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Los Patriots contra Rams, en el espectáculo del Super Bowl

Hoy se llevará a cabo la final del fútbol americano, un espectáculo seguido por todo el mundo y que recauda millones de dólares. La banda Maroon 5 tocará en el entretiempo.

El evento deportivo del año congregará a más de 100 millones de telespectadores solo en el país norteamericano.
Actualizada: 03/02/2019 10:45
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Tom Brady, el voraz quarterback ganador de los New England Patriots, o Sean McVay, el entrenador prodigio de Los Angeles Rams, buscarán convertirse en héroes de los suyos cuando se vean las caras hoy, a partir de las 20.30 de Argentina (televisan Fox Sports y ESPN), en el Super Bowl 53, en Atlanta.

El evento deportivo del año en Estados Unidos, por encima de la Serie Mundial de béisbol o las Finales de la NBA, congregará a más de 100 millones de telespectadores solo en el país norteamericano, que vibrará con la tercera participación consecutiva de Brady y los Patriots y con la insultante juventud de los Rams, llegados para acabar con la hegemonía de sus rivales.

En el futurista Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, algo más de 75.000 aficionados -que han desembolsado una media de 7.000 dólares por entrada- esperan ver un espectáculo que bata todos los récords.

Para empezar, Brady puede conducir a los Patriots a su sexto título, lo que convertiría a la escuadra de Nueva Inglaterra en la más condecorada de la historia, empatada con los Pittsburgh Steelers.

¿Seis de nueve?

Brady, el legendario mariscal de campo con cara de niño casado con la supermodelo brasileña Gisele Bündchen, busca su sexto trofeo Vince Lombardi a sus 41 años, lo que lo situaría como el jugador más exitoso de todos los tiempos.

El apodado como "The Greatest" ("El más grande") disputará su noveno Super Bowl, más que cualquier otra franquicia que no sea New England (11).

Brady ha ganado cuatro veces el premio al MVP en la última instancia y ha sumado 18 pases de touchdown en sus últimas ocho finales.

Diecisiete años después de levantar la copa por primera vez, está "más motivado que nunca".

"Clasificarse para el Super Bowl es difícil. Ganarlo es difícil. Soy consciente de la suerte que tengo por estar de nuevo en esta situación ya que nunca sabes si lo volverás a estar", recordó Brady, cuyo equipo cayó el año pasado 33-41 frente a los Philadelphia Eagles en esta misma ronda.

Pase lo que pase este domingo, el mariscal de campo aún tiene mucho que decir luego de reconocer que no colgará el casco en un deporte en el que las carreras de los deportistas son cada vez más cortas.

"El equipo es la estrella"

"Cuando ya no juegue bien, pasaré a otra cosa (…) pero, a la espera de eso, voy a seguir jugando, divirtiéndome y a intentar ganar partidos", avisó.

Para terminar con el dominio de sus rivales, los Rams cuentan con una zaga intratable liderada por Aaron Donald, nombrado el sábado como mejor defensor de la NFL.

Los angelinos también cuentan con Jared Goff, el quarterback de 24 años que ha permitido a su equipo anotar 32 touchdowns de pase, y el insaciable running back Todd Gurley, un peligro por sí mismo en el juego de carrera.

Más allá de sus jugadores, los Rams se apoyan en su entrenador Sean McVay, quien ha revolucionado los sistemas ofensivos de la liga a sus 33 años… con 33 menos que su homólogo de los Patriots, el histórico Bill Belichick.

McVay tenía 30 cuando se hizo cargo de la dirección de los Rams y es el más joven en dirigir a un equipo en el Super Bowl.

En dos campañas transformó a un cuadro que no se clasificó a los playoffs entre 2005 y 2016 en una máquina de ganar partidos.

"En el fútbol americano lo especial es conseguir algo que sea más grande que uno mismo, que la estrella del equipo sea el propio equipo", subrayó en los días previos.

Hablar de Super Bowl es hacerlo también de espectáculo, de ostentación y de polémicas.

El tradicional show del entretiempo cumple con todas esas premisas: en una decisión controvertida, el grupo Maroon 5 aceptó ser la cabeza de cartel, cuando otras estrellas quisieron protestar contra el deporte que ha marginado al quarterback Colin Kaerpernick, sin equipo después de haber comenzado un movimiento de protesta por la violencia policial en Estados Unidos.

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