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La carta de un niño que “renovó” la vida de un veterano de Malvinas de Merlo

Nicolás Ferreyra, quien estuvo en las islas a los 19 años, guardó por más de tres décadas un profundo mensaje escrito a los héroes argentinos, que había sido enviado por un pequeño en 1982. Ahora encontró a su autor.

El veterano Nicolás Ferreyra, guardó por 37 años la carta escrita por un niño.

por gatica

elchorrillero.com

Actualizada: 28/04/2019 00:44

La guerra de Malvinas ha tejido miles de historias que marcaron la vida de los hombres que combatieron hace 37 años, y esta vez le tocó a un veterano de Villa de Merlo.

El escritor Nicolás Ferreyra, viene de experimentar uno de los momentos más emocionantes de su vida después de la gesta: encontró al “niño” autor de una carta que conservó como un gran tesoro.

Todo se remonta a 1982 cuando, en cumplimiento del servicio militar obligatorio, tuvo que dirigirse a Malvinas en el rompe hielos Almirante Irizar.

Por entonces el buque funcionaba como un hospital, donde se rescataba y atendía a los heridos. Ferreyra, que tenía cuatro meses de incorporación, aplicó en la práctica toda la teoría que había aprendido como enfermero.

“Cuando rescatamos a los más de 500 heridos, regresamos a Comodoro Rivadavia. Luego de evacuar, iniciamos la limpieza del buque y en el piso encontré una carta, la leí y la guardé junto a unas estampitas con imágenes de la Virgen María y Jesús; sino se tiraban al mar. Todavía las conservo porque fueron cosas muy importantes para mí”, recordó en diálogo con elchorrillero.com.

El escrito vislumbraba la tierna letra inexperta de un niño de 9 años, que envió sus mejores deseos a los combatientes. “Reflejaba el sueño del niño, que era el sueño de todos los argentinos”, expresó.

La carta que escribió el pequeño. (facebook)

En uno de sus libros titulado “Hemos Regresado”, había publicado el texto que decía: “Querido soldado de mi patria; con el corazón lleno de orgullo te escribo porque sé que estás defendiendo nuestra patria con todo valor. Por eso rezo todas las noches para que Dios los proteja y los ilumine (…)”.

Recientemente Ferreyra fue a dar una charla junto a otro veterano, a la escuela de Piedra Blanca abajo. Cada disertación tiene sus instantes imborrables, pero esta vez la sorpresa tuvo otro sabor.

La docente que lo había invitado a la institución, Lorena Lara, había visto la carta en el libro y le produjo un impacto muy especial. Esa sensación la motivó a preguntarle a Ferreyra si no había buscado al por entonces pequeño y fue así que inició un rastreo maratónico, que tuvo resultados prácticamente al instante.

“Yo nunca lo había buscado (al niño), era algo muy fuerte, tenía miedo de que le hubiese pasado algo, es muy difícil; pero Lara ideó un plan muy bueno. El Viernes Santo me pidió la carta y la publicó en una página de facebook que creó especialmente, en menos de 13 horas pude encontrarlo gracias a que se viralizó, fue una movida impresionante”, señaló.

El niño hoy tiene 47 años. Se llama Pedro Ripa, vive en Comodoro Rivadavia y se dedica al transporte de combustible, estuvo incorporado al Ejército algunos años y cuando escribió la carta cursaba quinto grado de la Escuela N° 17 de la ciudad de Azul.

También se localizó a la maestra que había encomendado el texto, Patricia Mordasini.

Nicolás Ferreyra se desempeñó como enfermero en la guerra. (Nicolás Ferreyra)

Ferreyra describió que se trató de una vivencia “muy fuerte” y que ahora están organizando otra búsqueda para ubicar a todos los compañeros de Ripa y concretar un gran encuentro, en el que verá en persona por primera vez al niño.

“Son cosas que nos pone Dios en el camino para tener nuevos desafíos, nuevas ganas de vivir. Lamentablemente hay muchas cuestiones que bajan el ánimo, pero Dios siempre nos envía algo para seguir luchando”, añadió.

El veterano recordó en medio de un temple que reflejó la maduración de sus vivencias, que en los momentos de guerra se ponía a rezar y eso le “daba fuerzas”. Con la misma fe, pudo encontrar a Ripa.

“Cada uno tiene su creencia, yo soy católico y tener un minuto de paz (orando) fue muy importante para mí, me dio fuerzas para seguir luchando y atendiendo a los heridos”, expresó.

El hombre, clase 63, agregó que desde su visión la carta representa lo que es Malvinas en cada veterano. En ese sentido sostuvo que las nuevas generaciones no pueden defender “algo que desconocen” y en lo que “se han creado tantas mentiras”: “Fuimos parte de un Gobierno militar y no del proceso, pero ese es un estigma”.

Por eso y por todas las cosas que vivió, se embarcó en la aventura de escribir. Primero editó Hemos Regresado (declarado de interés nacional y donde sale la carta de Ripa), luego hizo “Vamos Hermano” (libro de autoayuda sobre el síndrome postraumático) y ahora trabaja en su nuevo título que comprenderá poesías donde utiliza “personajes de la niñez para sanar las heridas de los grandes”.

Cerca del final indicó que, como sociedad, aún faltan cosas para hacer valer genuinamente la palabra “héroe”. De hecho comentó que hace poco tiempo tuvo que realizar una junta médica y la desarrolló “entremezclado con presos”: “¿Cómo puede ser que se trate así a un ‘héroe’?”.

Pero esos aspectos negativos los resignifica cotidianamente con las cosas buenas que “renuevan” su vida. La carta no sólo es una de esas situaciones, sino que representa la más impactante después de Malvinas y que puso en lo más alto la idea de que la gesta “es el reflejo del amor por la patria, para recuperar las islas usurpadas”.

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