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Miles de usuarios rehenes del paro de transporte: a muchos llegar a la ciudad les cuesta $2.000

La falta de respuestas del Gobierno de Alberto Rodríguez Saá para normalizar el servicio provocó una fuerte crisis que lleva diez días. Los vecinos del interior y el Gran San Luis están cada vez más desconectados de las ciudades. Trastornos y gastos extra.

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Vecinos de La Punta manifestaron su repudio este sábado, ante la falta de soluciones a la problemática del transporte.
Actualizada: 10/03/2019 19:34
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Los usuarios hacen malabares para llegar a sus trabajos, realizar trámites y someterse a tratamientos de salud, entre otras obligaciones.

Múltiples obstáculos y trastornos que demandan gastos extras.

A 10 días del paro por tiempo indeterminado que encabeza la UTA, mediante el cual reclaman el pago de haberes y la reincorporación de trabajadores despedidos, el contexto evidencia una seria crisis.

Los transportistas advierten el desequilibrio financiero, los empleados el incumplimiento de sus derechos como trabajadores y los usuarios padecen en carne propia en su vida cotidiana la falta del servicio.

Lo cierto es que el reordenamiento del esquema subsidiario a nivel nacional exhibe la falta de acción por parte del Gobierno de Alberto Rodríguez Saá, que lejos de encontrar una salida a las problemáticas del sector, apunta al presidente Mauricio Macri y apela a reuniones conciliadoras en las que la única propuesta es el aumento del boleto, cuestión que mantienen en práctica desde el tarifazo de enero.

Más allá de las definiciones oficiales, la realidad evidencia en los hechos que San Luis es la única provincia que tiene un paro indeterminado en el transporte interurbano, incluso la mayor parte de los gobernadores han adherido a la nueva figura del fondo compensador que permite una autonomía en el manejo subsidiario en términos intrajurisdiccionales.

Los más perjudicados ante este panorama son los usuarios, que han manifestado su repudio a la situación y recurren al ingenio de las alternativas para poder viajar.

La importancia del acceso al transporte

Independientemente de lo redituable que puede significar la prestación de un servicio en el área, lo cierto es que todos los gobiernos provinciales y municipales del país tratan de garantizar un recorrido mínimo, ya que el transporte público en definitiva es una necesidad social.

En este sentido la capital puntana y los centros urbanos como Villa Mercedes o Merlo, son puntos clave para las personas del interior provincial a la hora de efectuar trámites, asistir al trabajo, recurrir a un médico, ir a la escuela o la universidad.

Diariamente un gran flujo de vecinos de toda la provincia consume servicios de transporte, pero la falta de soluciones a las problemáticas los ha introducido en un callejón sin salida.

Algunas localidades plantearon acciones paliativas como La Punta, Villa de La Quebrada, La Carolina, El Volcán, El Trapiche, Potrero de Los Funes, pero la incapacidad presupuestaria tambalea la continuidad de las propuestas.

Desde entonces la bronca de los usuarios se ha manifestado tanto en las redes como en la sociedad. Ayer por ejemplo, la Plaza de Los Niños de La Punta  fue el punto de encuentro de muchas familias que se congregaron a instancias de un “ruidazo” para exclamar su repudio ante la falta de acciones que normalicen el servicio.

Ejemplos de las diferentes necesidades abundan. La mayoría alcanza a la salud, la educación y el trabajo; jóvenes del interior que van a las universidades, otros que deben ir a la escuela (docentes y alumnos), gente que desarrolla tratamientos en los grandes centros médicos, urgencias, visitas familiares, cada uno tiene un por qué a la hora de recurrir a un viaje en colectivo.

Estas necesidades muchas veces no pueden interrumpirse, independientemente del paro, con lo cual obliga a los usuarios a recurrir al ingenio para trasladarse a las urbes.

La primera alternativa es la posibilidad de viajar en micros de larga distancia. En un recorrido por la Ediro se puede apreciar la gran demanda de estos boletos; asimismo implica grandes dificultades ya que los valores son ampliamente superiores a los de un pasaje interurbano y las frecuencias son escasas, mediando horarios de madrugada en muchos casos.

A esto se le suma que la gran demanda suele provocar que muchos queden sin lugares, si no obtienen sus pasajes con anticipación. De este modo la incomunicación es una constante.

“Mi hijo quedó varado en la terminal de San Luis por la falta de colectivos, ¿alguien que viaje hasta Merlo que pueda alcanzarlo?”, expresaba una usuaria en un grupo de clasificados de Merlo.

Otro ejemplo que evidencia la problemática fue un caso que ocurrió en la empresa Andesmar en el recorrido Mendoza-Córdoba el viernes por la noche. Por un mal entendido en el destino de dos pasajeros que iban a Merlo, pero cuyos boletos indicaban San Luis, tuvieron que bajarse del colectivo.

Para adquirir otro pasaje debían esperar al día siguiente, con lo cual quedaron varados en la Ediro.

Por otro lado algunos recurren a viajar en taxi. Un recorrido de hasta 100 kilómetros puede alcanzar los $1.500 o los $ 2 mil, dependiendo de las tarifas de los taxistas del interior. En ese sentido muchos se juntan en grupos de hasta cuatro personas para alivianar los costos.

Otros ponen a disposición sus vehículos y cobran un mínimo para cubrir el combustible. Personas con problemas de salud que deben asistir en tiempo y forma a sus consultas médicas suelen recurrir a esta alternativa.

También están los que gentilmente ofrecen gratuitamente lugares libres en sus coches y hasta se registran los que piden ayuda para llegar a cumplir un viaje. “Mañana debo viajar a San Luis, ¿alguien que vaya en auto?”, es una pregunta que se reitera en los grupos de compra venta.

En definitiva la falta de acciones concretas por parte del Gobierno de Alberto Rodríguez Saá cada vez afecta más a los usuarios, que deben valerse del ingenio y gastos adicionales para viajar.

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