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Después que apuñalaran a un hombre en el corazón, vecinos de barrios del sur piden seguridad

El violento ataque que sufrió Rodrigo Gómez fue la gota que rebalsó el vaso para quienes viven en los barrios Jardín del Sur, San Luis XV y Pucará. Se autoconvocaron y solicitaron respuestas al Gobierno provincial.

Una zona peligrosa. La preocupación de los vecinos crece.
Actualizada: 19/02/2019 01:06
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La semana pasada el joven de 34 años sorprendió en el patio de su vivienda a dos delincuentes que al verlo se dieron a la fuga. En ese momento identificó a uno porque vive en la zona: ese mismo más tarde regresó y lo apuñaló.

Las heridas llevaron a Gómez al Hospital y todavía continúa internado. El ataque le causó daños en una membrana que recubre el corazón. Pero su agresor está en libertad.

El hecho se sumó a la ola de delitos que atraviesan los habitantes de ese sector sur de la ciudad desde hace un tiempo. Los más recientes fueron el viernes y domingo. En uno de ellos, los ladrones entraron a una vivienda mientras los dueños dormían.

El temor crece porque ahora se vulneran los domicilios sin importarles nada.

Este panorama motivó que más de 40 vecinos se reunieran la semana pasada y redactaran una carta al ministro de Seguridad, Diego González y al jefe de la Policía, Fabricio Portela. Quieren vivir seguros, pero las respuestas no llegan.

Que la Comisaría 23° esté en el ingreso al Barrio Jardín del Sur ya no es garantía de nada. Los vecinos se quejan que los policías no tienen los recursos necesarios para recorrer la zona; ni móviles ni combustible.

Plantean que cuando acuden a realizar una denuncia deben esperar varias horas porque hay poco personal.

Por otra parte sostienen que los ladrones son conocidos por los vecinos y "hasta por la misma Policía", pero no los detienen.

Los barrios afectados cada vez más por la inseguridad están ubicados frente al Río Seco. Y para llegar al centro, muchos vecinos transitan el puente peatonal que cruza la avenida Santos Ortiz. En ese trayecto no hay presencia policial y los asaltos han sido múltiples; muchas veces con violencia.

La situación se repite en las paradas de colectivo. Las jóvenes son las víctimas más frecuentes.

Hace unos años, el ministerio de Seguridad instaló una casilla en inmediaciones a la pasarela, pero con el tiempo quedó abandonada y más tarde fue quemada.

Los tres barrios están rodeados por descampados con yuyos altos, y que los delincuentes eligen para escaparse y esconder el botín. Por ello, otro los pedidos con urgencia son una mayor iluminación y tareas de limpieza y desmalezado.

En el predio del edificio policial hay un salón vecinal y una plaza. Acusaron que más allá de eso, durante la noche los jóvenes se reúnen, consumen bebidas alcohólicas, drogas y hasta usan los sectores como baño.

Así remarcaron el temor por los niños que acuden con frecuencia a jugar en la plaza.

Insistieron en que la preocupación crece porque se avecina el periodo lectivo y es habitual el tránsito de estudiantes, especialmente de los más chicos. En el Pucará está la Escuela N° 6 “Santa María Eufrasia”.

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