Volvieron a convivir tras desistir de la orden de restricción y le dio una brutal paliza
Mientras su hija de 5 años dormía, Yamil Antúnez le propinó fuertes golpes en la nuca, rostro y quiso arrojarla de un balcón de una cabaña en Potrero de los Funes. No sería el primer episodio de violencia que sufrió la mujer.
El 23 de enero Romina, una joven madre de 31 años vivió un verdadero calvario cuando recibió una golpiza por parte de su pareja.
Ante los gritos y los ruidos del ataque, una persona que se hospedaba en el complejo Lunamakena, junto a empleadas de limpieza, detuvieron la agresión y llamaron a la policía.
Cuando arribaron, lo hicieron con personal médico del centro de salud de Juana Koslay que reportaron un traumatismo craneal, fracturas en la nariz, hematomas en su cara y otros en la nuca. Debido a los golpes fue trasladada al Hospital de San Luis para una atención más profunda.
Algo que llamó la atención de los especialistas es que la hija que dormía no haya escuchado nada mientras golpeaba a su madre. Incluso en la guardia continuaba dormida.
Ahora la víctima fue dada de el alta y se encuentra en su hogar viviendo con su madre con una serie de indicaciones, recetas y diversos análisis para hacerse en un futuro.
Un familiar de ella se comunicó con elchorrillero.com para dar a conocer que la denuncia fue realizada en la Comisaría 33º de Potrero de los Funes y que a Antúnez lo demoraron “sólo un momento”.
La secretaría #NiUnaMenos actuó en el caso y le brindó a la víctima un botón antipánico y atención psicológica.
Según indicó, no es el único hecho de estas características que protagoniza Antúnez ya que “siempre hubo episodios violentos” que se incrementaron en los últimos meses.
Hay dos en particular que resaltó la fuente consultada. El primero fue en un viaje a San Juan donde la abandonó en el trayecto a la orilla de una ruta.
Debió regresar a San Luis “haciendo dedo" porque no tenía dinero.
El segundo sucedió en septiembre del año pasado cuando la llevó por la fuerza a pasar unas noches fuera de su casa. Tras unos días sin comunicación, sus parientes acudieron a la Policía para denunciar una solicitud de paradero. Al cabo de unas horas volvió con golpes en su cuerpo.
Luego lograron la restricción perimetral otorgada por la jueza Penal Nº 3, Virginia Palacios.
Pero el miedo constante y el temor de una próxima paliza hizo desistir de la medida y regresar con el hombre de 43 años.
Además indicó que durante sus 11 años de convivencia hizo múltiples presentaciones a delegaciones policiales y cuestionó el accionar de la Comisaría 2° de la ciudad de San Luis.
“La tiene que matar para que hagan algo. Nos dijeron que era un proceso extenso”, se quejó el familiar de la víctima.
"La situación es deseperante, lo queremos ver preso", finalizó.