¡Feliz día del Bombero voluntario!
Se celebra hoy en conmemoración al surgimiento del primer cuartel del país. La ley que les otorgaba en San Luis una serie de beneficios sociales, no alcanzó a entrar en vigencia porque fue vetada.
Con las armas de la solidaridad y el coraje, efectivos de toda la provincia trabajan para mantener la integridad de los ciudadanos.
San Luis cuenta con cuarteles a lo largo y ancho del territorio, que trabajan mancomunadamente ante las distintas adversidades que deben afrontar.
A fines de 2015 la Legislatura sancionó una ley que contemplaba beneficios sociales. La norma fue vetada por el actual gobernador de la Provincia por lo cual el reconocimiento está pendiente.
Su día se estableció en homenaje al primer cuerpo de bomberos que se creó en el país. El primer grupo en impulsar la tarea se inició en La Boca, Buenos Aires.
En el año 1882 un incendio de características preponderantes sacudió la zona generando pánico ante la imposibilidad de extinguirlo.
Pero Orestes Liberti, inmigrante italiano, gritó: “Adelante los que se animen, vamos a apagar el fuego”. La expresión de valentía motivó a los presentes a autoconvocarse para combatir las llamas.
Desde ese día, se fue construyendo poco a poco la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca.
Los hombres y mujeres que se desempeñan como ángeles en las llamas, poseen un mérito que los destaca entre las delegaciones que trabajan en servicio a la comunidad, y es el hecho de que no reciben remuneración por su trabajo.
Arriesgan su vida para salvar la de otros, ingresan a los lugares de los que la mayoría escapa, todo con la única satisfacción de “dar”.
Cuando se habla del peligro que implica la vocación, un hecho ejemplar para exponer las características es “la tragedia de los bomberitos”.
En el año 1994, un grupo de 25 jóvenes fallecieron en servicio, en Puerto Madryn, Chubut. Los voluntarios de entre 11 y 25 años, se encontraban trabajando cuando fueron alertados de un incendio a 3 kilómetros del ingreso a la ciudad.
Una vez que comenzaron a concretar las tareas de protocolo de emergencias, se vieron inmersos en un fenómeno natural, donde el viento generó que las llamas dibujaran una suerte de trampa, donde los jóvenes héroes perdieron la vida.
Aparentemente habían intentado salir de la situación, pero las lenguas de fuego impidieron todo tipo de maniobra de salvación. Los cascos, palas y elementos de trabajo que quedaron en medio de las cenizas simbolizan de alguna manera la difícil tarea que promueven los efectivos voluntarios, pero al mismo tiempo materializa el honor y la gloria del servicio al prójimo.
En San Luis, los bomberos cumplen sus funciones con un nivel de profesionalismo que los posiciona entre los grupos de mayor experiencia. Dentro de la institución, más allá de los cargos estratégicos, cada integrante permanece en igualdad de condiciones, es decir, todos son bomberos.
Tal es así, que en 2009 el jefe Carlos Horacio Baldúz, falleció electrocutado mientras combatía un incendio forestal. Días más tarde perdió la vida el Sargento Ayudante, Julio Panelo, perteneciente a la Policía, en un incendio de similares características.
La inspiración bomberil hizo vibrar su sirena general en honor a la tarea de voluntariado. Toda la ciudad percibió la intensidad de su fuerza y hoy un grupo de aspirantes egresarán de la capacitación que los convertirá en bomberos.
Tal como ellos se definen: “una hermandad”, seguirán su cotidianeidad con el corazón en alto y la esperanza en que su labor será reconocida por cientos de ángeles que los custodian para proteger la vida de los puntanos.