Pueblo Esperanza: el Senado trataría el proyecto de “cárcel ciudad” que quiere Rodríguez Saá
El nuevo sistema carcelario para que los presos vivan “libres” sería aprobado hoy por la Cámara Alta.
El proyecto de ley que crea el sistema penitenciario alternativo “Pueblo Esperanza” que funcionará en el Complejo Penitenciario de Pampas de las Salinas, tiene dictamen de la comisión de Legislación, General y Culto.
Es uno de los temas prioritarios de la agenda del Gobierno que tiene interés en sacar la ley ante de la finalización del año legislativo. El despacho debería ser tratado hoy si el bloque oficialista de Unidad Justicialista que está envuelto en una puja interna habilita la sesión.
“Se trata de la creación de un centro de reinserción social, donde los internos del Servicio Penitenciario Provincial vivirán en una suerte de pequeña ciudad. Allí, los reclusos podrán desarrollar distintas actividades comerciales y sociales con personas que están fuera del penal. Sería la primera cárcel-pueblo de la Argentina y una de las primeras del mundo”, expuso el gobernador Rodríguez Saá al presentar la propuesta el último 2 de julio.
El proyecto contiene 21 artículos y establece el funcionamiento y las normas dentro de un predio que funcionará como una “ciudad-cárcel” en el interior del penal de Pampa de las Salinas.
“El que se levante a la mañana va a encontrar la puerta abierta”, señaló el gobernador al explicar el concepto de “cárcel-ciudad”.
“Después de caminar unos 600 u 800 metros por un pasillo que va a tener una suerte de alambrado o reja al costado, va a quedar libre en un pueblo que estará dentro de la cárcel y ya no verá ese alambrado”, expuso.
Sostuvo que los presos van a sentirse “libres” y podrán trabajar. También “ir a la biblioteca, tener una carpintería, peluquería, panadería, hacer negocios, con lo que sepan y quieran hacer”, tanto hombres como mujeres “en el mismo pueblo”, junto “con chicos en el mismo pueblo”.
Los familiares tendrán la posibilidad de ir y estar todo “el tiempo que quieran”. Y podrán entrar las personas que, por ejemplo, “quieran cortarse el pelo”.
Adelantó que no faltaba “mucho para el edificio”, y que podría estar “listo en 8 meses”. Para ello indicó que había “que trabajar en la legislación, las condiciones y los requisitos”, porque además iba a ser necesario “hacer contratos”.
Será gestionada por una “Intendencia” que por un lado la conformará el intendente designado por el gobernador: administrará la “pequeña ciudad” y contará con la facultad de “recaudar e invertir los ingresos del mismo, efectuar adquisiciones, contratar obras y servicios”.
Y por el otro, también serán parte dos representantes de Pueblo Esperanza, un varón y una mujer “que surgirán de una elección popular entre ellos”. Ambos tendrán la misión de velar por “el cumplimiento de los derechos y las garantías que el sistema ofrece”.
“Dignificación y protección de los derechos humanos, fomento a una cultura de paz, promoción de la autogestión, resignificación de la dignidad humana, construcción de ciudadanía y educación para la convivencia social”, se señala en el artículo 2 como los principales objetivos que tendrá Pueblo Esperanza.
El proyecto define que este “modelo alternativo” albergará a las personas “con sentencia condenatoria”, sin distinción de orientación sexual ni identidad de género”.