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El presente de Sergio; una reconstrucción de su pasado y el recupero de la identidad

Hace cuatro meses que dejó de vivir en la calle y en poco tiempo se reencontrará con su hermana de Mendoza. Los cambios y su evolución siguen transformando su persona.

Sergio José Marcelo Martínez
Actualizada: 30/09/2018 15:54
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La nueva vida de Sergio comenzó el 31 de mayo, cuando un grupo de personas de la Parroquia San Roque se propuso ayudarlo y sacarlo de la calle por las bajas temperaturas que castigaban en esa época.

Desde entonces, junto a su gran compañero, Alejandro Lorenzo inició una aventura de superación que no deja de sorprender a aquellos que alguna vez supieron verlo deambular por distintas zonas del centro.

En otra visita que El Chorrillero hizo en su hogar, ambos dieron cuenta de los avances del último tiempo; desde los nuevos hábitos en lo cotidiano hasta el incremento en su habla y el desenvolvimiento con los demás.

“Le cuesta pero se hace entender, y el tiempo nos va a ayudar para que él se despliegue mucho más. A veces nos avisa de cosas que va a hacer y nos termina sorprendiendo”, contó Lorenzo.

En este sentido reconoció que Sergio ya se convirtió en el “cebador oficial de mates” y así lo demostró durante la tarde que recibió a los periodistas de este medio.

En poco tiempo tendrá su documento y con ello, su identidad. El trámite lo hizo junto al de Alejandro, debido a que ambos tenían que modificar y coincidir en el domicilio.

Aunque hubo una demora, porque Sergio no contaba con datos en el Consejo Electoral por no haber votado nunca, se pudo rehacer todo con la información faltante y próximamente lo tendrá en sus manos.

“A partir de eso se nos abrirá un abanico bastante grande como la posibilidad de que él tenga una obra social”, contó Alejandro.

 

Alejandro y Sergio

 

Sergio José Marcelo Martínez

A todo esto se suma otra evolución, quizás la más importante, porque tiene que ver con el pasado y la historia de Sergio.

Pese a que habían circulado varias versiones al respecto nada era tan certero como su nombre; pero la situación cambió luego de que obtuvieran información de dónde podría vivir un pariente.

“Tuve la oportunidad de que una amiga me ofreciera ir a Mendoza porque viajaba. Encontré a la familia y pude hablar con la hermana. Se sorprendió por todo esto, porque hacía mucho tiempo que no sabían de Sergio”, relató Alejandro.

En el encuentro, la mujer le manifestó que su hermano “siempre tuvo una habilidad especial con lo que se relaciona a las cuentas y matemáticas”. Relató que “era muy compañero de una de sus sobrinas, que hablaba muy bien, ayudaba mucho en la casa y era tranquilo”.

Cuando Sergio tenía 16 años, su mamá, con quien tenía un fuerte vínculo, falleció. “La psiquiatra planteó que eso posiblemente desencadenó su esquizofrenia”, señaló Alejandro.

En ese contexto, el debió mudarse con su hermana y más tarde su estado se agravó y “tuvo que llegar a ser internado en un hospital de Mendoza”.

Luego logró escaparse del lugar y aunque “nadie sabe cómo” llegó a San Luis, donde fue llevado al Hospital de Salud Mental. Desde allí lo trasladaron nuevamente a su provincia natal y volvió a irse.

Fue así que, Sergio José Marcelo Martínez de 46 años, vivió alrededor de 20 en la calle, según precisó su hermana.

Alejandro también señaló que “la familia en este momento no está en condiciones de poder estar con él” pero que pronto viajarán para reencontrarse.

“Estos cuatro meses fueron bastante fuertes, me costaría mucho el hecho de que ya no estuviera cerca de nosotros, ya es familia”, expresó.

Sergio, un ejemplo para imitar y dar a conocer

Por otro lado, hace algunos días Alejandro y Sergio fueron invitados por una de las psiquiatras del Hospital Escuela de Salud Mental para formar parte de una clínica sobre la esquizofrenia.

En la jornada, Alejandro dio testimonio de la importancia que tiene el acompañamiento en las personas que sufren esta enfermedad, que si bien tiene diferentes patologías, es necesario en todas “estar en el día a día”.

“Me da la sensación de que nos mostraba muchas cosas que no están en los libros, sobre todo a los estudiantes”, consideró Alejandro.

En un principio Sergio no accedió a formar parte de la charla por la cantidad de personas que estaban en el lugar, pero más tarde cambió de parecer.

Alejandro transmitió que la respuesta de los chicos fue muy buena y que al comienzo se “sorprendieron” al advertir que estaba Sergio junto a ellos.

Sergio junto al camarógrafo de El Chorrillero, Víctor Albornoz.

Finalmente mencionó que al margen de todos los “logros” que surgieron en sólo cuatro meses también en las últimas semanas “hubo menos apoyo de la gente” pero que se debe a que han optado por “aislarlo de todo lo que es social”.

“Nos hemos enterado de cosas que tratamos de dejarlas al margen de todo; como por ejemplo que se han hecho colectas para ayudarlo a él y nosotros no sabíamos nada”, justificó.

No obstante remarcó que las personas que han estado desde un comienzo en la aventura, lo siguen haciendo y la relación de Sergio con ellos se ha afianzado.

“En muy difícil pensar que él se va a estancar en algún momento”, concluyó.

La historia del hombre que conmovió a muchos continuará y seguirá dando testimonio.

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