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“El Gobierno les hizo firmar a los jugadores una carta como que no tenían deuda, y era mentira”

Así lo contó Valentín Brasca a la prensa cordobesa donde está radicado actualmente. El arquero fue tres veces campeón con Sportivo Estudiantes y logró el histórico asenso a la B Nacional. Pero con la intervención de Ivana Bianchi, lo borraron y nunca más jugó. Ayer anunció su retiro.

Valentín Brasca contó lo mal que la pasó los últimos meses en San Luis y por qué dejó el fútbol.
Actualizada: 28/04/2018 11:25
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Las declaraciones que realizó el exjugador de Estudiantes al diario La Voz trascendieron las fronteras de Córdoba.

Contó el destrato que sufrió cuando el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá intervino el club tras la renuncia de Carlos Ahumada. Primero el vacío del DT y después la confirmación por parte de la dirigencia que encabezaba Ivana Bianchi, de que en Estudiantes no volvería a jugar nunca más. El alejamiento de sus compañeros por miedo que les pasara lo mismo y el apriete de algunos barras.

De todo eso habló Brasca, uno de los símbolos que tuvo el equipo puntano en los momentos más gloriosos de su historia deportiva.

En la entrevista, Brasca confirmó que su último partido lo jugó hace casi dos años, que en el último tiempo en San Luis la pasó “realmente mal” y que esa situación fue determinante para que hoy se encuentre retirado del fútbol. “Me cansé, me tuvieron 6 meses sin dejarme entrenar”, reveló.

Por esa situación la responsabilizó a la diputada nacional Ivana Bianchi: “Tuvo algo personal conmigo. Le marcaron como que yo estaba identificado con Ahumada. Lo único que yo quería era jugar en el club con el ascendí tres veces”.

“No entiendo cómo el Gobierno se metió en un club que tiene una jurisdicción deportiva. Y lo hace a través de la Justicia con el slogan de que querían tener un presidente y nuevas autoridades. Y fue una mentira”, dijo el arquero.

En ese sentido remarcó que la intervención se extendió por más de un año y medio. Y que ese tiempo hasta lo presionó algunos hinchas: “Pensá en tu vida, en tus seres queridos, tomá la mejor decisión”, aseguró que le escribían en los mensajes.

También contó un manejo irregular que vivió en primera persona: “A mis compañeros les hicieron firmar una carta como que los jugadores de Estudiantes de San Luis no tenían deuda y con eso presentaron el libre deuda. Y era mentira porque a mí me debían seis meses”.

De esa manera, dijo, el club pudo presentar el libre deuda e incorporar refuerzos: “Los chicos que querían jugar cerraron la boca y firmaron. Van y te dicen: ‘Firmá acá, sino no jugás’”.

A continuación la entrevista completa

–¿Cuándo fue tu último partido?

–Hace casi dos años.

–¿Por qué dejaste?

–Porque me cansó el fútbol. Me sacaron las ganas de jugar.

–Qué duro…

–El último tiempo en San Luis la pasé realmente mal. Me tuvieron seis meses sin dejarme entrenar.

–¿Por qué?

–Fue una decisión de la diputada Ivana Bianchi, quien se hizo cargo del club cuando Ahumada renunció. Tuvo algo personal conmigo. Le marcaron como que yo estaba identificado con Ahumada y yo lo único que quería era jugar en un club que ascendí tres veces, en el que la gente me quería mucho. Me sacaron cosas en el diario La República de San Luis, diciendo que estaba en contra del club. Me la hicieron pasar mal. A mis compañeros les tenían prohibido hablar conmigo. Me lo decían. Cosas que te sacan las ganas de jugar.

–¿Cómo era tu día?

–Fueron seis meses en los que no me dejaban entrenar. Yo iba. El DT Omar Asad y “el profe” me decían: “Andá a la cancha 3 a dar tres series de 10 vueltas. Cuando terminás, avisás”. Era en la Universidad Pública de San Luis. Como el club estaba intervenido por el Gobierno, todo estaba relacionado con la Secretaría de Deportes. Órdenes directas del Gobierno de San Luis eran que no me dejaran entrenar. Lo más triste era que mis compañeros tenían miedo de que les pasara lo mismo si me saludaban o hablaban.

–¿Vos le firmarte contrato a Ahumada en Talleres? ¿Eras jugador de él?

–No. Siempre fui jugador de Estudiantes. Cuando me propone la locura de ir a jugar el Argentino C hice un contrato de seis años con Estudiantes. Con Ahumada los acuerdos siempre eran con los clubes que dirigía y por el tiempo que estuviera allí. No tenía ningún contrato que me ligara personalmente con él. En Talleres, Juventud Unida de San Luis y Estudiantes. Siempre hice contratos largos. Con Estudiantes, hasta hace un mes, me estuve enviando cartas documento para poder destrabar mi pase.

–¿Hasta cuándo tenés contrato?

–Hasta junio. Tampoco pude salir. En junio del año pasado me dijeron que no iba a entrenar con la primera y que me buscara club. Les dije que quería jugar en Estudiantes. Me dijeron que en el club no iba a jugar nunca más. Ahí me sacaron las ganas. A través de la diputada Bianchi… Asad decía que la decisión era del cuerpo técnico, pero él hacía lo que le pautaban.

–¿La viste a Bianchi?

–Un par de veces. De hecho, le pedí que me dejara libre, que me pagara lo que debía, que eran seis meses. Que me dejara libre para poder ir a otro club. Me dijeron que no me iban a pagar nada de lo que me debían y que si me quería ir tenía una cláusula de rescisión de 500 mil dólares.

–Pero al primer mes que no cobraste, ¿no podrías haber quedado libre?

–Sí, pero… Estoy en eso. Tuve que caer en esa situación lamentable para un futbolista: tener que intimar a un club por una deuda para poder ir a trabajar. Esa fue toda mi pelea cuando estuvimos siete meses sin cobrar. La única solución que me daba el gremio para seguir laburando era mandar una carta documento renunciando a tu trabajo pidiendo que te paguen. Y, para mí, la forma de que te paguen no es yéndote sino trabajando. Te tienen que cumplir.

–¿Cómo fue irse a vivir a Lobos y ser locales allí?

–No fue fácil. Para nada. Entiendo a la gente de San Luis y al Gobierno, que eso fue. A lo mejor fue la causante del enojo conmigo. Acepté ir a jugar. San Luis no generaba los recursos para hacerse cargo del club y de nuestros sueldos. Estábamos cinco meses sin cobrar y Ahumada nos demostró que sí podía asegurar nuestro cobro en Lobos. De hecho, cobramos. Pero fue algo político que se fue de las manos. Jugamos varios partidos con autorización de la AFA y de un día para otro, Ahumada renunció. Y no entiendo cómo el Gobierno se metió en un club que tiene una jurisdicción deportiva. Y lo hace a través de la Justicia con el slogan de que querían tener un presidente y nuevas autoridades. Y fue una mentira. Porque el club estuvo un año y medio sin llamar a elecciones. Yo me hice socio de Estudiantes, al volver de Lobos. Soy el número 125.

–Ahora quedarás con el pase en tu poder. ¿No volverás a jugar?

–Está podrido el cajón. Lo que me pasó a mí, le pasa a muchísimos jugadores. Sinceramente dejé de jugar al fútbol porque tenía una fuente de trabajo, gracias a mi viejo. Directamente, dije no. No soy el único al que le ha pasado esto de que un dirigente se ensañe, que no lo deje entrenar, de que le haga la vida imposible, de que te apreten los barras para que te vayas del club, para que renuncie a la plata…

–¿Te apretaron los barras?

–Me mandaban mensajes. En el último tiempo, cuando tenía que irme de Estudiantes y no me dejaban entrenar ni nada, me mandaban mensajes y videos, onda cartel pesado… “Pensá en tu vida, en tus seres queridos, tomá la mejor decisión”, eran algunos. Y no pasa sólo en San Luis. Hay muchos chicos a los que les pasa, cierran la boca, se van y siguen jugando en otro club. Me cansé. No es justo que el jugador pase por todo eso y no tenga cómo defenderse. Al jugador le dicen “tal vez inhibamos a fin de año para que cobren”. Y mientras tanto, se cagan de hambre, los apretan, les ponen un revolver en el pecho, les roban los botines, les rayan el auto y se las tienen que bancar para poder seguir jugando al fútbol. Tenía la ilusión de que con la movida del nuevo presidente de la AFA, de que algo iba a pasar, que se iba a mejorar e iban a poner pautas claras para que no se les deba a los jugadores. Que el gremio se iba a poner firme. El paro ese fue todo un engaño. Una pantalla de humo. Todo sigue igual. Hay jugadores de Primera que tienen problemas para cobrar. De ahí para abajo.

–¿Vos crees que con el libre deuda que exige la Superliga de la Primera División esto va a seguir pasando?

–Todo mentira. Supuestamente todo ésto estaba corriendo. ¿Sabés lo que le hicieron firmar a mis compañeros el último mes que estuve en San Luis? Una carta como que los jugadores de Estudiantes de San Luis no tenían deuda y con eso presentaron el libre deuda. Y era mentira porque a mí me debían seis meses. No firmé porque ya sabía que estaba borrado. Pero los chicos que querían jugar, cerraron la boca y firmaron el libre deuda para que el club pueda incorporar refuerzos. Pero era mentira. Tenían deuda. Van y te dicen: “Firmá acá, sino no jugás”. Y vos, firmás porque sos jugador. Se aprovechan. Yo me fui solito del fútbol. Arqueros no faltan. Sobran. No les importa que vos estés, salvo cuando lo pide la gente.

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