismo, honrando los manuales eludirá la polarización con el exgobernador y con la fuerza opositora desde la que peleará. Procurará que exista una sobreoferta en el cuarto oscuro.

Después de todo, hoy lo único claro es que ambos están lanzados y con ellos se terminará de armar el rompecabezas.

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