Realizarán una apostasía colectiva y pañuelazo en San Luis
Se trata de una jornada organizada en el marco del reclamo por la separación de la Iglesia y el Estado. Buscan que los cultos no tengan injerencias en aspectos claves como la educación y la asistencia social.
Hoy a las 15 habrá una concentración en la Plaza Pringles para desarrollar un “pañuelazo y apostasía colectiva”, trámite que consiste en desligar desde el punto de vista institucional de la Iglesia Católica Apostólica Romana, a las personas que no profesan la religión, es decir, renunciar al bautismo.
La iniciativa convocada por la organización Razón y Revolución, busca facilitar estos expedientes en el obispado puntano. La idea deviene del concepto de que la cantidad de bautizados le otorga a la Iglesia cierto poder a la hora de “hacer valer su lobby”.
Esta noción formó parte de los debates en torno a la legalización del aborto, donde algunos legisladores basaron su voto en convicciones de fe. Para quienes promueven la apostasía, la vida social no debe estar ligada a las creencias de ningún credo, para evitar sus influencias en las cuestiones de Estado.
“La actividad está organizada por Razón y Revolución, aunque se han sumado otras organizaciones como el Partido Obrero, docentes, alumnos, vecinos, trabajadores. Reclamamos la separación de la Iglesia y el Estado para que el mismo sea laico; la Iglesia no tiene nada que hacer en la educación o la asistencia social, el culto es un acto privado”, explicó el militante y docente universitario Fabián Harari.
En ese sentido sostuvo que la institución eclesiástica conserva postulados políticos del “siglo XVIII”, lo cual genera un “atraso” al desarrollo social y científico: “Como decía Montesquieu, el culto es algo privado, el Estado no tiene porqué sostenerlo (…), el culto le impone al conjunto de la sociedad normas reaccionarias como la compaña que llevó adelante el Papa Francisco y la Iglesia argentina contra el proyecto de interrupción del embarazo”.
Harari recordó que el reclamo es “histórico”, más allá de que comenzó a visibilizarse en el contexto de lucha por el aborto legal, seguro y gratuito. Asimismo la importancia que atribuye a las circunstancias de dicho debate, radica en que se ha “condenado a miles de mujeres a morir en abortos clandestinos, con una concepción mágica de la vida”.
En la misma línea aseguró que estas nociones se mezclan en los contenidos curriculares ejecutando programas donde se estudia el creacionismo y “se niega la teoría de la evolución”, e incluso se manifiestan en entidades relacionadas a la educación como el caso de la Coneau.
Para hacer frente a las “injerencias de la Iglesia”, la jornada del sábado promueve el trámite de apostasía. Quienes quieran dejar de pertenecer a la fe católica deben llevar una fotocopia del DNI y “las ganas de firmar”. La presentación de los papeles está a cargo de la organización.
“Todos aquellos que quieran pelear porque creen que el Estado no tiene que sostener ninguna religión, pueden venir a la Plaza Pringles. Quienes quieren mantener sus ritos mitológicos, mágicos, pueden hacerlo pero no a costa del conjunto de la población”, sostuvo Harari.
“Es un trámite muy sencillo, la carta está hecha, solo se debe firmar y anexar el documento. Vamos a juntar las cartas y las vamos a presentar en la Catedral y en el ministerio que corresponda”, agregó.
Por otro lado especificó que muchas personas aparecen registradas como católicas porque fueron bautizadas desde pequeñas, pero en la actualidad no practican la religión ni concuerdan con sus postulados. Esta iniciativa arrojaría datos genuinos de la cantidad de fieles.
Si bien la acción de apostatar es un hecho individual, la colectivización se tornó en un símbolo del reclamo desde el punto de vista político.
“La idea hacerlo de esta forma es que favorece el reclamo como un elemento colectivo, allí nos juntaremos, discutiremos y veremos qué se puede hacer además de la apostasía, tratar de que sea un elemento púbico donde nos congreguemos y podamos manifestar en forma masiva nuestro rechazo a la injerencia de la Iglesia en la vida social”, concluyó.