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El médico que mató a un ladrón fue declarado inocente

El juicio por jurado popular contra Lino Villar Cataldo definió que es "no culpable" y que actuó "en legítima defensa".

El médico Lino Villar Cataldo fue declarado esta tarde por un jurado popular "no culpable" .
Actualizada: 25/04/2019 17:32
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El médico Lino Villar Cataldo fue declarado esta tarde por un jurado popular "no culpable" de matar a balazos a un delincuente que en 2016 lo asaltó en su casa de la localidad bonaerense de Loma Hermosa.

"Lo felicito. Sepan que él es portador de tres armas y con una de esas mató a mi hijo. Va a seguir matando", aseguró la mamá del delincuente, Silvia Krabler.

"Yo no justifico que mi hijo haya salido a robar, pero tampoco justifico que este asesino matriculado le haya pegado seis tiros y sea declarado inocente", expresó la mujer, tras el juicio por jurados que se realizó ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de San Martín, a cargo de la jueza Carolina Martínez. "Lo que le pase a Cataldo a partir de ahora no es mi responsabilidad", agregó.

Ante la prensa, Krabler dijo que "a su hijo lo mataron de seis balazos" y que este jueves el joven "tendría que haber sido juzgado por tentativa de robo automotor", en lugar de estar muerto.

El cirujano llegó esta mañana "ansioso y seguro". Así lo manifestó su abogado, Diego Szpiegel, en la puerta de los Tribunales de San Martín donde se llevó a cabo el proceso. Este miércoles, al declarar como acusado, Villar Cataldo aseguró: “Defendí mi vida porque vi de cerca la muerte”.

Además, dijo que había comprado una pistola calibre 9 milímetros que registró “en forma legal” porque había sido “asaltado en siete ocasiones”, pero que nunca tuvo "la intención de matar a nadie".

El caso

El hecho ocurrió el 26 de agosto de 2016, unos minutos antes de las 20. A esa hora Villar Cataldo salía con su Toyota Corolla del consultorio de la calle Ombú 6865, en Loma Hermosa, cuando lo interceptó Krabler.

Según consta en la causa, el ladrón le pegó un culatazo en la cabeza y se subió al vehículo con fines de robo. Sin embargo, terminó muerto de cuatro balazos efectuados por el imputado con una pistola Bersa Thunder Pro calibre 9 milímetros.

"Cuando el encartado decidió disparar contra Krabler ya no estaba en riesgo su vida, sino solo el derecho de propiedad que tenía respecto de un automóvil asegurado. Su conducta entonces devino desmedida, puesto que en su afán de retener su automóvil ha afectado el bien jurídico de más valor, es decir la vida", remarcó la fiscal en el requerimiento de elevación a juicio.

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