Villa Mercedes y San Luis veneraron al santo del “trabajo y el pan”
Cada 7 agosto, el catolicismo celebra el día de San Cayetano en conmemoración al aniversario de su muerte. Entre plegarias y agradecimientos, los devotos rindieron su homenaje.
Los villamercedinos participaron de la ceremonia tras la novena que rezó al santo patrono del trabajo y el pan. Muchos asistieron “por tradición”, otros “por necesidades” y algunos “para agradecer”, lo cierto es que las oraciones se sintieron en el marco de una jornada de fe.
Tanto la procesión como la misa que congregaron a los devotos, se realizaron en la parroquia San Cayetano. Fueron presididas por el obispo Pedro Martínez y concelebradas por el párroco Carlos Morales.
La máxima autoridad eclesiástica de la provincia, llamó a “imitar” al santo en “su búsqueda incansable del reino de los cielos, a través de la ayuda de los más necesitados”.
Además manifestó que en cada ayuda material que efectuaba a los humildes, “deseaba que cada persona descubriera a Dios”.
Por su parte, los puntanos oraron en la parroquia San Cayetano donde también rezaron la novena, que concluyó en una procesión y una misa.
Si bien la figura de Cayetano se enmarca en la concepción del trabajo y el pan, muchos puntanos piden por la salud, la paz del mundo y ruegos particulares.
Incluso están aquellos que al nacer el mismo día de celebración, practican una tradición de fe y esperanza, transmitiendo sus legados por generaciones.
Cayetano de Thiene nació el 9 de octubre de 1480 en un pueblo del norte de Italia llamado Vicenza y murió el 7 de agosto de 1547 en la ciudad de Nápoles.
Era de una familia muy adinerada, sin embargo se desprendió de todos sus bienes y los repartió entre los pobres.
El milagro por el que la iglesia lo santificó, fue una sanación a una joven a la que estaban por amputarle la pierna, a causa de una gangrena. Según indica la historia, Cayetano se acercó a la cama, le sacó la venda, besó la pierna y efectuó la señal de la cruz.
Cuando los médicos estaban por desarrollar la operación, percibieron que la mujer estaba curada.
Fue beatificado el 8 de octubre de 1629 por el papa Urbano VIII y canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.