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Caso Brenda Arias: las pericias telefónicas fueron determinantes para la causa

De esta manera, la jueza del juzgado de Instrucción en lo Penal, Correccional y Contravencional de la 3º Circunscripción Judicial, Patricia Besso, recabó datos concluyentes que valieron su hipótesis y dictaminó ayer el procesamiento y prisión preventiva para al único acusado sobre la muerte de la joven, Juan José Murúa.

Juan José Murúa está preso en Villa Dolores.
Actualizada: 06/07/2017 15:31
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En una entrevista que mantuvo con elchorrillero.com, explicó que la intervención en la línea del celular de la víctima, fue determinante para el procesamiento.

Luego del crimen, el teléfono de Brenda quedó en manos de Murúa, pero nunca se encontró. Se solicitó la intervención del Área Criminalística y Análisis Criminal del Departamento de Delitos Complejos que investigó los movimientos de la línea. Fue un término importante, allí se determinó que antes de su muerte, Brenda entabló una conversación a través de mensajes de texto con el acusado.

“El año pasado, teníamos un montón de indicios de investigaciones anteriores que pesaban sobre Murúa, pero necesitábamos algo más contundente”, puntualizó Besso.

Murúa asesinó a Brenda de un disparo y luego calcinó su cuerpo. El crimen lo cometió campo adentro en la localidad de Villa del Carmen. A esa conclusión llegó la magistrada.

Para no dejar ningún tipo de rastros, el imputado incendió la zona pero los bomberos sofocaron el foco ígneo en la madrugada, por lo que no pudo cometer su objetivo.

Ante la situación, regresó al lugar, buscó el cuerpo y lo arrastró algunos metros. Paso siguiente, depositó el cuerpo de Brenda encima de una hoguera construida en base a ramas y malezas que confeccionó, y utilizó combustible para encenderlo. El fuego quemó el cuerpo hasta casi la totalidad.

Pero mientras arrastraba el cadáver, dejó en el camino un bretel de silicona y un reloj, que fueron encontrados en las pericias del lugar.

La motivación explícita de Murúa, que lo llevó a cometer el delito, sigue en investigación. Pero Besso, no descartó las intenciones del imputado sobre tener una intención amorosa con la joven.  “La pretendía, quería tener relaciones con ella. No dudo de que existió una relación que comenzaba o ella no quiso tener una relación. Testigos nos informaron que era violento y si ella se negó a tener algo, habría cometido el crimen”.

Murúa se fue de la provincia “pero siempre fue investigado y monitoreado por considerarse el sospechoso del crimen”, contó la magistrada.

Cómo se reconstruyeron los hechos

El pasado 11 de julio de 2009 alrededor de las 21:30, la joven salió de su hogar ubicado en Villa del Carmen y se dirigió a un comedor para reunirse con Murúa y Carolina Pereyra.

Al encontrarse el local cerrado, entabló conversación mediante mensajes de texto con el imputado. Luego, la víctima regresó a su hogar por ex Ruta provincial Nº 1. Cuando llegó a la intersección de calle Padre Rocha, Murúa la interceptó en su motocicleta.

Desde allí, se trasladaron por la misma ruta en dirección norte, lugar donde se produjo una discusión entre ellos campo adentro. Allí, Murúa cometió el asesinato. Le disparó y calcinó su cuerpo.

Murúa se quedó con el teléfono de Brenda. Lo tuvo en su poder permanentemente bajo su manipulación hasta el 15 de julio de 2009. El cuerpo de Brenda fue encontrado 12 días después.

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