“Las mujeres piensan que no pueden solas y entran en un círculo vicioso de violencia”
La abogada y activista feminista, Claudia Díaz, profundizó en la problemática y brindó algunos consejos para aquellas víctimas de agresiones o amenazas por parte de sus parejas.
Los casos se repiten a lo largo y ancho del país y San Luis no es la excepción.
El último, que conmocionó a la provincia, ocurrió en La Toma y terminó de la peor manera. Un menor de edad golpeó a su pareja, Carla Pereira, hasta matarla. La víctima había sufrido y denunciado agresiones de su novio anterior.
El mes pasado se registraron casos que conmovieron a los sanluiseños, con diversos niveles de gravedad.
Desde hombres acusados de torturar a su pareja, que cometen abusos sexuales, amenazas de muerte hasta violaciones de restricciones de acercamientos. Estos últimos casos suelen ser un precedente de los femicidios.
La lista de mujeres que sufren violencia de género, aun después de separarse de los golpeadores es prácticamente inconmensurable, debido a que no todas realizan las denuncias pertinentes.
Cuando las víctimas solicitan a la Justicia una medida de restricción esto no significa que los agresores desistan de su actitud violenta.
Este tipo de casos son abordados por la abogada y presidenta de la agrupación "Mujeres que No Callan", Claudia Díaz, en una entrevista brindada a este medio.
-¿Cómo recomienda accionar cuando los golpeadores regresan al hogar?
Cuando se viola la medida de restricción primero hay que llamar al 911 y posteriormente hacer la denuncia en la comisaría más cercana. También es muy útil tener siempre en la cartera la copia de la orden judicial y dejar el original en el domicilio.
Si la Policía no toma la denuncia de “incumplimiento de orden judicial” la víctima debe dirigirse a la fiscalía de turno (desde el 1° de cada mes hasta el 11 trabaja la Fiscalía N°1; del 11 al 21, la N°2 y en los últimos 10 días del mes, en la N°3).
-¿Qué recursos tienen las ciudadanas en los casos de demora o inacción policial?
Automáticamente deben presentarse en el juzgado de Familia (cuando hubo convivencia) o al Contravencional y recomiendo que no se muevan del edificio hasta que se realice la audiencia.
¿Cómo se puede agilizar el proceso legal cuando las víctimas son acosadas y no reciben respuestas de la Justicia?
La única manera es contar con un abogado que esté constantemente trabajando en el caso. Lamentablemente desde el juzgado se cree que con la orden de restricción de acercamiento y la medida perimetral ya está todo dicho y no es así.
Hay una demora terrible a la hora de agilizar los tiempos cuando las mujeres son acosadas. Se manejan con total impunidad y la morosidad judicial hace que no se traten el cien por ciento de los casos de hostigamientos.
-¿Qué estrategias utilizan los agresores para evadir a la Justicia?
El gran problema que existe en estos casos es que las mujeres, por lo general, no denuncian porque ya tienen la orden de restricción.
Pero los acosadores se las ingenian para dejar mensajes en las puertas o ir hasta el trabajo y esperarla hasta que salgan y cuando llega la Policía, se fugan y no pueden detenerlos.
-¿Qué estrategias existen por fuera del sistema formal?
Con las organizaciones que trabajo, intergubernamentales e interprovinciales, se recurre a hacer públicos los casos. La presión de los medios genera mejores resultados a la hora de combatir la violencia.
-¿Qué explicación se puede dar para los casos de mujeres golpeadas que perdonan a sus agresores?
El tema de la violencia suele originarse en la adolescencia. Por eso comencé un ciclo de conferencias que se llamaba “no tengo una princesa, sino que educo una reina”.
El problema de educar a princesas es que son sumisas y tienen mucho contenido machista en su crianza. Esto genera que las mujeres estén predispuestas a que sea el marido o concubino el que mande.
La mayor parte de las víctimas que son abusadas y agredidas ya devienen de un acoso previo, es decir de una familia disfuncional, donde hubo una mujer golpeada.
La violencia es algo que se aprende por conducta. Esto genera que ellas busquen hombres que las ayuden a salir de sus hogares, en su afán de escapar de esas familias disfuncionales. Por esto, en principio, sus parejas son bastante manipuladoras.
Las mujeres piensan que no pueden solas y entran en un círculo vicioso de violencia y se acostumbran a que después del golpe viene la reconciliación, entonces comienza un periodo de enamoramiento hasta que vuelven las agresiones, y eso es una conducta, y como toda conducta es difícil de romperla.
Las víctimas padecen lo que se llama codependencia emocional, es decir son adictas a una relación toxica, entonces piensan que cuando rompen con sus novios se acaba el mundo y al excluir al hombre, entran en un síndrome de abstinencia que se traduce en volver a consumir esa relación y por eso es un continuo ir y venir.