En el Tedeum, el obispo Martínez pidió “dar testimonio de paz”
Reflexionó en torno a la fecha patria, indicando que los ciudadanos deben forjar la paz “desde la provincia hacia el país”. Imploró para que la Virgen le presente a Dios “el último suspiro” de los que trabajaron por ello, destacando a los acontecimientos de Malvinas y la desaparición del Ara San Juan.
Esta mañana la Iglesia Católica de San Luis celebró el Tedeum en la Catedral, en el marco del 25 de Mayo. Como cada año, autoridades y feligreses se congregaron para rezar la alabanza a Dios y escuchar la homilía.
El mensaje de Pedro Martínez estuvo centrado en la construcción de la paz, particularmente desde una visión local para que cuando se logre constituirla, se extienda al resto del país.
Resaltó que la fecha en torno al canto del tradicional Tedeum invita a pensar sobre las lecturas que “le corresponden a la Iglesia”, en particular el pasaje de San Pablo en un consejo que le dio a Timoteo: “Querido hermano practica la justicia, la piedad, la constancia, usa bien las riquezas para alcanzar la verdadera vida”.
Participaron el vicegobernador Carlos Ponce; el presidente del Concejo Deliberante, Roberto González Espíndola; el senador Nacional Claudio Poggi; los diputados nacionales Victoria Rosso y Karim Alume; la presidenta del Superior Tribunal de Justicia Martha Corvalán, funcionarios y legisladores provinciales y municipales, jueces, autoridades de las fuerzas de seguridad e instituciones educativas. No estuvieron el gobernador Alberto Rodríguez Saá y el intendente Enrique Ponce, quien participó de las celebraciones en Capital Federal.
“Podríamos subrayar la relación de la paz al uso debido de las riquezas, que no sólo son físicas, sino también las que cada uno posee o ha vivido, conocimiento, virtudes y cualidades personales. Eso primero es en nosotros y luego hacia los demás. Primero es en el corazón, esa paz en la que solo está Dios”, expresó.
De esa forma remarcó que la armonía debe desbordarse hacia los otros y así constituir “la paz social”, en contraposición a la actualidad mundial que “parece que va tomando como cultura a la violencia”.
Por otro lado y en referencia al 25 de Mayo sostuvo que “hay que trabajar” por la armonía desde la provincia hacia el resto del país: “Que lindo es que en San Luis se pueda vivir en paz. Nuestra patria es San Luis, la Argentina; pero es desde aquí hacia la Argentina”.
Luego expuso un “segundo aspecto” que tiene relación con “la fuente y el origen de toda razón y justicia”. En ese sentido aseguró que la Nación “se ha moldeado en Dios” como dicho concepto.
“La paz es una consecuencia de la justicia. Cuando nos referimos a Dios como fuente hacemos referencia a un origen y un fin, cuando hablamos de fuente nos referimos al origen de algo, a lo que también llamamos fundamento. Si un edificio tiene que ser grande, posee profundos fundamentos porque tendrá que estar fortificado, incluso decimos en las ideas que algo `no tiene fundamentos´”, explicó.
De este modo aseguró que la Patria (y todo lo que gira a su alrededor) se ha consolidado en esa fuente, que también observa “al fin que uno busca”: “Cuando se indagan las raíces se vuelve a la fuente del origen de sí mismo, de la familia, de la Patria”.
También enunció que se debe ser “fiel al origen” y recordó el ejemplo de la fuente de agua, en el que el profeta David le dijo a Dios: “Como la sierra busca la fuente de agua, así te busca mi alma señor”.
Definió que el Tedeum “invita a ser los cultores de la paz” y que sus estrofas “nos ubican ante Dios creador, sus ángeles, apóstoles, mártires y santos que lo alaban ante su hijo redentor y salvador, que nos espera glorioso”.
“Nos pone el espíritu santo que nos ilumina y guía, nos invita a la acción de gracias, a la súplica confiada y al amor hecho alabanza, es como un eco anticipado de la luz plena del día eterno que gozaremos en el cielo y que queremos construir aquí en la tierra. El Tedeum es el amor que se hace alabanza”, añadió.
Cerca del cierre de su intervención instó a construir la paz: “No hablemos de la que deben construir los otros, primero hablemos de la que tenemos que construir cada uno de nosotros”.
Por último pidió a la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de Luján que “reciba el esfuerzo de todos los gobernantes y personas públicas que dedican su vida para el bien de todos, aún cuando los demás los critiquen” y rogó para que “recoja el último suspiro de todos los que construyeron paz, aquellos que dieron su vida, no solo en los acontecimientos de Malvinas o los difuntos del Ara San Juan, sino de todos aquellos que ni siquiera conocemos sus nombres”.