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Una multitud acompañó al Cristo de la Quebrada en la procesión

Hoy se vivió uno de los momentos de mayor trascendencia para los devotos. Con la participación de autoridades y creyentes de diversas provincias, las calles se tiñeron de esperanza en el marco de un multitudinario testimonio de fe.

ANSL
Miles de personas se congregaron para rendir culto al Santo Cristo de la Quebrada.

por gatica

elchorrillero.com

Actualizada: 03/05/2017 23:56

La parroquia de la localidad estuvo en constante intervención de sacerdotes de diferentes congregaciones. Las misas que se oficiaron durante la mañana, los rezos, las súplicas, bendiciones, confesiones y los cánticos acompañados por fervientes acordes de guitarras, fueron el escenario ideal para quienes profesan la fe católica.

Al culminar la misa de las 15, quienes estaban en distintos puntos de la localidad, comenzaron a arrimarse hasta la Iglesia. Desde la puerta del templo, los “portadores del Santo Cristo de la Quebrada”, transportaron la imagen generando la emoción de los que rindieron culto.

La tradicional procesión fue encabezada por el obispo Pedro Martínez Perea. Junto a él caminaron el vicegobernador Carlos Ponce y el senador Nacional, Adolfo Rodríguez Saá.

Mezclado entre los feligreses más atrás participó también el exgobernador Claudio Poggi. Estuvo además el diputado kirchnerista, Daniel González Espíndola y funcionarios del Gobierno.

A las 16:15 comenzó la procesión. “Cristo en vos confío”, expresó la reflexión que dio apertura, mientras lágrimas y sonrisas invadieron la plaza central recordando en cada gesto, “su mayor pedido a Dios”.

Las campanas se entrelazaron con las melodías de la Banda de la Policía de la Provincia, coronando la salida del Cristo, a quien rindieron culto con alabanzas, cantos y oraciones.

Por momentos se acercaban fieles con dificultades físicas y le pedían a la Policía que los dejaran acercarse a la imagen, para tocarla, sentirla, como queriendo abrazar la fe, allí donde no se necesitan ojos ni razón.

“La familia que reza unida, permanece unida. Pueblo que reza unido, permanece unido”, pronunció el sacerdote que dirigía la procesión.

Mientras rezaba, recordaba que “la fiesta es un encuentro de generaciones, donde hijos, padres, nietos y abuelos unen la fe”. En ese instante muchas personas se empalmaron al encuentro desde las distintas calles aledañas y comercios.

Los uniformados preservaron la seguridad utilizando un cordón que rodeaba las dimensiones de la procesión, con especial énfasis en las autoridades.

“Santo Cristo de la Quebrada, escúchanos”, rezaban los fieles mientras encomendaban súplicas a Dios y rogaban por el eterno descanso de los difuntos.

“No se puede pedir un minuto de silencio, pero sí el respeto de cada uno en su corazón”. “Dales señor el descanso eterno, y que brille para ellos la luz que no tiene fin”, pronunciaron al pasar por el cementerio.

Luego la peregrinación siguió sus pasos, como escribiendo la historia en las calles, grabando en la cultura y el tiempo los testimonios de fe. Cada persona tuvo en la intimidad de su alma la súplica al Santo Cristo, pero el sonido de los caminantes parecía acariciar con precisa suavidad los rincones del pueblo.

La máxima autoridad de la Iglesia en la provincia, hizo hincapié en las personas de distintas provincias que año a año visitan al Cristo, en especial de las más cercanas.

“El gran momento de Cristo es el padrón, las últimas palabras en la cruz fueron: ‘Te perdono’; y con su último aliento expresó: ‘Perdónalos porque no saben lo que hacen’”, indicó.

Además, explicó que cada uno de los fieles asistió “a pedir algo al Señor”, algunos con un gemido “apenas imperceptible”, pero aseguró que “todos son escuchados”.

“Agradecemos de un modo particular a todos los que han hecho posible estos acontecimientos, también a los chicos de las familias sirias. San Luis se ha mostrado como un lugar que abre los brazos a los necesitados”, dijo Martínez Perea.

“Que Villa de la Quebrada salga y suba una estrella de paz”, imploró con un gesto de divinidad al cielo.

La procesión llegó a su cierre tras la bendición del obispo, que estuvo acompañada de campanas y aplausos de las miles de personas. Luego las autoridades se reunieron para compartir un refrigerio, mientras los devotos comenzaron a recorrer las últimas horas de la fiesta.

El Santo Cristo de Villa de La Quebrada es una celebración masiva, donde cientos de religiosos demuestran su devoción a Dios. Algunos con difíciles promesas, otros desde la más profunda humildad, con una austera forma de vida que basa su legado en el testimonio de fe.

También la celebración convoca a quienes exceden los límites espirituales, y sólo asisten a visitar el pueblo o para adquirir productos en los distintos puestos de venta.

Más allá de eso, el Santo Cristo plasma su trascendencia generando la emoción de los fieles y el respeto de aquellos que no forman parte de la Iglesia católica.

Desde lo alto del cerro, allí donde las estaciones del Vía Crucis observan atentamente las jornadas en la villa, resuena en la brisa otoñal el canto de alabanza que proclama sin cesar: “Viva el Santo Cristo de la Quebrada”.​

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