“Tirale, matalo, matalo”: violento asalto a mano armada en el Barrio Jardín del Sur
Dos jóvenes preventistas fueron atacados mientras desarrollaban sus tareas en un quiosco de la zona. Una de las víctimas forcejeó con los ladrones para evitar el robo.
Dos jóvenes fueron victimas de un violento hecho de inseguridad este mediodía en la ciudad de San Luis.
Las víctimas se encontraban trabajando por la manzana D, del barrio puntano.
El preventista Javier (27) estaba levantando un pedido cuando de pronto se acercó la empleada de una empresa telefónica con una preocupación: “Me parece que me están siguiendo”, le dijo.
En ese instante Javier le aconsejó que se quedara en el lugar para prevenir cualquier asalto, sin embargo la inseguridad fue inevitable. Dos delincuentes que se trasladaban en una moto los increparon y les hicieron vivir una pesadilla.
El quiosco en el que se encontraban tiene la modalidad de atención por la ventana, con lo cual en el momento que se desató la violencia la dueña del local “cerró todo” y los preventistas quedaron expuestos; acorralados.
Uno de ladrones se bajó con el casco puesto, mientras que el otro estaba encapuchado y portaba un arma de fuego.
“Esto es un asalto”, advirtieron los malvivientes mientras concretaron el robo.
A la joven le llevaron una mochila donde guardaba dinero en efectivo, mientras que a Javier le sacaron plata e intentaron arrebatarle el celular.
“Cuando pasó eso traté de evitar el robo ya que el teléfono es mi herramienta de trabajo. El que estaba armado me apuntó y empezamos a forcejear, me negaba a entregarle las cosas”, describió Javier en diálogo con elchorrillero.com.
“Tirale, matalo, matalo”, le exclamó uno de los delincuentes ante la resistencia.
A esta altura la joven empleada gritaba pidiendo auxilio a la dueña del local, que había cerrado ventanas y puertas porque la invadió el miedo. Tras el desesperado pedido la dejó resguardarse, pero Javier quedó afuera.
“Fue un momento bastante feo porque no se sabe cómo reaccionar. El dinero no me importaba, pero sí quería preservar la documentación y mi celular”, señaló.
De acuerdo a lo que estima, le sacaron alrededor de $600 y a la mujer “más de $5 mil”, aunque es un cálculo que no se comprobó oficialmente. Lo cierto es que a ella le llevaron la mochila y en la misma tenía un GPS. Gracias al aparato, lograron encontrar las pertenencias.
“Se hizo un rastrillaje porque el GPS dio referencias de la ubicación de las cosas. Estaban en el barrio 500 viviendas, nos pasaron unas fotografías y luego fuimos a reconocerlas, la mochila estaba a una cuadra y media de un descampado”, sostuvo.
Javier describió que por las referencias que recuerda de los delincuentes, uno de ellos tendría alrededor de 30 años y el otro entre 20 y 25. Todos los detalles del asalto fueron denunciados en la Comisaría 23º.
“Me gustaría trabajar tranquilo, no tener que sufrir nunca más un hecho de este tipo. Me gustaría que quienes trabajamos en la calle dejemos de estar expuestos, es lamentable que sucedan este tipo de cosas”, concluyó.