El jefe de Policía gastó más de $400 mil para reformar su despacho
Desde el primer día que el comisario General, Fabricio Portela pisó la Jefatura Central empezó a dejar su marca. La forma de vincularse y algunas medidas que adoptó no dejan de generar polémica dentro de la estructura.
El rack donde reposa el Smart de 42¨ con soporte de 360°, los televisores de monitoreo, una bolsa de boxeo, un cartel que da cuenta que se está frente al jefe de Policía, las cortinas de color naranja y un cuadro pintado por Alberto Rodríguez Saá, sobresalen en una escenografía al mejor estilo bizarro.
La remodelación de la oficina demandó $415 mil, según publicó el portal Zbol.com.ar en el marco de un informe sobre la creciente inseguridad en la provincia y las limitaciones en infraestructura de la fuerza para combatir el delito.
Atrás quedó el raid mediático que lo llevó por radios y canales de televisión para presentar la nueva etapa que inauguraba la Policía con su designación. Ahora es casi una misión imposible hablar con él.
Los problemas de inseguridad que se multiplican y los frentes internos abiertos, consumieron muy pronto la luna de miel que supuso el inicio de la gestión a la que llegó Portela con el plus de ser una de los funcionarios de mayor confianza del gobernador. Era el jefe de la custodia.
Portela asumió en diciembre de 2015 como responsable de la seguridad del Rodríguez Saá y en julio de este año reemplazó en la conducción de la fuerza al comisario general Juan Paéz.
La remodelación del despacho contrasta con la realidad de muchas comisarías que presentan una serie de problemas edilicios como paredes rotas, filtraciones y hasta deficiencias eléctricas. Y se da en un momento donde los delitos de cada día desnudan una crisis.
Portela no es un funcionario más. Es uno de los pocos que tiene acceso directo al gobernador y se permite saludarlo de un modo distinto al resto. Además se viste de una manera particular, poco usual a como suelen vestirse los comisarios.
El vuelo para bautizar la Operación Hereford y la chaqueta con su apellido impreso en la espalda, son algunos rasgos que marcaron su gestión a poco más de un mes de haber asumido.
La amenaza a seis policías por demorar a un amigo de del jefe en un operativo
El viernes 3 de agosto seis efectivos de Policía Caminera se encontraban realizando los controles de rutina en el puesto ubicado por Ruta provincial Nº3.
Al solicitar la documentación del rodado, el conductor respondió que no los tenía, pero que era “amigo” de Portela.
Los efectivos procedieron de acuerdo a la ley y retuvieron el vehículo hasta que se presentara los papeles correspondientes. Si bien más tarde el propietario pudo retirarlo, al lugar también acudió Portela.
Fue cerca de las 20 que quienes pasaban por el puesto escucharon los gritos que profería el funcionario a los efectivos por haber demorado al amigo; inclusive los amenazó con suspenderlos por 30 días.
También fue acusado de haber maltratado a una policía embarazada.
El otro incidente que tomó estado público lo protagonizó con un vendedor ambulante en la playa de estacionamiento de la sucursal del Easy en la ciudad de San Luis.
Allí, el funcionario le impidió al joven que vendiera bolsas a los automovilistas. Antes de retirarse el muchacho le dijo: "Dejame ir, prefiero vender bolsitas y no robar. A mi mamá no le alcanza el dinero para darnos de comer. Ella no me manda, lo hago para poder ayudarle".