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“El conocimiento y la solidaridad son las únicas herramientas que podemos brindar para el ejercicio ciudadano"

El Instituto Moisés Lebensohn ejerce actividades de capacitación y asistencia social en barrios de San Luis, promoviendo la salud reproductiva de la mujer, la integración social de la tercera edad y la respuesta a las demandas de los vecinos.

Karina Giordani es bioquímica y docente universitaria.
Actualizada: 29/05/2017 11:13
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En la provincia, la entidad está presidida por Karina Giordani, bioquímica y docente universitaria que desarrolla desde su labor un aporte social a los barrios puntanos.

Es un organismo sin fines de lucro que se ocupa de formar desde el plano ético y político a las personas que promuevan iniciativas públicas.

El grupo congruente a la Unión Cívica Radical,  se ha propuesto una serie de objetivos tendientes a solucionar falencias de la comunidad, brindando asistencia desde la formación intelectual y fundamentalmente situando su aporte ciudadano.

Promueven una serie de actividades que van desde la capacitación, talleres, encuentros con jóvenes y adultos, hasta circunstancias específicas de la política. Está organizado en base a cuatro comisiones que integran el pensamiento, la escuela de gobierno, la fiscalización y el trabajo social.

Actualmente impulsan sus tareas dentro de la ciudad, pero están diagramando una extensión hacia las localidades del interior. Con metas cumplidas y objetivos por alcanzar.

¿Cuál es su desempeño en San Luis?

Nosotros realizamos actividades en dos barrios de la ciudad, pero tenemos proyectada la apertura hacia el resto de la capital y localidades del interior. Por un lado hemos efectuado tareas en la Escuela N° 423 Brigadier Don Juan Manuel de Rosas, del barrio 1° de Mayo, donde hicimos un taller que vinculamos con un proyecto de extensión de la Universidad Nacional de San Luis. El eje del encuentro fue la atención primaria de la salud y estuvo dirigido a adolescentes.

Por otra parte hemos asistido al Barrio Monseñor Di Pascuo, donde generamos una actividad destinada al grupo familiar. Allí expusimos sobre primeros auxilios, hábitos de higiene y alimentación saludable.

¿Qué genera  el hecho de trabajar para la comunidad?

Nos causa una sensación muy positiva. Es una experiencia muy agradable ya que la información es una herramienta muy poderosa. En el caso de los adolescentes por ejemplo, con especial énfasis en las mujeres, brindarles la posibilidad de acceso al saber genera en nosotros satisfacción, ganas de seguir trabajando, y desde el punto de vista social, un logro muy importante.

¿Cómo están diagramados los talleres?

Los organizamos los integrantes de la fundación. Si bien yo la dirijo, somos un equipo y cada uno posee una idea, una postura, que puede coincidir o no, pero se integra en un objetivo común. Luego lo planificamos con especialistas, en mi caso doy mis aportes como bioquímica, pero trabajan otros expertos.

¿Hay temas que los movilicen con cierta preponderancia?

Si, de hecho desde la comisión de trabajo social, hacemos hincapié en la salud reproductiva de la mujer. Bregamos para que las adolescentes tengan la herramienta de la información, nos parece algo fundamental.

"Nos vemos muy sensibilizados por las falencias que experimenta la sociedad y eso alimenta las ganas de seguir trabajando en equipo", sostuvo Karina Giordani.

 ¿Cómo responden las personas a sus capacitaciones?

Tuvimos una repercusión productiva, nos estamos insertando en la sociedad y de alguna manera nos van conociendo. Quedan muy conformes y con ganas de aprender.

¿El instituto desarrollaba actividades en la provincia?

Si, pero eran exclusivamente tareas de formación política. Cuando me tocó llevar adelante la fundación, debatimos con el equipo y llegamos a la conclusión de que era necesario conformar un espacio de asistencia social, que en cierta forma también es formación política.

¿Cómo es el presente de la fundación?          

Actualmente estamos interesados en asistir a la tercera edad. Es una etapa de la vida donde muchas veces los abuelos se sienten solos, los hijos y nietos están ocupados en sus actividades. Con paso de los años se va perdiendo la vida social, y es algo que nos motiva a revertir.

Estuvimos proyectando tareas para que se inserten en la cotidianidad de la vida, ya sea que jueguen a las cartas, integren grupos de encuentro o realicen actividades que los inste a tener una razón de bienestar y compañía.

¿Cómo  sustentan sus actividades?

Al ser una fundación sin fines de lucro, no contamos con recursos importantes. Si bien las puertas de la UCR están abiertas, preferimos trabajar con nuestros propios aportes, al menos por un tiempo. Seguramente vendrán etapas que demanden ayuda y la gestionaremos cuando sea pertinente.

¿Cómo proyecta el futuro del grupo?

Tenemos muchas metas de cara al futuro. Hay una serie de iniciativas referidas a la tercera edad, tenemos planeado organizar algo con directivos de PAMI, ideas que al momento no puedo informarlas porque justamente están en ese proceso de concreción, pero transitamos ese camino.

Además queremos impulsar al instituto en el interior provincial. Nos gustaría empezar en Unión.

Este grupo simboliza un desafío muy interesante. En lo personal integré diversos lugares de la política, tanto en la universidad como en la militancia ciudadana, pero este trabajo es diferente, para mi implica un reconocimiento.

Como grupo nos vemos muy sensibilizados por las falencias que experimenta la sociedad y eso alimenta las ganas de seguir trabajando en equipo.

De cara al futuro seguiremos trabajando en todos los rincones de San Luis. Por ahora asistimos a dos barrios, pero la idea es integrar un número mayor incluyendo al interior. También seguiremos sumando jóvenes.

Somos partidarios de que el conocimiento, el saber y la solidaridad, son las únicas herramientas  que podemos brindar para el ejercicio ciudadano.

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