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Caso Florencia: seguirán en la semana las testimoniales ante la jueza

Se espera todavía que declare una docente más y otras personas ligadas con la vida institucional de la escuela Florentino Ameghino, de Palmira, a la que asistió Florencia Di Marco hasta la mitad del 2016. Citadas por la Justicia de San Luis, ya ratificaron su testimonio la directora y una maestra de grado de la menor asesinada en marzo.

Todavía falta la declaración de una maestra, esta semana. También declarará la madre de Lucas Gómez.
Actualizada: 07/05/2017 16:54
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La jueza del Crimen N° 3, Virginia Palacios, confirmó que tras el dictamen de procesamiento de Lucas Gómez y Carina Di Marco, ordenó extraer compulsa y remitir al juzgado competente de San Martín (la Fiscalía N°2) para que resuelva y determine si las docentes “son pasibles de alguna responsabilidad penal”.

“Es la Fiscalía de San Martín quien va a determinar si existe alguna responsabilidad por parte de ellas, porque de comprobarse, esto habría ocurrido en Mendoza; y a nosotros nos rige el principio de competencia territorial, entonces quiere decir que el juez que debe entender es el del lugar del hecho”, confirmó a elchorrillero.com, la jueza Palacios.

Por otra parte, confirmó que las maestras “están sumariadas y suspendidas administrativamente”.

El jueves último, Sonia Mónica Poblete Baigorria, directora, y Adriana Ramírez, maestra de Florencia Di Marco, llegaron a San Luis para declarar ante la jueza Palacios. En sus dichos volvieron a ratificar lo que declararon en su ciudad, ante el fiscal Martín Scatareggi: que en una reunión habían advertido a la madre de la menor los posibles abusos que estaba sufriendo su hija.

De acuerdo con el calendario de indagatoria, en la semana se presentarán la otra maestra de Florencia, María Teresa García Lobos, una empleada de la institución, y las madres de dos compañeros de Flor que conocieron el entorno familiar y escolar de la nena.

García Lobos, en su primer testimonio, confirmó que, aunque sin recordar la fecha, participó de una reunión escolar a la que habían citado a Carina Di Marco antes de que decidiera con su familia radicarse en San Luis. Dijo que su colega, Adriana Ramírez, la había llamado para hablarle porque “sospechaba” que la nena sufría abusos por parte del padrastro.

La docente dejó en claro que no estuvo presente todo el tiempo en la reunión, que “iba y venía”, y que por eso no sabía precisar cuánto tiempo estuvieron hablando su compañera y la madre de Florencia. Sin embargo, su colega le advirtió posteriormente que Di Marco “se había enojado” cuando le dio a entender que Lucas Gómez, su pareja, podría estar ejerciendo algún abuso sobre la menor.

Otro testimonio interesante en la semana será el que brindará Ester Manzo, la madre de Lucas Gómez, hoy detenido como el principal responsable de los abusos y del asesinato de Florencia a finales de marzo.

La mujer, según consta en el auto de procesamiento que fundamentó el traslado de Di Marco a la cárcel, brindó detalles que fueron importantes y alarmantes sobre la familia que conformaban Di Marco y Gómez.

En su declaración Manzo contó que 9 meses antes de que ocurriera la muerte de Florencia, su hijo vivía con su familia en el mismo terreno de su casa, en un salón ubicado en la parte trasera y que compartían el baño.

También detalló que no tenía una buena relación con su nuera, Carina Di Marco, a quien señaló como “agresiva” porque la trataba con palabras que le daban “vergüenza” reproducir; y que a Florencia también la trataba mal: “Le decía palabras muy feas hasta le decía prostituta. La nena era muy regalona mía, pero yo le notaba actitudes raras”.

“Con respecto a mis otros dos nietos, Lucas y Aníbal, siempre noté que no era cariñosa con ellos, inclusive mi hijo tampoco era afectivo con ellos. Sí los llevaba a todos lados, pero no era de demostrarle cariño, con Florencia tampoco era cariñoso”, sostuvo en su declaración.

Además, sostuvo: “Cuando mi hijo Lucas venía a bañarse, porque compartíamos el baño, en vez de venir Carina a traerle la ropa, mandaba a Florencia. La nena se metía a la habitación y Lucas salía envuelto en un toallón. Cuando entraba Florencia cerraba la puerta, y yo no sé si mi hijo estaba envuelto o no en el toallón. Le dije, que por te traes vos la ropa o tu mujer, no me gusta que venga la nena y entre a la pieza con vos recién salido del baño. Lucas me dijo que no pensara mal, que tenía respeto”.

La abuela de los nenes expuso aún más la falta de cuidado que Di Marco tenía con sus hijos: “Los dejaba encerrados en el salón, con llave y Florencia sabía llorar porque sus hermanos la hacían llorar. Ella era muy chiquita, tendría 8 o 9 años”.

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