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Informe: un 28% de chicos vivió en la calle antes de ser detenido

El informe expresa que buena parte de los chicos que se encuentran privados de su libertad no recibieron asistencia estatal efectiva que mejorara su vulnerabilidad antes de su llegada a los centros de detención.

El estudio se hizo en 22 centros cerrados de detención de menores de edad.
Actualizada: 14/11/2018 11:19
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Una gran parte de los adolescentes que se encuentran privados de su libertad no recibieron asistencia estatal efectiva que mejorara su vulnerabilidad antes de su llegada a los centros de detención y como primer resultado de un estudio, elaborado por Unicef y el Centro de Estudios de Población, arroja que el 28 por ciento de ellos vivió en situación de calle antes de tener conflictos con la ley. Además, un 14 por ciento de los encuestados fue criado en hogares sin “cuidados parentales”, siendo víctimas de violencia física, maltrato psicológico, situaciones de abandono, abuso sexual, entre otras problemáticas que los afectaron en su niñez.

Tras el relevamiento en 22 centros cerrados de detención de menores de edad en conflicto con la ley, surgió el documento “Las Voces de las y los Adolescentes Privados de Libertad en Argentina”, donde se encuestó al 40 por ciento del total de los 1300 que están privados de la libertad, en las que hacen referencia a la escuela, la violencia, sus familias, el proceso judicial que transitan, sus sueños y sus proyectos para el futuro. Si bien las cifras corresponden al 2015, se contabilizan unos 7200 jóvenes que están cumpliendo algún tipo de medida penal, según los datos del trabajo conjunto de Unicef y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.

La muestra, que fue presentada ayer, se concretó por regiones geográficas, tales como Ciudad y provincia de Buenos Aires, Centro, Cuyo y Norte, apuntando “mediante las encuestas se obtuvo información sobre las trayectorias biográficas de los chicos, su educación, sus experiencias con el trabajo, sus recuerdos sobre los lugares en donde se criaron y sus familias, el acceso a derechos básicos durante la privación de libertad y la relación con las fuerzas de seguridad”.

Sobre este punto, vinculado a episodios de violencia institucional, el 40 por ciento de los chicos aseguró haber sido maltratado alguna vez por personal policial o de otras instituciones, como Prefectura o Gendarmería, antes de llegar a la situación de encierro, mientras que 3 de cada 10 padeció violencia física.

El estudio de los chicos y las chicas detenidos en centros cerrados persigue el objetivo de “generar un insumo, basado en los testimonios, que produzca información para el diagnóstico, análisis e implementación de políticas públicas para un sector de la población altamente vulnerable”. Al mismo tiempo que reafirma que pese a que los tratados internaciones, como la Convención sobre Derechos del Niño, establecen que la privación de la libertad debería ser aplicada como último recurso y por el menor tiempo posible, los datos disponibles de adolescentes que se encuentran cumpliendo sanciones penales “no reflejan este criterio”.

En relación a las circunstancias familiares que los rodean, el documento revela que el 90 por ciento creció en hogares con mayor presencia maternal y el 50 por ciento respondió que el rol del padre era “más bajo”, con una especial referencia a las figuras de otras personas en su entorno más cercano, como abuelos y tíos, asumiendo el rol de jefas o jefes de hogar. También un 23,5 por ciento de las y los adolescentes privados de su libertad tiene al menos un hijo, los que no están a su cargo.

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