En San Luis hay una abanderada de 74 años; cursa el secundario y no quiere dejar de estudiar
Nora del Valle Olguín, una jubilada de La Vertiente, tiene promedio de 9,20 y su historia de vida inspira a quienes sostienen que nunca es tarde para alcanzar los sueños.
Nora o “Chola”, como le dicen en el pueblo, fue reconocida por su promedio en la escuela secundaria para adultos con el honor de la Bandera Nacional, algo que quizá nunca imaginó que iba a acontecer a sus 74 años.
Madre, abuela, una mujer con sed de conocimiento y ganas de salir adelante, sueña con terminar tercer año y seguir cursando más etapas, tal como quería su mamá.
La abuela no sólo ocupa sus horas en el estudio, sino que aún sigue trabajando. Su casa, ubicada en la calle Catamarca frente a la Capilla San Roque, es el único lugar de la zona en el que se pueden conseguir helados.
Su vida es similar a la de cualquier mujer del interior. Tiene dos hijos biológicos, uno del corazón, tres nietos y una bisnieta. La niñez fue complicada, vivió con su madre Lorena Aída Olguín y conoció a su papá años más tarde en la terminal de ómnibus de La Toma.
Como suele suceder en las familias de campo, con sólo seis años iba a la escuela de Los Chañares a caballo, con el que cruzaba el Río Conclara aún en las condiciones climáticas más adversas.
“Con frío o con calor mi mamá me enviaba igual porque decía que debía educarme”, recordó.
La historia de “Chola” fue contada por el periodista Oscar Flores en el diario Clarín.
Más adelante, hasta cuarto grado, asistió a la Escuela Nº 108 de El Talita, paraje del departamento San Martín. Con el paso de los años la directora de la institución, María Isabel Bello de Allende, se convirtió en su suegra.
“Me casé con su hijo Antonio de 25 años cuando yo tenía 17”, detalló.
Con el fallecimiento de su suegro, recibieron una herencia de 130 hectáreas y desde entonces se fueron a vivir allí. Tuvieron una buena vida hasta que su esposo falleció por cáncer.
A raíz de este hecho la abuela pasó difíciles momentos, no sólo por la pérdida de su amor, sino porque no le quedó ningún bien material con el que pudiera subsistir.
Nunca es tarde para comenzar
A pesar de las adversidades de la vida, Nora continuó su camino. Con nietos de por medio y disfrutando de las distintas etapas, decidió retomar sus estudios. Mediante la Escuela Pública Digital para Adultos (APDA) la abuela proyecta el cursado del tercer año y anhela tener siempre el deseo dar un paso más.
Como si fuera poco estudia valiéndose de las herramientas que le brinda la tecnología, con la guía de su maestra Gloria Sánchez Olguín. La docente destacó la “fuerza de voluntad, vitalidad y deseo de superación permanente”.
Ahora “Chola” seguirá atendiendo la heladería y disfrutará de sus merecidas vacaciones para retomar energías para el nuevo ciclo lectivo. Las metas se cumplen paso a paso, y Norma está próxima a su objetivo: el próximo año egresará con el título de Bachiller en Economía y Gestión en la Organización.
A continuación la nota completa publicada en el Diario Clarín: