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Tailandia: el emotivo reencuentro de los chicos atrapados en una cueva con sus padres tras el rescate

Los nenes y su entrenador están en cuarentena y algunos presentan cuadros leves de neumonía pero están con buen ánimo, indicaron los médicos.

Así se recuperan los chicos del rescate del milagro de Tailandia.
Actualizada: 11/07/2018 12:21
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Aún faltan los abrazos, pero no la emoción. Hubo lágrimas y gritos de alegría cuando los chicos que fueron rescatados de una cueva en Tailandia por fin pudieron ver a sus padres. Como los nenes se encuentran en cuarentena, el primer contacto que tuvieron con sus familias fue con un vidrio de por medio. Sin embargo, algunos ya podrán reunirse con sus familias, indicaron las autoridades.

Los padres lloraron al ver a sus hijos.

"Hay que mantener un protocolo de seguridad debido al débil sistema inmunológico de los menores" que estuvieron atrapados durante más de dos semanas en el interior de la montaña, indicó durante una rueda de prensa uno de los médicos que evalúa al grupo.

En declaraciones a CNN, Tanawat Viboonrungruang, el padre de Titun, de 11 años, dijo que se sintió aliviado de ver que su hijo estaba "sano". Según explicó, lo único que quería era abrazarlo. "Me puse a llorar, todos comenzaron a llorar", dijo. "Quiero agradecer a aquellos que rescataron a mi hijo. Y lo ayudaron a tener una nueva vida, es como un renacimiento".

"Tengo muchas ganas de abrazar a mi sobrino", dijo anoche a los medios Amporn Srivichai, tía de Ekapol Chantawong, el entrenador de los "jabalíes salvajes" y quien fue el último en abandonar la caverna.

Los chicos están internados todos juntos.

Según contaron los nenes, lograron sobrevivir durante los nueve días que pasaron solos gracias a Chantawong. El hombre, que se había ordenado como monje budista cuando era más joven, les enseñó cómo beber el agua que se filtraba desde las estalactitas, y no la sucia de la corriente, racionó los pocos víveres que llevaban, les ayudó a meditar y les ordenó dormir y descansar todo lo que pudieran para ahorrar energía.

Los chicos están bien

Los chicos "se encuentran en muy buenas condiciones mentales", indicó el funcionario local de salud Thongchai Lertvilairattanapong. "Puede ser porque pasaron todo el tiempo juntos como equipo, ayundándose unos a otros", supuso.

"Todos están en buenas condiciones físicas, sin fiebre o infecciones graves. Sólo tres de ellos tienen infecciones pulmonares menores", explicó Thongchai. Los nenes perdieron en promedio dos kilos cada uno durante los días que estuvieron atrapados.

Los médicos precisaron que los papás y mamás de ocho de los 13 liberados podrán acceder a la sala donde se encuentran sus seres queridos ingresados en el hospital provincial de Chiang Rai, aunque deberán mantenerse a una distancia de dos metros, con guantes y ropa especial.

Deberán permanecer al menos una semana en cuarentena.

Los cinco restantes, cuatro niños y el adulto, que fueron los últimos en salir de las profundidades de la caverna el martes, permanecerán al menos un día más en cuarentena para evitar el contagio de posibles enfermedades.

Los "jabalíes" y su entrenador son alimentados a base de una dieta blanda de arroz y pollo, además de la ingesta de varios suplementos vitamínicos. No obstante, los primeros cuatro rescatados, que salieron de la cueva el domingo, podrían cenar esta noche alimentos más variados.

Las operaciones de rescate comenzaron el domingo con la salida de cuatro nenes, el lunes salieron otros cuatro y ayer martes, se completó la operación con los cinco restantes.

Los chicos fueron encontrados después de nueve días.

Los doce chicos se internaron en la cueva Tham Luang, situada en el norte de la provincia de Chiang Rai, durante una excursión el sábado 23 de junio tras completar un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta inundó el camino de salida.

En el rescate participaron decenas de buzos de varios países.

Para salir, los chicos y el entrenador, acompañados cada uno de ellos por dos rescatistas, tuvieron que atravesar una serie de laberínticos pasadizos parcialmente inundados y desniveles con una visibilidad nula durante más de 4 horas.

La dificultad de la operación quedó patente con la muerte el jueves pasado de un rescatista voluntario, un exmiembro de los grupos de élite de la Marina que se quedó sin oxígeno durante una inmersión. El fallecido, "Samar Gunan, es uno de los héroes de este operativo", recordó anoche Narongsak Ossottanakorn, vocero de los equipos de rescate.

 

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