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Buscan que los peluqueros tengan “título” y no divulguen los “secretos” de los clientes

Una iniciativa busca asignar matrículas profesionales y aplicar una “mordaza a los chimentos”. Elchorrillero.com dialogó con los coiffeurs más reconocidos del medio para conocer sus opiniones.

Los coiffeurs puntanos opinaron sobre el proyecto de ley.

por gatica

elchorrillero.com

Actualizada: 12/08/2017 11:08

El arte de expresar emociones con tijeras, tinturas, secadores y navajas, ha sido un espacio de trabajo donde no se requería un título profesional para desempeñarse; pero ahora podría ser indispensable una matrícula que certifique los conocimientos.

El diputado salteño, Alfredo Olmedo, quien se desempeña representando al bloque Salta Somos Todos y que fue cuestionado por iniciativas polémicas como la castración química a violadores o la restauración del servicio militar obligatorio; promovió la idea junto al estilista Fabio Cuggini, el reconocido “peluquero de los famosos”.

La propuesta legislativa crearía un Colegio Profesional de Peluqueros y Peinadores y establecería que sólo se desempeñen aquellos que tengan el aval de dicho organismo.

Además impulsa la preservación del secreto profesional, dado que suelen escuchar distintas situaciones de la vida privada de sus clientes.

Para conocer las opiniones de los peluqueros puntanos, elchorrillero.com concretó un recorrido por los locales de mayor renombre en el medio estético.

En Avenida Illia a la altura 1050, se encuentra el salón Coiffeur Ricardo, un espacio para la belleza cuyo ambiente emana estilo y experiencia. Su peluquero, quien ejerce el oficio desde hace 35 años, permitió el ingreso de las cámaras y dialogó mientras aplicaba sus técnicas a una mujer.

Si bien se mostró sorprendido con la iniciativa ya que la desconocía, indicó que la propuesta “tendría que haber existido hace tiempo”, dado que “hay mucha competencia”.

Tanto su testimonio como el de otros colegas evidenciaron que la ciudad tiene un “exceso” de peluqueros, desde los que abren sus comercios en distintos puntos de la capital, hasta los que brindan sus servicios a domicilio.

Coiffeur Ricardo.

Esta situación genera que muchos busquen en las redes, técnicas necesarias para ejecutar un corte o un peinado, lo cual irrita a quienes han estudiado cada detalle de la profesión.

“Antes la gente ponía un kiosco, hoy es más barato inaugurar una peluquería”, explicó Ricardo Cornejo sobre la actualidad puntana. “Debería haber un colegio donde se aprendan las técnicas y el trato con el cliente”, agregó.

En la calle Lavalle a metros de San Martín, se ubica el salón de peluquería Alejandro Fuentes, un espacio con 40 años de trayectoria reconocido por las personalidades puntanas, quienes dejan el cuidado de sus cabellos en manos de los expertos.

Fuentes (h) resaltó, mostrándose a favor de la medida, que “hay demasiados locales y academias nuevas”. “Salen con poca base, abren su negocio y lo cierran a los meses”, aseguró.

Coiffeur Alejandro Fuentes.

Mientras los clientes aguardaban sus turnos inmiscuidos en lecturas de revistas de moda y el equipo que integra el salón efectuaba sus tareas, Fuentes indicó que el trabajador de la belleza “se forma constantemente y debe estudiar todas las novedades en materiales y productos”.

Dentro del mundo de las peluquerías se distinguen las barberías urbanas, sitios que rememoran los clásicos locales masculinos aplicando un toque moderno.

Cortes en “degradé”, líneas marcadas por navajas, “dibujos” en el cabello y trabajos en las barbas, son algunas de las posibilidades a obtener en estos lugares.

El barbero Carlos del local “The Barber Shop”, desconocía la iniciativa y prefirió evitar opiniones al respecto. Asimismo explicó que en su caso particular, “no genera el ambiente” para divulgar aspectos de la vida privada, sino que los temas que trata se relacionan a “la música, el arte y la moda”.

The Barber Shop.

Por su parte Coiffeur Alicia, una profesional que se desempeña hace 50 años en el rubro,  expresó que “se le da habilitación a chicos recién recibidos, los que con su corta experiencia suelen cometer errores”.

La mujer destinó unos minutos para dialogar con el medio, en su particular local que vislumbra una decoración auténtica de las peluquerías retro. “Veo muy bien el proyecto, es muy importante que se realice”, manifestó.

Coiffeur Alicia.

El texto de 120 artículos determina una serie de ítems referidos a la labor. Sostiene que los peluqueros tendrían que “prestar juramento de ejercer la profesión con decoro, dignidad y probidad”.

Además define al peluquero como “toda persona que en forma normal, habitual y onerosa, realiza su labor en cuestiones físicas y estéticas en los miembros superiores de terceros, en tanto que los peinadores son los que hacen desenredo, composición y limpieza del cabello, en los miembros superiores de terceros”.

Muchos encuentran en los cortes de pelo y las tinturas una forma de canalizar las frustraciones personales, un sitio de confidencias donde emanan los conflictos y alegrías de su vida privada, tornando al peluquero en una suerte de confesor.

Pero si se aprueba el proyecto, los artífices de la estética capilar deberán tener mucho cuidado con divulgar lo que escuchen.

“Veo bien que se disponga discreción, uno debe ser sólo oídos, no boca” dijo Cornejo. “Las personas cuentan sus vidas de acuerdo a la personalidad del peluquero, en mi caso particular pongo un límite a ciertos temas”, aseveró mientras concluía un peinado a una mujer.

Alejandro describió que “hay gente que tiene la intención de contar algo para que se divulgue, mientras que otros se abren a modo de terapia”.

“Uno debe ser reservado con aquellos que muestran su intimidad y quienes lo comentan con otras intenciones, también hay que escucharlos”, aportó.

Coiffeur Alicia mencionó que “por lo general sus clientes buscan desahogarse” pero ella trata de dar conversación en base a otros temas como la moda, la comida o lo que surja en el momento.

El proyecto posee además otros detalles como un seguro de caución, que tiene el objetivo de “garantizar el derecho de los usuarios en caso de sufrir daños y perjuicios”.

Los cortes pueden culminar en aspectos negativos, fundamentalmente con los instrumentos tales como las tijeras o navajas, que ocasionarían daños si se utilizan incorrectamente.

Por ende, la normativa determinaría si el empleado está capacitado para manipular elementos cortantes.

También prohibiría que los locales apliquen procedimientos nocivos para la salud  y que administren “medicamentos, elementos o sustancias químicas”.

También los obliga a denunciar especializaciones no reconocidas por el Colegio de Peluqueros y Peinadores.

Mientras tanto los usuarios puntanos asisten a los salones estilistas dejando a la belleza en manos de la experiencia y la discreción de sus peluqueros de confianza.

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