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Creen que el avión en el que viajaba Emiliano Sala está “a 180 metros de profundidad”

El británico Julian Bray, experto en aviación, sostuvo que el incidente se pudo haber generado por congelamiento de algunos instrumentos de la aeronave.

La aeronave donde viajaba el futbolista desapareció de los radares y nada más se supo. Fue el lunes por la noche.
Actualizada: 25/01/2019 11:25
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Un día después de que las autoridades dieran por finalizadas las tareas de rescate del avión que transportaba al futbolista argentino Emiliano Sala, un investigador inglés aseguró que la aeronave estaría a 180 metros de profundidad en una de las zonas más complicadas del Canal de la Mancha.

El hecho ocurrió en la noche del lunes pero tomó relevancia internacional el martes a la mañana, cuando desde Francia confirmaron que el delantero viajaba en esa aeronave.

Sala tomó un avión privado para ir desde Nantes (Francia) hacia Cardiff (Gales) para sumarse a su nuevo equipo, el Cardiff City de la Premier League, que había pagado por él 17 millones de euros. Sin embargo se perdió contacto con el piloto cuando cruzaban el Canal de la Mancha.

La aeronave desapareció de los radares y nada más se supo. Tras cuatro días de intensa búsqueda, los encargados del rastrillaje decidieron suspender las tareas ya que creen que no hay posibilidades de que tanto Sala como el piloto, Dave Ibbotson, estén vivos.

El que se sumó a esta historia es uno de los grandes expertos en aviación de Gran Bretaña, Julian Bray. En diálogo con The Daily Mail dijo que cree que la aeronave puede estar a 180 metros de profundidad.

Bray teme que el avión esté en una de las zonas más peligrosas del Canal de la Mancha, conocido como Hurd’s Deep. Allí se hundió en 1951 el submarino inglés HMS Affray; también hay restos de aviones, armas químicas, desechos tóxicos y municiones de las dos Guerras Mundiales.

¿Pero qué le pasó al avión? Bray apunta directamente al tubo de pitot, un dispositivo que se usa para medir la velocidad del viento.

Además el especialista en aviación cree que Ibbotson solicitó descender de 5 mil a 2500 metros para descongelar distintos instrumentos que podrían haberse congelado.

"Puede ser que haya tenido una lectura falsa de la altura. Me pregunto si se encontraba en un nivel mucho más bajo de lo que pensaba. El sensor pudo haberse congelado y le dio otra medición diferente," agregó Bray.

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