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“La llevó al basural, le dijo cosas y la amenazó con los perros”

Así lo contó Míriam Farías, la mejor amiga de Carla Pereira que murió anoche tras una paliza que le dio su pareja, un menor de 17 años de La Toma.

Míriam Farías y Carla Pereira.

por gatica

elchorrillero.com

Actualizada: 29/06/2017 19:53

Carla Pereira convivía con el golpeador y mantenía una relación desde hacía siete meses. Según indicó Farías, su madre “no estaba de acuerdo con el noviazgo porque no le caía bien el menor”. La familia tampoco aceptaba la relación, pero con el tiempo comenzaron a admitirla “para no alejarse de Carla”.

Hace aproximadamente dos meses atrás, el agresor llevó a su novia al basural, que se encuentra en los alrededores del pueblo, y allí la amenazó.

Bajaron del auto en un ambiente de pánico y se produjo un momento deplorable, que sólo constó de unas pocas líneas e interminables miradas.

-¿Qué vas a hacer?, preguntó Pereira.

-Mirá bien, advirtió el golpeador.

Del hecho hay una serie de detalles que se irán con el alma de la víctima como una suerte de hiel, pero la consistencia del contexto descripto por Farías marcan  lo que su amiga estaba viviendo.

Incluso tras el momento, “tuvo un golpe de presión en el ojo”.

“No tenía trato con el menor”, relató Farías al referirse al agresor, pero aseguró que en las oportunidades que visitaba a su amiga, “evidenciaba sus comportamientos”.

“Le molestaba que fuéramos a su casa”, resaltó mientras su voz anunciaba la herida de su corazón.

“Me pedía que fuera a verla en presencia de él, para que no pensara nada malo”, agregó.

Para ella las actitudes de violencia se suscitaron “por los celos que tenía el menor a la expareja de Pereira”. El acusado “no soportaba” que mantuvieran contacto.

Farías no tiene certezas, pero intuye que el golpeador “no quería al hijo de Pereira”. “Hacía un mes aproximadamente que no veía al pequeño y ella no es así, era una excelente madre, no sé por qué se habrá dado esa situación”, expresó.

Una de las últimas peleas, generó que las mujeres tuvieran una conversación íntima. En medio de las palabras en las que se describía el panorama, el hijo de Pereira intervino la conversación diciendo: “Yo no lo quiero, no quiero que vuelvas con él mamá”.

Posteriormente amigos, familiares y su expareja intentaron ayudarla, pero “el acusado lograba que siguiera a su lado”.

Luego de la feroz paliza que le propinó el menor, que practica kick boxing, Pereira fue revisada en el Hospital “Dr. Osvaldo Ledesma” y posteriormente dada de alta. Sin embargo, el lunes comenzaría el dolor.

En la mañana, le pidió a su amiga que fuera a verla, y lo hizo por facebook ya que su teléfono “fue averiado por el agresor”. En ese instante pudo comentarle sobre la paliza.

“Estaba toda golpeada, desde la frente hasta los pies”, detalló con profundo pesar. Allí, con contundente decisión, la víctima le pidió que le sacara fotos y las difundiera en las redes. “Publicala, ayudame por favor”, suplicó como pudo.

“Me pidió perdón porque no había escuchado mis advertencias”, indicó y agregó: “Me dijo que le tenía miedo, que era muy manipulador”.

Al cabo de unos minutos, los malos augurios florecieron mientras “comenzó a tartamudear y hablar incoherencias”. Asimismo, en medio de la descompensación seguía pidiendo “que se publicaran las fotos, que la gente supiera la verdad”.

La última amenaza que enunció el menor fue que “no saldría con vida de la casa”, y como una terrible certeza, el destino lo concretó.

Farías lamentó entre lágrimas: “No se merecía esto, era un sol de persona, linda por fuera y por dentro”. “Fue una luchadora y una gran madre”, agregó y en su voz representó los sentimientos de la familia.

Las amigas compartieron mates, tardes de patín, horas en el gimnasio, interminables conversaciones cómplices de la profunda amistad; y ese hecho le genera a Farías incertidumbre en su alma. “¿Por qué le hizo esto, por qué a ella?”, pregunta en una retórica infinita.

La mujer manifestó que “solo quiere justicia, que estos casos no le sucedan a nadie más y que culmine el machismo”. “Solo queremos justicia”, concluyó emanando un silencio ensordecedor.

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