Un arquero para cinco mundiales
Por Héctor Suárez especial para El Chorrillero
Le decían La Tota porque apenas comenzaba a balbucear no podía decir Toño y si pronunciaba Tota. Le quedó para siempre y con el paso del tiempo le agregaron otro más significativo: Cinco copas. Para los clientes de su vidriería en el barrio San Juan de Dios (hasta la fecha activa) en la ciudad mexicana de León, fue y es Don Antonio. Casado con María Teresa es padre de nueve hijos y hoy a los 88 años, mira fútbol, béisbol, asiste a las corridas de toros y dedica tiempo a la literatura y la música.
Antonio Carbajal Rodríguez fue un excelente arquero que jugó cinco mundiales consecutivos (1950, 54, 58, 62 y 66), un récord que igualó en 1998 el alemán Lothar Matthäus. Debutó con la selección de su país el 24 de junio de 1950 frente a Brasil. Ese día se inauguró el estadio Maracaná y los aztecas perdieron cuatro a cero. Además, no cosecharon ningún punto en el certamen. El retiro fue en Inglaterra ´66 en un cero a cero frente a Uruguay.
Antonio Carbajal jugo su primer mundial en 1950 en Brasil. El debut fue ante la escuadra local y le marcaron 4 goles.
Niñez a puro fútbol
La vida de Antonio fue marcada por el fútbol. Un día cuando jugaba un partido en la calle su hermano murió atropellado por un auto. Su padre le prohibió volver a practicarlo pero desobedeció la orden paterna. Para evitar el reto dejó la delantera, era un buen goleador, y se fue al arco, desde donde podía observar si venía su papá.
Una vecina lo cobijó cuando abandonó el hogar ante una disyuntiva: seguís estudiando o te me vas a la calle, sonó fuerte la advertencia paterna.
Sus cualidades lo llevaron a un equipo de barrio llamado Oviedo, donde el portero titular era José Alfredo Jiménez.
Si! el que llegó a ser un famoso cantautor, quién le dejó la portería a La Tota para dedicarse a su vocación, ser artista. El joven Carbajal no desaprovechó la oportunidad.
Tenía una gran agilidad bajo los tres palos. Lo ayudó un físico privilegiado.
Comienza el camino a la selección
Luego de muchas vicisitudes llega al Club España y tras una dura prueba con un balón de cuero mojado que le dejó marcas en el pecho y las manos, no solo fue aceptado, sino que en el corto plazo debutó en primera división. Atajaba sin guantes. No le gustaban.
Luego de dos años el equipo desapareció y se fue con Los Panzas Verdes del León, donde jugó el resto de su vida futbolística.
Retiro
La noche del 19 de julio de 1966 anunció su retiro definitivo de las canchas. Tenía 37 años. Fue luego del empate en cero entre México y Uruguay en el marco del Mundial de Inglaterra. “Me voy porque ya no tengo nada que darle al fútbol”, dijo sollozando.
Su gran frustración fue no seguir bajo los tres palos en el Mundial siguiente, el de 1970, por un dato no menor: se jugó en su propio país.
Cuando dejo el fútbol fue técnico. México lo ubica en la historia, como su mejor arquero.