El sol del 25 brilló un día después
Los alumnos de los establecimientos educativos de San Luis protagonizaron el evento que rinde homenaje al aniversario de la gesta revolucionaria. Acompañados por representantes de instituciones sociales, culturales, bandas y fuerzas armadas, escribieron un nuevo año de historia.
Hoy se celebró el 207º aniversario de la revolución que encausó el futuro de Argentina. El acto fue encabezado por el vicegobernador Carlos Ponce, en ejercicio del Poder Ejecutivo, autoridades provinciales, municipales, policiales y militares, quienes observaron el desfile desde el palco.
La presencia de dirigentes se vislumbró diferente a otros años, se notaron algunas ausencias. El gobernador Alberto Rodríguez Saá no participó ya que se encuentra en su ciclo de conferencias sobre los refugiados sirios en Roma.
El intendente de la ciudad, Enrique Ponce, tampoco estuvo presente pero lo representaron distintas autoridades del ejido municipal.
Luego de que las inclemencias del tiempo impidieran efectuar la jornada, el clima ofreció una mañana despejada para la realización del evento. Minutos antes de las 11 el público estaba listo para presenciar la celebración en el marco de un sol de 25, pero un día después.
Los primeros movimientos mostraron a integrantes del Ejército y la Policía que comenzaban a tomar sus posiciones. Los iniciales pasos de marcha se desplegaron sin música, pero en total coordinación, cuando un grupo de uniformados se acercó al palco a ultimar detalles.
“San Luis fue la primera provincia en adherir a la causa revolucionaria, reconocer a la junta, sus integrantes y ponerse a disposición”, pronunciaron las primeras líneas de la conducción. Entre algunos aplausos y un público expectante por observar las escuadras, la banda militar comenzó a ejecutar sus notas.
Los clarinetes, saxofones, trompetas, redoblantes acompañaron con sus interpretaciones a las bandas de la Policía, del Ejército y la Infanto Juvenil.
Cada golpe de las percusiones marcaron el paso del jefe de Tropas, Mayor Emiliano Ávalos, quien encabezó la celebración.
Con un sable en sus manos que dirigió sus acciones, el integrante del Grupo de Artillería Nº 7 concretó la camaradería correspondiente: “Buen día señor vicegobernador, la Agrupación 25 de Mayo se encuentra formada para iniciar la ceremonia”, indicó con tono militar.
Luego de los saludos protocolares, se entonaron las estrofas del Himno Nacional. La banda del Ejército brindó sus melodías para acompañar el canto de los presentes. Con la venia en alto, los uniformados cantaron los versos de la máxima canción nacional.
Los alumnos del Colegio Nº 7 Manuel Belgrano interpretaron el momento con lenguaje de señas, incluyendo así a las personas que padecen dificultades auditivas. Su desempeño emocionó a los presentes, quienes desplegaron inmediatamente sus celulares para registrar a los estudiantes.
Desde las inmediaciones del palco, se podían observar las distintas escuadras que se aproximaban a paso firme. La primera formación estaba encabezada por un camión táctico militar que custodiaba la imagen de la Virgen de Luján, “patrona nacional”.
Mientras los fieles se persignaban y otros aplaudieron con respeto, se aproximaba la Escuela Juan Pascual Pringles, con estandartes que identificaban a la Universidad Nacional de San Luis.
Además los acompañó una carroza que trasladaba a la patria, caracterizada con un poncho blanco de guardas negras y su gorro frigio.
Las protagonistas del desfile fueron las promociones de cada institución de la ciudad, quienes levantaron en alto sus banderas de más de 20 metros. Cada promoción se destacaba por algo en particular, pero su colorido se unificó en un contundente aplauso.
Los presentes fotografiaron cada instante de su recorrido e inclusive los mismos alumnos transportaban sus go pro para inmortalizar el último paso por el desfile. Al concluir sus recorridos cánticos, lágrimas y sonrisas marcaron las emociones encontradas.
Dentro de todo el colorido, hubo un momento particular. La secretaría de la Juventud se hizo presente en un contexto político, con banderas y pancartas. “Este es el año de la juventud”, mencionaba el locutor mientras avanzaba la escuadra encabezada por su secretaria.
Tras su recorrido, marchó la Banda de la Juventud Provincial, que iba en consonancia con el panorama expuesto por las pancartas. Inclusive al pasar por el palco, levantaron sus manos para saludar a los dirigentes.
Para acompañar el evento, los músicos traslucían diferentes armonías. La banda Infanto Juvenil deslumbró con los tempranos talentos, quienes interpretaron cada marcha con notable virtuosismo. Su bastonera impulsaba los movimientos con soltura y pasión.
Por su parte la banda de la Policía marcó su trayectoria con el colorido que los caracteriza, motivando a las fotografías de quienes se acercaban a sentir de cerca sus canciones.
La banda militar se lució con su contundente prolijidad, tiempo musical y variedad instrumental. Los puntanos se dejaron cautivar por los xilofones y saxofones ante su particular sonido.
Desde las casas y balcones aledañas los vecinos observaban cada detalle del evento desde una ubicación exclusiva, inclusive algunas personas de la tercera edad habían posicionado sus reposeras en las veredas para ver cómodamente el acto.
Al recorrer las calles de la avenida Lafinur, las personas disfrutaban del evento consumiendo distintas golosinas que vendedores ambulantes comercializaban, desde chupetines, snaks, caramelos, hasta pastelitos. Además un exquisito contexto de aroma y sonido gastronómico cautivó desde los puestos de choripán que se encontraban en distintas esquinas de la avenida.
Los niños se deleitaron con un juguete que emitía burbujas. Mientras el vendedor demostraba su funcionamiento, los pequeños sonreían intentando explotar las porciones de agua.
Escuelas de varias localidades, instituciones culturales, sociales, establecimientos públicos, privados, autogestionados y técnicos se llevaron la mayor parte de los aplausos. Los colegios del interior tuvieron el reconocimiento de aquellos que valoraron su esfuerzo para estar presentes.
Llegando a los momentos culminantes, las fuerzas de seguridad mostraron parte de su personal y equipamiento. Aspirantes y cadetes de Policía, militares, grupos especiales, eran motivo de fotos ante la admiración de los más chicos.
El desfile culminó en medio de un marco diferente a otros años. No repartieron el tradicional chocolate del Ejército, tampoco desplegaron móviles militares, no hubo demostraciones aéreas y tampoco se observó el despliegue de agrupaciones gauchas, a excepción de un pequeño grupo.
Más allá de ello, los jóvenes pudieron disfrutar del desfile plasmando con su paso la historia de San Luis a 207 años de la gesta. Al finalizar el acto, las personas se quedaron alrededor de la zona compartiendo comidas, disfrutando de la música y de un espacio recreativo que se instaló en la esquina de avenida Illia.