Quién es el autorreferencial nuevo ministro todoterreno que vuelve a Seguridad
Diego Martín González se calzó el traje con un autoelogio del que hizo gala en su presentación en público. El ahijado político del matrimonio Schwartz-Arenas, fue funcionario en Salud, Registro Civil, Relaciones Laborales, Canal 13 y también en la Justicia.
El abogado villamercedino de 43 años se convirtió en el tercer ministro de Seguridad de Alberto Rodríguez Saá en treinta meses de gestión. Llegó después de Beatriz Alagia y Ernesto Alí.
En rigor no es su debut sino el regreso a un organismo en el que secundó a Berta Arenas durante el segundo mandato de Alberto Rodríguez Saá.
Entre septiembre de 2010 y diciembre de 2011 fue viceministro de Seguridad.
Llamativamente ese dato como otros fueron omitidos en el perfil que publicó anoche la agencia oficial de noticias al dar a conocer el currículum del funcionario y algunos gustos personales como "el asado y las pastas”.
Lleva muchos años en la estructura del Estado. Hace un culto de su condición de afiliado peronista y es un declarado detractor de los funcionarios extrapartidarios y en particular del PUL.
Es ahijado político del matrimonio Schwartz- Arenas a quienes acompañó en todos los puestos que han venido ocupando. También reconocía como padrino al actual rector de la UPRO, Joaquín Surroca.
Estos tres dirigentes crearon en su momento una agrupación en el PJ mercedino para encarnar una corriente opositora al intendente, Mario Merlo. En su regreso al gabinete municipal, Schwartz lo llevó a González como colaborador en la secretaría de Gobierno.
Estuvo en el ministerio de Gobierno, Justicia y Culto junto a Surroca en 2001 y 2002. Y continuó durante el paso de Sergio Freixes por la misma cartera que ya había pasado a llamarse de la Legalidad. Allí revistó entre 2003 y 2004.
Es considerado “testigo falso” en la causa por los pedidos de renuncias anticipadas de jueces, que espera el inicio del juicio en la Justicia Federal.
En 2004 también protagonizó un fugaz paso como asesor legal de Canal 13, acompañando de nuevo a Surroca.
Un año después ya se desempeñaba como asesor del Servicio Penitenciario Provincial.
Pasó por la Justicia penal provincial y por la Municipalidad de Villa Mercedes.
A Berta Arenas la asistió en Laboratorios Puntanos, el ministerio de Seguridad (con el tiempo se conoció que había dejado al Estado una deuda de $1.000.000 en publicidad) y en la Cámara de Diputados de la Nación.
En diciembre de 2015 al asumir Schwartz como ministro de Salud, lo designó en la jefatura del programa Recursos Humanos, que se ocupa de los nombramientos de los profesionales y empleados.
Tuvo continuidad en la función pública como jefe del Programa Relaciones Laborales, en el gabinete de Eduardo Mones Ruiz. Dirigió la repartición durante el despido masivo de choferes de las empresas Sol Bus y María del Rosario.
Su siguiente destino fue el Registro Civil.
El versátil funcionario que formó parte de las segundas y terceras líneas de la grilla política del Ejecutivo, ayer a minutos de su ascenso exhibió sus pergaminos con una mención autorreferencial: “Uno tiene una trayectoria dentro del Gobierno”. Y completó diciendo: “Indudablemente es un gesto de confianza muy grande por parte de Alberto”.
Avanzó un paso más y dejó trascender a través de la Agencia de Noticias San Luis: “Soy el nuevo ministro de los dos goles”. Se dio el crédito porque juró justo el día del triunfo de la selección. Fue agónica, pero victoria al fin. Suficiente para seguir en carrera.