Quién es y cómo vive estas horas, la madre del bebé abandonado
Crisis de nervios, llanto y ganas de reencontrarse con su hijito.
Dos días después del escándalo ocurrido en la Comisaría 2º, de Trinidad, en San Juan, donde -según la policía- los padres no se querían hacer cargo de la tenencia de un menor de poco menos de 2 meses, se conocieron detalles de cómo son las horas posteriores de esta mujer que está siendo analizada por parte de la Dirección de la Niñez y Familia (al igual que el hombre) para saber si está o no en condiciones de restituirle la criatura, por ahora en un hogar del Estado a resguardo.
En base a testimonios del entorno de la mujer, (se protege la identidad por razones legales), de 38 años, está encerrada en su casa, por momentos con crisis de llanto y pidiendo ver a su pequeño hijo. De a ratos se enoja cuando observa en las páginas web los comentarios de la gente cuestionando su rol de madre, según publicó Diario de Cuyo.
A.B. le niega a sus familiares que se trate de un abandono y que, en realidad, lo que fue a hacer a la comisaría el sábado a la noche tenía que ver con una "cuestión de pareja" tras una discusión. Eso sí, nadie aseguró si la presencia de ambos en la Seccional respondía a alguna escena de violencia previa que intentaron ambos denunciar.
La mujer tiene, además de este bebé (no tiene nombre, jamás fue asentado en el Registro Civil), 5 hijos producto de una pareja que mantuvo durante años con un hombre (es chofer de colectivos, precisaron). Se trata de 2 varones y 3 mujeres.
A.B. vive en un domicilio de la Villa del Sur, conocida popularmente como la "Villa del Piojo", que se ubica en inmediaciones de avenida Benavídez antes de Colón.
Del padre, por ahora, poco se sabe. Sólo que se llama J.Z. (se protege la identidad por razones legales), de 40 años, que ya tendría otra familia, motivo que le pondría trabas para hacerse cargo de la tenencia del bebé, según dijeron fuentes policiales.
Tanto A.B. como J.Z. están siendo evaluados por los profesionales de Desarrollo Humano para determinar si efectivamente ninguno de los dos quiere a la criatura, como aparentemente dejaron claro en sede policial, o bien pasa por otro lado la diferencia que arrastran los padres.