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Desmienten los fundamentos de Alberto R. Saá sobre la concepción y el aborto legal

Tomas González Pondal, filósofo y abogado analizó la posición del gobernador alrededor del tema en un documento que tituló “Listado de mentiras de un gobernador abortista”.

El gobernador de la Provincia firmó el viernes los decretos de adhesión a la Ley Nacional de aborto no punible o derecho a la interrupción legal del embarazo, entre otros.
Actualizada: 21/10/2018 20:28
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Así, el especialista salió al cruce del gobernador Alberto Rodríguez Saá en su defensa por el aborto legal, y en las acciones que lleva adelante su gestión.

El gobernador de la Provincia firmó el viernes los decretos de adhesión a la Ley Nacional de aborto no punible o derecho a la interrupción legal del embarazo, al protocolo de atención de víctimas de violaciones, a la educación sexual integral, la reglamentación del artículo 34 de la ley provincial que jerarquiza a los profesionales de la obstetricia y anunció la creación de una mesa de enlace.

En medio de ese contexto, González Pondal describió a Rodríguez Saá como “esos políticos modernos” que se dicen estar “a favor de la vida” y “también del aborto”; que firma decretos de adhesión que regulan “casos especiales” pero que son considerados un apoyo al aborto; y que apoya “la perversa ‘ley’ llamada de Educación Sexual Integral que además del aborto, contiene postulados defensores de la ideología de género”. Apuntó a esto último como “una medida que desintegra”.

El gobernador, en el mismo acto que tuvo lugar en el Salón Blanco de Terrazas del Portezuelo, “reglamentó un artículo de una ley provincial y anunció la creación de una mesa de enlace para planificar y garantizar entre otras cuestiones, la educación sexual en las escuelas”. Además profundizó en el parto humanizado y el respeto a la interculturalidad.

Y por otra parte criticó al presidente Mauricio Macri por el accionar alrededor del debate del aborto: “Dividió a la sociedad pero no resolvió el problema”.

En un pasaje del crítico documento que emitió el mismo viernes, González Pondal  planteó que Rodríguez Saá “no respeta a la ciencia más rigurosa que sostiene con total objetividad que hay vida humana desde la concepción”, y que insiste llamar “derecho a lo que es un asesinato”.

A su vez afirmó que al primer mandatario le gusta llamar “interrupción voluntaria del embarazo a una maniobra que no interrumpe nada, sino que liquida la vida humana”.

El análisis que el abogado y escritor publicó en sus redes sociales es extenso y duro, agrupa las declaraciones y los “razonamientos” del gobernador alrededor de uno de los temas más trascendentes que se debatió socialmente en la Argentina.

También detalló las propuestas que ahora se propone el Gobierno (a través de las adhesiones); por ejemplo implementar la obligatoriedad de la educación sexual en todos los niveles y modalidades educativas de la Provincia.

“Le guste o no al gobernador: la Iglesia Católica; colegios católicos; y muchos colegios privados; conscientemente y férreamente rechazan la maniobra abortiva y la nefasta “educación sexual integral”, puntualizó González Pondal que es escritor y docente del Colegio San Luis Rey de la ciudad de San Luis.

“El aborto, como sabemos, es un delito que recae sobre una víctima llamada ser humano en gestación, no sobre la madre. Esto último es lo que quieren modificar personas como Alberto, para que todos crean que el aborto es un delito contra la mujer”, aseguró en otro momento de las fundamentaciones, basadas en la ciencia.

A continuación la carta completa:

LISTADO DE MENTIRAS DE UN GOBERNADOR ABORTISTA

(ALBERTO RODRIGUEZ SAA)

Por Tomás I. González Pondal

Tiempos acelerados. El mal no da tregua. No da respiro. Quiere imponerse sea como sea, avasallando todo bien y toda verdad a su paso. El listado de mentiras que daré no es exhaustivo, pero es un listado que, al fin de cuentas, deja ver con claridad cuál es la teleología perseguida por el mentor de los engaños.

La Provincia de San Luis está gobernada por un hombre llamado Alberto Rodríguez Saa. Es de esos políticos modernos que dicen estar a “favor de la vida” y también a favor del aborto. ¿Entienden, no? Primera mentira.

Le gusta llamar “interrupción voluntaria del embarazo”, a una maniobra que no interrumpe nada (¿cuántas veces lo hemos dicho?), sino que liquida la vida humana sobre la que recae. Segunda mentira.

Se da aires de vanguardista, pero no respeta a la ciencia más rigurosa que sostiene con total objetividad que hay vida humana desde la concepción, tal como por ejemplo se lo hace saber la Academia Nacional de Medicina. Pero Alberto insiste en llamar “derecho” a lo que es un asesinato. Tercera mentira.

Firma un decreto en adhesión a protocolos atentatorios de verdaderas leyes fundamentales, haciendo pasar por ley lo que no es sino contrario a los más básicos derechos. Cuarta mentira.

Sostiene que adhiere al protocolo que regula casos especiales, pero en abierta manifestación apoya todo tipo de aborto: “El mandatario estuvo rodeado de mujeres, entre ellas funcionarias y referentes locales de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.” Todo lo cual, una vez más lo digo, es estar haciendo apología del delito, al pisotear la recta ley y promover lo que está condenado. Quinta mentira.

Sostiene que hay “abortos legales”. Pero todo aborto deliberado al ser la maniobra que acaba con la vida de un ser humano en gestación, es un asesinato, y, por tanto, jamás puede ser algo legal. Sexta mentira.

Apoya a la perversa “ley” llamada de Educación Sexual Integral, que, además del aborto, contiene postulados defensores de la ideología de género. Con solo esas referencias ya se colige con facilidad que eso no es verdadera ley, y no es algo que eduque a nadie. Es una medida que desintegra. Séptima mentira.

Con tono recubierto de crema pastelera, dijo el mismísimo Gobernador: “Es algo muy lindo lo que estamos haciendo, yo le doy una mirada especial porque siento que lo que estamos firmando es una suerte de prenda de unidad de todos los puntanos, puntanas y puntanes. Así lo siento, así quiero transmitirlo”. ¿Qué hay que tener dentro para llamar “muy lindo” a lo que es una aberración total, como lo es el pretender sea un derecho el aborto? Y, ¿unidad? ¿Con quién? ¿Con los obsecuentes que le rinden pleitesía por todo? ¿Con aquellos que no le pueden decir lo que piensan porque el miedo les gana? No hay ninguna unidad. No hay unidad entre el bien y el mal, entre el error y la verdad. Octava mentira.

El razonamiento albertiano propone: “Existe una pena de muerte para una mujer pobre que quiere interrumpir el embarazo. Pero, ¿qué hizo Macri? Abrió el tema, nos dividió y no lo solucionó. ¿Pero, qué vimos todos? debates que duraban horas y había un tema en común que nos unía a todos de alguna manera, que es la educación sexual”. Fenomenales galimatías. En sencillo: nadie debería concurrir para hacerse un aborto. El aborto, como sabemos, es un delito que recae sobre una víctima llamada ser humano en gestación, no sobre la madre. Esto último es lo que quieren modificar personas como Alberto, para que todos crean que el aborto es un delito contra la mujer. La real pena de muerte se la imponen a la criatura en gestación como aconteció recientemente en el Hospital Rivadavia de Buenos Aires, donde se mató a una pequeña de cinco meses de vida. Macri y Alberto se dan la mano en mismos puntos: aborto e ideología de género. Son dos temas que ellos y otros más pueden realmente decir: “había un tema en común que nos unía”. Novena mentira.

Sostuvo Alberto: “En este ámbito tenemos que encontrar un camino para avanzar en la legislación, y uno de ellos es lo que ya está en la ley. La legislación nacional establece la Educación Sexual Integral, el protocolo de la Corte acerca de cómo tratar los casos de aborto admitidos en la ley, existe una legislación sobre cómo tratar los casos de violación, y si está la legislación nacional avancemos y aclaremos todos, porque lo que estamos haciendo hoy no es el dictando de ninguna ley que no exista, sino aclarando que estas son nuestras convicciones, es el camino y es la ley”. Cualquiera que sepa un poco de derecho sabrá que lo emanado de la Corte fue un total atropello. No solo fue una resolución abstracta, sino que pretendió tener el valor de una ley, tal como luego muchos pretendieron, y tal como el Gobernador ahora sigue pretendiendo. Desde que insiste en enseñar como educativo una maniobra asesina (“aborto libre, seguro y gratuito”) y condenada por la legislación, toda disposición que se tenga por ley enseñando esos atropellos, deviene inconstitucional. En esta décima mentira, rescatamos una verdad dicha por el gobernador: se trata de sus “convicciones”. Sí… lo sabemos… son lamentablemente sus convicciones.

Alberto, partiendo de sus convicciones, quiere, según sus palabras, remover “las barreras que limitan el acceso a los servicios médicos fácticas o administrativas. Estos temas son muy interesantes porque a partir de ahora nos exige acciones de cumplimiento de la ley y un seguimiento de que se cumpla y se haga real”. Ya vemos el apuro. Él cree que por firmar su decreto ya todos deben aquí cumplir con lo que él ordena. No. No es así. Su apuro solo prueba sus apuradas convicciones y su atropello a la verdadera ley. Han violado la ley haciendo apología del delito, y ahora pretenden corrernos con que somos nosotros los que debemos cumplir sus “leyes”. Décima primera mentira.

Nos dice el propio medio de prensa del gobernador: “En cuanto al Programa de Educación Sexual Integral explicó que la adhesión persigue la idea de implementar la obligatoriedad de la educación sexual en todos los niveles y modalidades educativas de la Provincia”. ¿Advierten? Cuando quisieron despenalizar el aborto decían que era para que no se obligue a nadie; y ahora, mediante lo que llaman ESI, quieren obligar a todos a que se vea al aborto como un derecho. ¡Es tremenda la patota abortera! Décimo segunda mentira.

Otra: “El jefe del Ejecutivo provincial mencionó que hay una enorme distancia entre el Estado provincial y las ONGs que han tomado como bandera la defensa de los Derechos Humanos esenciales. ‘Queremos que participen que se acerquen, que se comuniquen, que propongan y que nos ayuden a controlar que se cumpla. A este espacio le pusimos mesa de enlace y articulación, en la que debemos sentarnos a hablar’.” ¿Derechos humanos esenciales? ¿El aborto? ¡Ups…! Prendan la luz por favor. ¿Cuáles ONGs? ¿La Planned Parenthood? ¿Fundación Huésped? ¿Amnistía Internacional? Todas abortistas. Décimo tercera mentira.

Con todo lo que viene apoyando el gobernador en los lineamientos de marras, se atreve a encuadrarlo en lo que llama: “el parto humanizado”. Más bien debió hablar de “partes” que se arrancan, pues eso implica la maniobra abortiva, siendo algo de lo más deshumanizado que exista. El aborto es una maniobra infrahumana: un humano al que literalmente se lo parte, parte a parte. Décimo cuarta mentira.

Hablando de los objetores de conciencia, Alberto pretende: "Si alguien de salud no está de acuerdo con el aborto puede decir tengo esta objeción de conciencia. Que es individual, del plano íntimo, y se dice antes. No puede decir después que tiene objeción de conciencia y tiene que respetar la ley, sino está haciendo es abandono de persona”, especificó Rodríguez Saá y explicó que la legislación provincial de objetores de conciencia es amplia, porque permite la posibilidad de no realizar el aborto.” Parece que alguien cree que estamos jugando al “Marco Polo” acuático y que debe explicarse cómo se juega. Pero no estamos en un juego: se trata de vidas, de almas. Una vez más la ley que hay que respetar, no la respetan ellos: es la ley que manda respetar la vida del más indefenso ser humano, aquél encerrado en el claustro materno. Los que hacen abandono de personas tras estar haciendo, entre otras cosas, apología del delito, son los promotores del aborto. Violan los derechos de los niños. Están llevando a que los médicos ahora violen el juramento hipocrático, y, de defensores de toda vida, se transformen, el que lo desee, en médico de muerte. Algo inconcebible. Décimo quinta mentira.

También sostuvo el gobernador: "Tenemos que tener la cabeza abierta para entender este mecanismo. Así como el Estado da esta posibilidad, hay personas que utilizan este argumento para convertir a la institución como si fuera objetora de conciencia. Los sanatorios, los hospitales y las escuelas no son objetores de conciencia. Todos deben cumplir la ley. No hay instituciones con objeciones de conciencia". La patraña es terrorífica: pretende que no haya instituciones con objeciones de conciencia, pero asienta camufladamente que ahora haya instituciones abiertas conscientemente al asesinato. Le guste o no al gobernador: la Iglesia Católica; colegios católicos; y muchos colegios privados; conscientemente y férreamente rechazan la maniobra abortiva y la nefasta “educación sexual integral”. No es el Estado el que da la posibilidad de abortar; eso es puro camelo; el que está otorgando como si fuera un legislador divino la permisión abortiva, es alguien que cree ser él mismo el Estado, que cree ser la voz de toda una sociedad, cuando, en verdad, encima de todo, la inmensa mayoría de la sociedad sanluiseña ama la vida desde la concepción. Y una cuestión de fondo que se aprende en Derecho, algo así como un “ABC” que debería saber un estudiante de abogacía, es esta: que un buen Estado hace buenas leyes; y la sanción legal establecida para los delitos, implica que ese Estado que pena, es consciente de lo que está bien y de lo que está mal, y por eso lo hace. Décimo sexta mentira.

Nos pide el gobernador Alberto Rodríguez Saa, que interpretemos todo lo avalado por él, "como una gran prenda de amor, de unidad, de diálogo, de abrir los temas, de conversar y de encontrarles solución y sobre todo eliminar todos los flagelos que atenten contra los Derechos Humanos". El aborto es uno de los flagelos más monstruosos contra los derechos de las personas, ¿y nos lo quieren proponer como un derecho? Un médico con las manos bañadas en sangre tras la maniobra abortiva: ¿podrá decirle a la mamá, “mire señora, esto es la prenda de amor, de unidad y de diálogo, que nos enseñó un gobernador llamado Alberto Rodríguez Saa”? Llamarán al bien, mal, y al mal, bien. Llamarán al amor, odio, y al odio, amor. Décimo séptima mentira.

Vio el Cazador a la zorra preparando la trampa, y atajtó sus pasos cuando el tiempo se hizo impar en dos mitades de seis, diciendo simplemente: “un poco todavía”.

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