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La ocupación de terrenos alcanzó su pico de tensión y hubo represión

A una semana de la toma, el grupo COAR se acercó al predio con la orden de impedir el ingreso de los ocupantes. Ante la medida, un grupo de vecinos se congregó en los alrededores y hubo momentos de nerviosismo.

Durante las protestas hubo corridas y disparos en los que resultó herido un niño y una mujer.
Actualizada: 05/05/2018 23:11
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Cerca de las 7:45, el grupo especial COAR se instaló en los terrenos que usurparon alrededor de 900 familias, con el objetivo de impedir el avance de la ocupación.

La medida la dispuso el juzgado de Instrucción Correccional Nº 2 a cargo de Juan Montiveros Chada, el pasado 30 de abril. La orden consistió en la prohibición de la delimitación de parcelas y posibles edificaciones.

El subjefe de la Policía, Claudio Latini, dijo esta tarde en diálogo con este medio que los efectivos seguirán en la zona de conflicto con el objeto de “brindar seguridad”, siguiendo así el pedido del juez.

“Por razones que no entendemos, una vecina comenzó a juntar elementos para prender fuego y convocó a gente”, explicó el policía en relación a los disturbios que se vivieron en el anexo 5 del barrio Eva Perón.

Las acciones que derivaron en la intervención de la fuerza, fue porque algunos manifestantes arrojaron objetos a un móvil policial y para “evitar el daño a las unidades y resguardar su integridad”, es que respondieron con disparos.

Así, la jornada selló el momento de mayor tensión desde que llegaron las primeras personas a parcelar los terrenos.

La preocupación fue el resguardo de los niños y mujeres, sin embargo de acuerdo a las imágenes que tomaron los propios vecinos, un menor y una mujer resultaron con heridas producto de la represión.

Los vecinos pintaron carteles en el momento y continuaron su manifestación.

 

La medida judicial, el motivo de tensión en la toma

El pasado 30 de abril el juez Juan Manuel Montiveros Chada dispuso una “prohibición de innovación” que consiste en el impedimento de edificar o segmentar parcelas, y la asignación de custodia constante, para evitar modificaciones en los límites del terreno.

Para materializar la disposición, efectivos del COAR se constituyeron hoy, del mismo modo que lo vienen haciendo efectivos de la comisaría de la jurisdicción. Pero la llegada del grupo especial alteró el ánimo de los vecinos que se autoconvocaron para “resistir” la medida.

Pasado el mediodía la tensión comenzó a incrementarse. Una autobomba de los bomberos que acudió al lugar apagó una serie de focos ígneos que se habían generado a modo de protesta. En el mismo momento se iniciaron los primeros movimientos estratégicos del grupo especial.

Esto conllevó a que algunos comenzaran a cerrar los ingresos a los terrenos y escribieran carteles con consignas que reflejaban reclamos al Gobierno de Alberto Rodríguez Saá, al que le atribuyen su dificultad para acceder a una vivienda. Al mismo tiempo el resto de los manifestantes se organizaban.

Según informó el personal policial “otros prendieron fuego los alrededores”, hecho que incrementó los desafíos.

En ese momento arrojaron postes de madera y tarimas para avivar las llamas de un espacio que improvisaron a modo de resguardo del área policial. Todo se encaminó para el enfrentamiento.

Mantuvieron vivas las llamas a modo de protesta.

Minutos más tarde, un sector de los ocupantes comenzó a arrojar elementos contundentes, incluso algunos portaban gomeras. Allí la situación se tornó violenta y se registraron disparos por parte de la fuerza.

El equipo periodístico de El Chorrillero que estuvo en el lugar durante gran parte de la jornada pudo ver que una ambulancia llegó para asistir a heridos, aunque de acuerdo a las fuentes oficiales “no se hicieron atender” por los profesionales de la salud.

También se arrojaron gases lacrimógenos para despejar la zona.

¿Qué quieren los vecinos?

Uno de los voceros alzó su voz pidiéndoles a los ocupantes que no opusieran resistencia, sino que aprovecharan la circunstancia para retirarse “tranquilos” y continuar las manifestaciones durante la jornada del domingo.

"¿Qué hacemos, nos quedamos o nos vamos?, consultó. Sin embargo el cántico y los bombos de los oyentes fue contundente: “Nos quedamos”.

Mientras los debates y los intercambios de opiniones sobre las medidas a tomar se materializaban, el hombre dialogó con algunos periodistas y aseguró que las personas a las que representa quieren “ser escuchados”.

“Le pedimos al gobernador o a la secretaria de Vivienda que se hagan presentes. Hace días que vienen diciendo que es feriado o ponen excusas. Queremos que nos den una respuesta ahora, la gente no se va a ir y la Policía nos va a reprimir”, expresó.

De acuerdo a los testimonios, la represión dejó algunos heridos entre los que se encuentra una mujer y un niño. (La Bulla)

“Sabemos que es propiedad privada, pero la gente lo necesita. No quieren mirar la realidad de lo que está pasando, somos familias que necesitamos un hogar; si el Gobierno quiere el enfrentamiento de los vecinos con la Policía que no se hagan presentes, pero necesitamos que den la cara, que calmen las aguas”, añadió.

Aseguran que prácticamente todos son vecinos del Eva Perón y la mayoría nacidos en San Luis que viven en condiciones muy precarias: en espacios alquilados o prestados por familiares.

Dicen que en muchos casos viven “amontonados y duermen en el piso”.

Además señalaron que en la medida de sus posibilidades “están dispuestos a pagar” un lote o una casa, pero que “nadie los escucha”.

Qué dice la Policía

El subjefe Claudio Latini indicó que los efectivos deberán seguir custodiando la zona para evitar futuras ocupaciones o modificaciones en la segmentación de terrenos. En la misma línea especificó que la medida represiva tuvo que ser concretada “porque estaban dañando un móvil”.

“Vino la ambulancia, un autobomba y un minibús de la Policía. Empezaron a arrojar elementos y ello motivó a evitar que siguieran dañando las unidades. Algunos dijeron que había heridos, pero nadie se hizo atender”, aseguró.

Para los uniformados había un grupo de personas que instaban a la agresión y en ese sentido aconsejaban al resto a tratar de mantenerse pacíficos. Todo indicaba que tarde o temprano el lugar se convertiría en una batalla campal.

Sin embargo con el correr de las horas, cerca de las 16:30, los vecinos decidieron replegarse “sin violencia” con la condición de que este domingo continuarían con sus reclamos.

¿Cómo seguirá la situación?

Los terrenos ocupados corresponden a un sector de 32 hectáreas de lo que será la futura ciudad universitaria de la UNSL y otra parte que le pertenece a una familia de la ciudad. Ambos damnificados denunciaron ante las autoridades Policiales y esperan que la Justicia concrete sus actuaciones.

Más allá de los papeles, los vecinos se volverán a congregar este domingo a las 9 con la intención de seguir el reclamo. Creen que en cualquier momento la Policía va a actuar.

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