A 22 años del crimen de José Luis Cabezas, ningún condenado está preso y Prellezo se matriculó como abogado
El fotógrafo fue asesinado en 1997, después de conseguir la imagen del empresario Alfredo Yabrán en una playa de Pinamar.
El 25 de enero de 1997 el fotógrafo José Luis Cabezas fue asesinado e incinerado en una cava en Pinamar. A 22 años del crimen que conmovió al país, todos los condenados se encuentran eximidos de prisión y Gustavo Prellezo, el hombre que realizó los dos disparos que terminaron con su vida, se matriculó como abogado y está en condiciones de ejercer el derecho.
"Todos los años, en cada aniversario del crimen, nos enteramos que las personas que fueron sentenciadas reciben determinados beneficios. Para esta fecha siempre tenemos malas noticias. Esta vez nos enteramos que Prellezo recibió una matrícula de abogado por parte del Colegio Público de la Capital Federal", dijo a Télam el periodista Gabriel Michi, compañero de Cabezas en laRevista Noticias.
Ninguno de los ocho hombres condenados por matar a Cabezas está preso. Aníbal Luna fue el último en recuperar su libertad, después de cumplir durante dos años un período de salidas transitorias.
Gustavo Prellezo fue el autor material del crimen y la Justicia lo condenó en 2002 a prisión perpetua. Sin embargo, solo pasó tras las rejas 13 años. En 2017, fue beneficiado con la prisión domiciliaria y dos meses más tarde juró como abogado en Quilmes, carrera que había estudiado mientras estuvo en la cárcel.
En ese momento y con el argumento de que aún no había cumplido su condena, le retiraron la matrícula. Pero el 22 de agosto del año pasado, el expolicía se matriculó en el Colegio Público de la Ciudad y se encuentra habilitado para ejercer. Incluso, reveló la familia de Cabezas, ofrece sus servicios a través de las redes sociales.
"Sin justicia no hay democracia"
El secretario general del Sindicato de Prensa bonaerense (Siprebo), Antonio Guillen, recordó en las últimas horas al fotógrafo asesinado y manifestó que "atravesamos este día con el mismo dolor con que lo hacemos hace dos décadas".
Sobre la matriculación como abogado de Prellezo, manifestó: "alguien que vulneró el derecho a la vida de un trabajador de prensa usando un uniforme policial no merece hablar en nombre de la Justicia".
"Nunca se investigó debidamente sobre los autores ideológicos de este crimen y en todo este tiempo siguieron los ataques al periodismo, las amenazas e intimidaciones", señaló Guillén a Télam. "Sin justicia no hay democracia. Y una democracia necesita imperiosamente de una justicia independiente, fuerte y que combata la impunidad", concluyó.
El resto de los condenados
El expolicía Aníbal Luna, condenado a prisión perpetua por el asesinato de Cabezas, está bajo libertad condicional desde septiembre de 2017.
Gregorio Ríos, exjefe de la seguridad de Alfredo Yabrán, fue condenado a perpetua como instigador del asesinato, pero en 2008 resultó beneficiado con la libertad condicional al cumplirse 20 años de su detención.
El comisario Mario Gómez, condenado por haber liberado la zona en la que ocurrió el crimen, recuperó la libertad en 2006 tras una decisión de la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires.
Sergio Cammaratta, otro de los policías implicados en el caso y sindicado por la Justicia como responsable de haberle hecho “un seguimiento” a Cabezas cuando trabajaba en Pinamar en el verano de 1997, murió en 2015 en el penal de Dolores.
Con relación a la banda de “Los Horneros”, los delincuentes comunes de la periferia de La Plata que fueron reclutados por Prellezo para cometer el crimen de Cabezas, también quedaron desvinculados de la causa.
José Luis Auge recibió una condena en el juicio que se llevó a cabo en 2004 y cuatro años más tarde quedó en libertad.
Su cómplice Sergio Gustavo González, tras ser sentenciado a prisión perpetua recibió una reducción de su condena; salió de la cárcel en 2006, y el año pasado se le declaró la extinción de la pena, aunque aún tiene una causa por drogas radicada en los tribunales Federales de la Ciudad de Buenos Aires.
En tanto, Horacio Braga quedó en libertad condicional diez años después del crimen, y a mediados de 2018 cumplió su condena con la Justicia.
Miguel Retana, sentenciado a prisión perpetua en 2000, murió de sida en la cárcel un año después.